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Cómo hacer pizzas caseras más saludables en cuatro pasos (y sin gastar de más)

Controlando el tipo de masa, el tipo de salsa y el queso o los ingredientes principales podemos convertir un plato poco recomendable en un triunfo nutricional

Cómo hacer pizzas caseras más saludables en cuatro pasos (y sin gastar de más)

Pizza casera sobre una bandeja de madera. | ©Freepik.

Reina de la comida rápida, la pizza (o las pizzas) es una de las grandes recetas de la cocina italiana. Por desgracia para nuestros vecinos transalpinos, la realidad es que, desde hace bastantes décadas, pasó a una vida distinta (quizá no más cómoda) en la que pensamos que cuanto más, mejor.

Si hablamos de purismo, lo cierto es que las pizzas italianas (las napolitanas o la romana) generalmente no son abundantes en masa ni en ingredientes. De hecho, podríamos calificarlas como pizzas bastante sintéticas en el sentido de ingredientes o de volúmenes.

Todo lo contrario de lo que sucede con las pizzas de estilo estadounidense como el estilo Nueva York, el de Chicago o el de Detroit, que son mucho más densas y también bastante más gochas. La fortuna es que no hace falta que nos gastemos un pastón pidiendo pizzas a domicilio (que son más caras de lo que parecen) y encima apostemos por versiones más saludables.

Si tienes a tus hijos dando guerra en casa echando de menos pizzas, no te preocupes y date cuenta de que puedes hacer pizzas caseras más sanas con unos sencillos trucos sin que tengas que dejarte una fortuna.

Cómo hacer pizzas caseras más sanas

Un pizzero termina una pizza de pepperoni
Generalmente, cuanto más fina sea la pizza, menos calorías a costa de los hidratos de carbono vamos a incorporar. ©Freepik.

En esencia, una pizza sólo lleva su masa, alguna salsa para asentar los ingredientes y luego lo que queramos echarle. No nos vamos a poner en modo talipizza diciendo si se puede echar piña o no, pues no es nuestra intención. Sólo pretendemos dejar algunas pistas de cómo se pueden hacer pizzas más saludables en casa sin que además nos gastemos más dinero de la cuenta.

Juega con las masas

Lo más habitual en cualquier pizza del mundo es que la masa vaya a estar hecha con un cereal. Lo más normal es que sea trigo, evidentemente, pero la realidad es que hay pizzas que se hacen con bases vegetales como la coliflor que pueden dar también muy buen resultado. Hay recetas que puedes encontrar para tal fin, pero también las puedes encontrar en ciertas tiendas.

En cualquier caso, presta atención a la información nutricional para que no nos metan más calorías de las que necesitamos con una base tan elemental, especialmente si son grasas saturadas —que veréis en muchas pizzas a costa de la nabina—.

La otra opción, como es evidente, es que hagamos nuestras propias masas caseras. Esto es bastante complicado si no estamos muy habituados a trabajar con masas de pan, razón por la que podemos buscar masas ya hechas en las que nos fijemos que el contenido en azúcar, en sal y en hidratos de carbono procedentes del azúcar, no sea demasiado elevado.

Cuidado con las salsas

Las pizzas más tradicionales de Italia apenas llevan una salsa de tomate. Muy reducida y pasada, pero realmente es apenas tomate. Como es lógico, si hacemos pizzas caseras, podemos utilizar los tomates caseros que mejor pinta tengan y más nos apetezca. El problema de las salsas industriales suele ser que tienen mucha cantidad de azúcar o mucha cantidad de sal. Echas un vistazo a la información nutricional y comprobar si tienen muchos azúcares añadidos o un exceso de sodio, tal y como advierte la OMS.

Ejemplo de pizzas caseras hechas con salsa barbacoa
Salsas como la carbonara o la barbacoa agregan calorías de más poco deseadas. ©Freepik.

Si no, siempre puede recurrir a hacer tu propia salsa de tomate casera y no andar complicándote la vida. Además, puedes hacerla con antelación, congelarla y recurriendo a ella cuando necesites para hacer tus pizzas. La otra trampa viene con otro tipo de salsas.

Podemos hablar de la clásica salsa barbacoa o de la salsa carbonara, cada vez más en auge y que en ambos casos se trata de salsas con muchas calorías. La primera porque viene de una gran cantidad de azúcar. La segunda, por contra, porque tiene una base de nata que es especialmente calórica. Si queremos pizzas caseras más sanas, este par de ingredientes no deberían estar dentro de la ecuación.

Quesos más recomendables

El queso de una pizza puede ser una trampa. No mortal, pero si peligrosa para nuestros kilos demás y para ciertos parámetros que deberíamos controlar como la sal. Ya te hablamos en THE OBJECTIVE hace tiempo de quesos bajos en sodio para intentar combatir la hipertensión, y esta vez nos vamos a recuperar para hacer nuestras pizzas caseras.

Generalmente, el queso de pizza que se utiliza en lo que vemos en la comida rápida dista mucho de ser queso. Lo más habitual es que sean ciertos lácteos, mezcla dos cosas fundentes, que aportan esa sensación o textura de queso, pero realmente están lejos de ellos. Sin embargo, lo que más recomendamos para hacer vuestras pizzas caseras más saludables, es que busquéis quesos frescos que, no obstante, fundan bien. Por eso, estos quesos tienen más proteínas y menos grasas saturadas, además de un menor contenido en sodio.

Controla lo que añades

Una pizza de pepperoni, salchichas y aceitunas negra
Los fiambres, embutidos y carnes procesadas añaden demasiada sal y grasas a las pizzas. ©Freepik

¿Quieres pasar por el aro de hacer pizzas de carne? Estupendo, pero que sea lo menos procesada posible. Si quieres incluir carne en tus pizzas caseras, da más importancia a lo que no sean embutidos o fiambres. Aun así, si añades fiambres, busca las opciones que tengan una menor carga de sodio y más carga de proteína, como cuando hablamos de jamón cocido o de pavo cocido. Ten además cuidado con añadir ciertos elementos como anchoas, aceitunas o jamón serrano, pues vuelven a ser ingredientes cargados de sal que no nos interesan. Algo que también suele pasar con elementos como el chorizo, el beicon o el pepperoni.

Por tanto, lo más saludable sería apostar por pizzas lo más vegetales posibles. Sabemos que es complicado por la fama que tienen las pizzas, pero también podemos añadir ciertas hierbas aromáticas para potenciar los sabores o, incluso, añadir parte de esos ‘aderezos’ que suelen dar sabor como podría ser un toque de pimentón o de ajo para emular al chorizo, que puedes verter con un poquito de aceite.

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