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Dieta FODMAP: la mejor opción para combatir el SIBO y otras enfermedades intestinales

Esta dieta se aconseja para personas con síndrome del intestino irritable o sensibilidad al gluten no celíaca. También puede ser beneficiosa en casos de enfermedades inflamatorias intestinales como colitis ulcerosa

Dieta FODMAP: la mejor opción para combatir el SIBO y otras enfermedades intestinales

La dieta FODMAP ha emergido como una estrategia fundamental para combatir enfermedades inflamatorias

El número de personas que padecen algún tipo de trastorno gastrointestinal está en constante aumento, lo que plantea un desafío considerable para los profesionales de la salud. Estas enfermedades presentan síntomas que ejercen un impacto significativo en la calidad de vida de quienes las sufren. De hecho, figuran entre las principales razones detrás de las ausencias laborales y escolares.

El abordaje de estas afecciones va más allá de recetar medicamentos. En este sentido, la dieta FODMAP (acrónimo de Fermentable Oligosaccharides, Disaccharides, Monosaccharides y Polyols) ha emergido como una estrategia fundamental para combatir estas enfermedades.

¿En qué consiste la dieta FODMAP?

La dieta FODMAP, que se originó en Australia hace más de una década, se basa en la reducción de la ingesta de carbohidratos de cadena corta fermentables. La abreviatura FODMAP hace referencia, en inglés, a los componentes específicos de estos carbohidratos: oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables.

Estos tipos de carbohidratos se encuentran en diversas cantidades en alimentos tanto lácteos (incluyendo la lactosa) como en alimentos vegetales comunes como trigo y otros cereales, legumbres, y ciertas hortalizas y frutas.

La dieta baja en FODMAP ha demostrado ser eficaz y ha sido reconocida a nivel internacional como una estrategia alimentaria para adultos que padecen el síndrome del intestino irritable y otras afecciones.

Las letras que conforman la sigla FODMAP representan grupos de alimentos que se reducen en esta dieta:

  • La «F» significa «Fermentables», que son carbohidratos que se descomponen rápidamente en el intestino por bacterias y generan ácidos grasos de cadena corta.
  • La «O» hace referencia a «Oligosacáridos», que son moléculas compuestas por varios azúcares y se encuentran en alimentos como trigo, centeno, legumbres y ajos.
  • La «D» se refiere a «Disacáridos», un grupo de glúcidos que incluye la lactosa, el azúcar presente en la leche que algunas personas no toleran bien.
  • La «M» denota «monosacáridos», que son carbohidratos con una única molécula de azúcar (como glucosa, fructosa, galactosa, entre otros).
  • El «A» y «P» significan «AND» y «POLIOLES», respectivamente. Los polioles son alcoholes que se absorben lentamente y se usan como edulcorantes. Se encuentran en frutas, setas, etc.

La dieta FODMAP se aconseja para personas con síndrome del intestino irritable o sensibilidad al gluten no celíaca. También puede ser beneficiosa en casos de enfermedades inflamatorias intestinales como colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn, así como en otras condiciones con síntomas gastrointestinales similares.

Estas afecciones a menudo derivan en malabsorción de nutrientes, que pueden llevar a carencias vitamínicas, aumento en la producción de gases intestinales, sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado (SIBO) y mayor producción de gases en el intestino grueso.

¿Cómo adoptar una dieta FODMAP?

La adopción de una dieta baja en FODMAP puede ofrecer mejorías en los síntomas intestinales asociados al síndrome del intestino irritable y otras afecciones. Sin embargo, es esencial entender que esta dieta no se recomienda como un régimen a seguir de manera permanente. La evaluación y recomendación de su continuidad deben ser realizadas por un nutricionista o profesional médico capacitado.

Las etapas de la dieta baja en FODMAP son las siguientes:

  1. Primera fase: inicialmente se implementa una dieta baja en FODMAP durante un período de dos a seis semanas. Durante esta etapa, se proporcionan alternativas de alimentos con bajos niveles de FODMAP.
  2. Segunda fase: después de este período inicial, se sugiere introducir gradualmente los alimentos de un grupo de carbohidratos específico (como fructanos), uno por uno y durante tres días consecutivos para cada alimento. Luego de tres días, se incorpora otro alimento del mismo grupo y así sucesivamente. Esto permite observar la tolerancia y los síntomas asociados que pueda experimentar la persona.
  3. Tercera y última fase: al llegar a esta etapa, la persona que ha estado siguiendo la dieta FODMAP habrá adquirido conocimiento sobre qué alimentos tolera mejor o peor. En esta fase final, se establece una dieta más flexible en comparación con el inicio, tomando en consideración alimentos con niveles más altos de FODMAP que la persona puede tolerar y asimilar sin dificultad.

Si se decide seguir una dieta baja en FODMAP de manera estricta, es fundamental limitarla a un máximo de seis semanas. Mantenerla a largo plazo podría tener efectos adversos en la microbiota y desencadenar implicaciones dañinas para la salud. Esto se debe a que los FODMAP desempeñan una función beneficiosa en el organismo.

Alimentos bajos en FODMAP

Los alimentos que puedes consumir en la primera fase son:

  • Frutaarándanos, banana verde, fresa, kiwi, limón, mandarina, melón, mora, naranja, papaya, piña y pomelo.
  • Hortalizas: apio, berenjena, brócoli, calabacín, calabaza, chirivía, col y coliflor, espinaca, judía verde, lechuga, maíz fresco, patata, pepino, pimiento, tomate y zanahoria.
  • Frutos secos: cacahuete, macadamia, nueces, nueces de Brasil, pecana y piñones
  • Granos: arroz, avena (hasta media taza), espelta (pan de masa madre), maíz, pan sin gluten, pasta sin gluten, polenta y quinoa.

Alimentos altos en FODMAP

Debes evitar consumir los siguientes tipos de FODMAP en las primeras semanas y, gradualmente, reintroducirlos en la segunda fase:

Fructanos:

  • Hortalizas: ajo, alcachofa, cebolla seca, chalotas, coles, espárragos, puerro y remolacha.
  • Cereales: centeno, pasta de trigo, salvado y trigo.
  • Frutas: chirimoya, fruta desecada, granada y sandía.
  • Frutos secos: anacardo y pistacho.

Galactanos:

  • Legumbres: garbanzo, judías secas y lentejas.
  • Frutos secos: anacardo y pistacho.

Fructosa:

  • Frutas: fruta en almíbar, higo, mango, manzana, pera, sandía y zumo de fruta.
  • Endulzantes: concentrado de frutas, fructosa, jarabe de maíz alto en fructosa y miel en grandes cantidades.

En cuanto a los polioles:

  • Hortalizas: es recomendable evitar el consumo de aguacate, coliflor, maíz dulce y setas.
  • Frutas: conviene limitar o evitar las siguientes frutas: albaricoque, cereza, ciruela (fresca y pasa), manzana, melocotón, mora, nectarina, pera y sandía.

En relación a la lactosa:

  • Todos los productos lácteos contienen lactosa, por lo que es aconsejable evitar su consumo.
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