¿Limpias tus cepillos de pelo como deberías? Aprende todos los pasos que debes seguir

El pelo es uno de los aspectos de la belleza que más nos preocupa. Como es un elemento protagonista de la imagen que proyectamos a los demás, todo lo relacionado con su salud y estado nos interesa. No importa si es corto o largo, liso o rizado, teñido o natural, con o sin canas… el cabello es algo a lo que solemos prestar especial atención a la hora de comprar productos, como champús o mascarillas, y herramientas como cepillos o planchas.

Los cepillos de pelo, de hecho, son un factor determinante para lucir un cabello sano y brillante. Cepillarse el pelo hace que la melena se vea más sana, unificada y con brillo. Tenemos que aprender que no solo debemos cepillarlo para salir a la calle y lucir perfectos, sino también para que el cabello esté sano y fuerte, sin nudos ni enredos. Trucos como usar el cepillo antes de dormir o antes de lavarlo son fundamentales.

Además, el cepillado exfolia el cuero cabelludo eliminando los restos de productos mientras que estimula la circulación sanguínea para favorecer el crecimiento del cabello y que éste tenga más brillo. Los expertos recomiendan siempre hacerlo entre 10 y 20 veces, cepillando siempre primero de medios a puntas para evitar la rotura del cabello.

Hablando precisamente de cepillos… ¿limpias tu cepillo de pelo? Tranquila si nunca has reparado en ello porque, en verdad, es lo más habitual. Sin embargo, mantener limpio el cepillo es una acción básica que deberíamos de incluir en la rutina de belleza al igual que hacemos con otros elementos como las brochas de maquillaje. Desde THE OBJECTIVE te damos todas las claves para saber hacerlo como todo un profesional.

Cómo se limpian los cepillos de pelo

Cualquier herramienta que uses para el pelo debe tener también su propia limpieza. Esta limpieza no es únicamente retirar los cabellos acumulados. En los cepillos son muchas otras las partículas que se acumulan y que no destacan a simple vista. «Nos podemos encontrar con grasa del propio cabello, caspa o restos de los productos que utilizamos a diario, como la laca o los fijadores», aseguran desde Llongueras. Estos residuos pasan continuamente del cabello al cepillo y viceversa, de ahí la importancia de eliminarlos de los cepillos para que no regresen al pelo.

El primer paso será eliminar los cabellos acumulados, una acción para la que nos podemos ayudar de un peine o un elemento alargado como un bolígrafo. La limpieza se debe de realizar con agua tibia y champú, frotando entre las cerdas para retirar todos los residuos. Para que la limpieza aún sea más eficaz, podemos sumar una o dos cucharadas de bicarbonato de sodio al agua y remover. Un truco muy fácil es sumergirlo durante unos tres o cuatro minutos aproximadamente en el agua.

Si el cepillo está demasiado sucio, nos podemos ayudar de un cepillo de dientes para limpiar en profundidad la base y las cerdas. Comienza desde abajo a arriba y frota bien los bordes para eliminar la suciedad que allí se acumula. Por último, pon el cepillo bajo un chorro de agua fría y seca bien con un paño limpio y seco para retirar la máxima humedad posible.

Si el cepillo que usamos tiene una base acolchada, es mejor no sumergir esa parte en el agua. Lo mismo sucede si tenemos un modelo de madera que pueda dañarse con esta inmersión. En estos casos, basta con agitar el cepillo en el agua varias veces.

Cada cuánto tiempo hay que hacerlo

Otra gran pregunta es la periodicidad con la que se deben lavar y es que, probablemente, es con mayor frecuencia de la que estés pensando. Los cepillos de cabello deberían lavarse, como máximo, cada quince días. «Entre limpieza y limpieza, deberías de retirar los cabellos que se vayan acumulando para poder conseguir todos los beneficios que logramos con el cepillado», recomiendan los expertos de las peluquerías Franck Provost.

La frecuencia realmente va a depender de otros factores como los tipos de productos capilares que usemos o las veces al día o la semana que utilicemos los cepillos. Si utilizamos a diario productos como gomina o laca, la limpieza debe de hacerse más asidua, unas dos veces a la semana.

Limpieza de cepillos de madera

Dependiendo del material de nuestro cepillo tendremos que prestar más o menos atención al último paso del secado. En el caso de los diseños realizados en madera, esta fase es fundamental puesto que el agua puede producir que lleguen a pudrirse o hincharse con el paso del tiempo, lo que será perjudicial también para tu cabello.

En estos casos, la recomendación es utilizar la menor cantidad de agua posible y tardar muy poco tiempo en su limpieza. De esta manera, se obtendrán los mejores resultados. Con los cepillos de madera no podemos olvidar que, además de la limpieza, es imprescindible desinfectar de manera regular para eliminar cualquier bacteria que se haya podido depositar en él.

Limpieza de cepillos de cerdas naturales

Los cepillos de cerdas naturales cuentan con unas ventajas extras que no encontramos en los modelos fabricados con materiales sintéticos, pero en ellos también se acumulan cabellos, grasa, polvo o restos de piel muerta que deben de retirarse de manera frecuente para evitar que esta suciedad regrese al cabello. Estos cepillos necesitan de unos cuidados diferentes para que las cerdas se mantengan como nuevas el máximo tiempo posible.

Si cuentas con este tipo de cepillo, deberás de retirar los cabellos cada vez que te cepilles la melena. A la hora de lavarlos, lo mejor es recurrir a un jabón neutro que será más respetuoso, no dejará perfume e impedirá que se deteriore.  En estos casos, se aplica un poco de jabón en las cerdas y luego se sumerge en agua. Puedes ayudarte de un cepillo de dientes para poder llegar a todos los rincones del diseño. En la mayoría de las ocasiones, los mangos serán de madera, así que ya sabes que no debemos de mojarlos demasiado para que no se pudran o se terminen rajando.

Para terminar, tendrás que enjuagar el cepillo en agua tibia para eliminar cualquier resto de suciedad o jabón. Después, déjalo secar boca abajo sobre un poco de papel de cocina o una toalla para que absorba por completo toda la humedad. Es súper importante que no quede ni rastro de agua porque, de ser así, aparecerán gérmenes que luego irán directos a tu pelo y tu cuero cabelludo.

La fase de desinfección

Utilizando el agua con jabón o champú lograremos limpiar el cepillo pero no desinfectarlo. Para poder llevar a cabo este proceso higiénico, es necesario utilizar productos específicos como vinagre o amoniaco.

Si optamos por el amoniaco, tenemos que mezclar una taza de agua y 1/4 de taza de amoniaco. Aunque sea una solución segura, es recomendable utilizar guantes para que la piel de las manos no sufran nada. Una vez que se ha mojado el cepillo en esta mezcla, se enjuagará con agua tibia y se deja secar por completo.

La otra opción para desinfectar es utilizar vinagre. La mezcla en este caso es media taza de agua tibia y otra media de vinagre blanco. Lo mejor es dejar sumergido el cepillo media hora y luego proceder a enjuagar y secar. Hay que tener cuidado de no dejarlo más tiempo porque se podría dañar el material del mango o las cerdas.

A partir de ahora seguro que no te olvidarás de limpiar tus cepillos de pelo al menos una vez por semana para lucir un cabello sano y brillante.