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Cosmética no tan natural: detecta los productos que no son tan sostenibles como parecen

La tendencia es consumir productos más verdes pero en muchas ocasiones las marcas engañan al consumidor con fraudes en las etiquetas y los envases

Cosmética no tan natural: detecta los productos que no son tan sostenibles como parecen

Ingredientes naturales usados en cosmética | Freepik

Los clientes de cosmética cada día demandan productos más sostenibles y ecológicos. Conocedoras de ello, las firmas están avanzando a un ritmo frenético para reducir el impacto negativo de sus productos, tanto a nivel medioambiental como social. Sin embargo, no toda la cosmética que se nos vende como sostenible lo es realmente. Existen en el mercado productos con aspecto de natural o ecológico que no lo son o, al menos, no tanto como parece a primera vista. Es hora de aprender a detectar estos engaños.

Esta evolución que se está dando en cosmética ha sido denominado greenwashing, un término que podemos traducir como lavado verde o blanqueo ecológico. A nivel más común, se le suele llamar ecopostureo y engloba todas esas estrategias que están usando las empresas de belleza para que pensemos que sus productos respetan la sostenibilidad del planeta y protegen el medio ambiente.

Si piensas que tu cesta de compra beauty es sostenible, quizás te interesa seguir leyendo para descubrir que seguramente hayas caído en alguno de estos engaños. Desde THE OBJECTIVE te vamos a dar las claves que debes de tener en cuenta a partir de ahora para que no te den gato por liebre.

Una cosmética no tan natural

Estas prácticas engañosas no son algo exclusivo del terreno de la belleza, pero al tratarse de productos relacionados con la estética, la higiene, la piel o el cabello, son uno de los sectores donde más sensibilizado está el cliente. Como cada vez hay una mayor predisposición hacia la sostenibilidad, la demanda de los productos ecológicos va incrementándose día a día. Hoy, si tu producto no es sostenible, tienes todas las de perder. Por eso las firmas se apresuran a utilizar nombres o distintivos en toda su oferta que confunden y engañan al consumidor  que termina realizando la compra.

Mujer comprando productos cosméticos. (Fuente: Freepik/prostooleh)
Mujer comprando productos cosméticos. (Fuente: Freepik/prostooleh)

Otra forma de confundir al cliente es con la imagen de los envases. Los colores verdes, los dibujos de plantas o las gotas de agua son símbolos muy utilizados pero que no corresponden siempre a que el producto que contiene sea más sostenible o natural.

No se trata de una excepción, sino que estas prácticas están a la orden del día. Ante este panorama, asociaciones de consumidores como la OCU están reclamando un marco legal que regule todas estas actividades ambiguas y vagas en cuestiones de sostenibilidad.

Términos confusos

A la hora de realizar una compra de cosmética, tenemos que accionar nuestro radar de engaños para detectar las mentiras. Lo primero es fijarse en algunos nombres que podemos encontrar en los envases y que nos hacen creer que los productos son más verdes de lo que realmente son.

Los envases de color verde dan un aspecto más natural a los productos. (Fuente: Freepik)
Los envases de color verde dan un aspecto más natural a los productos. (Fuente: Freepik)

Las palabras en inglés suelen ser las preferidas para estas estafas. Clean, eco-friendly o planet lover son algunos de los términos utilizados. Muchos cosméticos habituales, algunos incluso top ventas, se venden de esta falsa manera. Una de las fórmulas más usadas, por ejemplo, es incluir la palabra organic. Para confirmar si un producto es orgánico hay que fijarse en su composición. Quizás se vendan de esta manera y solo cuentan con un ingrediente orgánico y en un bajo porcentaje. El prefijo bio también encabeza esta lista de favoritos.

Cuidado con los sellos

Una de las maneras más seguras de confiar en que un producto cosmético es sostenible es buscar un sello que así lo certifique en el envase. Sin embargo, muchas firmas lo que hacen es crear sus propios sellos que no son más que iconos o dibujos que no cuentan con ningún aval detrás.

Por estas malas prácticas, no dejes de fiarte de los sellos. Lo único que tienes que hacer es conocer cuáles son los verdaderos para realizar una compra más verde. EU Ecolabel es la certificación oficial de la Unión Europea y es la más exigente. No suele estar presente en cosmética generalista, sino que es más común en productos profesionales como geles o champús para hospitales, hostelería, etc.

Ejemplos de sellos oficiales de cosmética natural o ecológica. (Fuente: Ajedrea Cosmética Natural)
Ejemplos de sellos oficiales de cosmética natural o ecológica. (Fuente: Ajedrea Cosmética Natural)

Aunque no son tan exigentes como los de la Unión Europea, también hay otros sellos muy fiables de entidades privadas. Los más conocidos son Cosmos, Ecocert, Natrue, Cosmebio o BDIH. ¡Comprueba si alguno de ellos aparece en los cosméticos que usas a diario!

Los mejores envases

A partir de 2030 todos los envases utilizados en cosmética deberán de ser 100% reciclables para cumplir con las órdenes de la Unión Europea. Además se fomentará el rellenado para darle más de una vida a los paquetes. Aunque aún quedan unos años para llegar a esa fecha, muchas firmas ya han empezado a aplicar estas nuevas fórmulas, aunque en algunos casos no son tan sostenibles como puedan parecer.

Una de las fórmulas de moda son los botes compactos. Se venden como productos que tienen más cantidad en el mismo formato pero pueden llegar a ser difíciles de reciclar porque están realizados con distintos materiales. Este suele ser el gran problema de los envases, que mezclan materiales como cartón o plástico que deben de ser separados a la hora de tirar a la basura si queremos realizar un reciclaje completamente efectivo.

Muchos envases de cosméticos cuentan con diferentes materiales que se deben de reciclar por separado. (Fuente: Freepik/rawpixel)
Muchos envases de cosméticos cuentan con diferentes materiales que se deben de reciclar por separado. (Fuente: Freepik/rawpixel)

Los productos que se venden como realizados en plástico reciclado no suelen ser así, al menos al 100%. La mayoría de las ocasiones los tapones que se usan están fabricados en plástico nuevo. Otro de los elementos en los que hay que fijarse es que el cosmético no tenga plásticos o envases innecesarios. Lo ideal es reducir el envase a una sola unidad, sin cajas o embalajes extras. Casi el 70% de los residuos que produce el mercado cosmético corresponde a los envases.

Un grave problema medioambiental

Según un estudio reciente, cada año se utilizan 120.000 millones de envases de cosméticos y ese exceso de empaquetados está presente tanto en los productos más caros y exclusivos como en las propuestas low cost. El resultado final es  la generación de una gran cantidad de residuos entre plásticos, papel y vidrio.

El champú sólido es más sostenible que el formato habitual. (Fuente: Valquer Laboratorios)
El champú sólido es más sostenible que el formato habitual. (Fuente: Valquer Laboratorios)

Según Naciones Unidas, de continuar con este ritmo, en 2050 habrá más plástico que peces en el mar. Estos residuos terminan convirtiéndose en pequeñas partículas a las que llamamos microplásticos que son toda una amenaza contra nuestra salud ya que volverán a nuestra vida a través de lo que comemos y bebemos.

No todo son los ingredientes

Para que un cosmético sea señalado como sostenible hay que fijarse en las consecuencias ambientales, sociales y económicas que implica. Para ello, hay que estudiarse en las diferentes fases de su ciclo de vida, desde su diseño  hasta su eliminación. Unos de los elementos que más importan en este sentido, son los ingredientes que lo integran.

Tendemos a creer que los componentes sintéticos son malos y los naturales son buenos, pero no siempre es así. Existen ingredientes de origen natural que, debido a su extracción o a su transporte pueden llegar a ser dañinos para el planeta. Algunos elementos que forman parte de nuestros cosméticos más habituales, como champús, geles o cremas, causan daños a la fauna marina en el momento en el que nos damos una ducha o visitamos la playa. Por ejemplo, algunos protectores solares contienen filtros ultravioletas que están detrás de la destrucción de muchos arrecifes de coral.

Ingredientes naturales utilizados para cosmética. (Fuente: Freepik)
Ingredientes naturales utilizados para cosmética. (Fuente: Freepik)

A nivel social, la cosmética también cuenta con el peligro de estar relacionada con la explotación infantil. Un ejemplo reciente se encuentra en uno de los ingredientes de moda: la mica. Usada para dar un tono más brillante a los productos de maquillaje, para la extracción de este mineral cristalino se recurre a la explotación infantil en países como la India.

¿Qué hacer como consumidor?

La solución a todos los problemas de la sostenibilidad en el ámbito de la cosmética no se encuentra solo en manos de las marcas. Nosotros, como consumidores, también podemos llevar a cabo una serie de hábitos para aportar nuestro grano de arena. Según la OCU, estas acciones podrían ser:

  • Consume solo aquello que necesitas, tanto a nivel de cosméticos como de agua y energía.
  • Opta por las alternativas más ecológicas y sostenibles fijándote en los sellos oficiales.
  • Al tirar un envase, separa y recicla cada uno de sus residuos al lugar que le corresponda.
  • Antes de comprar un producto, infórmate sobre sus componentes y presta atención a la letra pequeña de los envases.

Si quieres sumarte a la ola del cambio, ya conoces las claves a tener en cuenta cuando compres un cosmético.

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