En diciembre, se hielan las cañas y se asan las castañas: propiedades del fruto menos calórico
En los bosques de castaños la recolección de estos frutos secos se produce durante los meses de invierno
Para empezar a conocer este popular fruto seco debemos remontarnos a la Antigua Grecia. Cuando Jenofonte, el filósofo griego, llamó al castaño el «árbol del pan», ya que estaba convencido de que era un alimento básico de nuestra dieta. Hoy sabemos, gracias a los estudios de los nutricionistas, que además, ese nombre está más que justificado, pues aunque la castaña es considerada un fruto seco, por su composición nutricional se encuentra más cerca de los cereales.
Según dietistas y nutricionistas debemos consumir castañas durante todo el año y no solo en los meses de otoño, puesto que cuentan con beneficios y propiedades muy necesarios para nuestro organismo. Son fuente de potasio y manganeso, además de vitamina C, ácido fólico y otras vitaminas del grupo B. Es esta composición energética la responsable de otorgar a este fruto seco propiedades energéticas, saciantes, prebióticas y antioxidantes.
Las castañas aportan hidratos de carbono complejos por lo que constituyen un alimento muy nutritivo y saludable. A parte es uno de los frutos secos más sanos y menos calóricos, y debido a su propiedad saciante son muy recomendables en las dietas. También contienen proteínas y son bajas en grasas. Contienen una cantidad moderada de calorías una ración de 100 gramos de castañas sin asar aporta 196 calorías, ya que una vez asadas al perderse parte del agua, el aporte calórico aumenta a 245 calorías.
Beneficiosas para el organismo
Con esta composición nutricional es lógico que se atribuyan a este fruto seco grandes beneficios para la salud. Los hidratos de carbono complejos que contiene son en su mayoría almidones lo que conlleva a que posean un índice glucémico bajo, por lo que las personas diabéticas también pueden consumirlas, aunque moderadamente. También contienen un aminoácido, la arginina, que contribuye a que la insulina trabaje de manera más efectiva y mejora la circulación sanguínea.
Además, son ideales para niños y deportistas, puesto que el aporte de energía de las castañas es continuado, ya que aumentan el nivel de glucosa sanguíneo de forma lenta y sostenida. Y endocrinos y dietistas recomiendan su consumo a los pacientes en las dietas para bajar de peso, ya que sacian y regulan la microbiota con lo que ayudan a evitar el picoteo entre horas.
Este fruto seco también contribuye al correcto funcionamiento de la salud intestinal, puesto que contiene inulina, una fibra de efecto prebiótico, es decir, que sirve de alimento a las bacterias beneficiosas de la microbiota intestinal. Y es rico en vitamina C antioxidante, aunque la pérdida de esta vitamina al cocer o asar las castañas está entre el 30 y el 40%, una ración de 100 gramos aún aporta en torno al 25% de las necesidades diarias de vitamina C para nuestro organismo.
A la vitamina C se suman pequeñas cantidades de vitaminas A, E, y compuestos fenólicos como el ácido gálico, el vaníllico, las procianidinas o las catequinas, todos ellos antioxidantes que ayudan a neutralizar los radicales libres presentes en el cuerpo de una persona adulta. Y constituyen una fuente de manganeso, cobre y potasio tan importante como el trigo o los cacahuetes.
Sin embargo, el consumo de este fruto seco tiene un efecto secundario negativo en nuestro organismo, los gases. Esto provoca que mucha gente sea reacia a comerlas, sin embargo hay ciertos hábitos y formas de tomarlas que pueden ayudar a prevenirlos. No deben comerse muy verdes o frescas, cuando están recién caídas del árbol, ya que en ese momento son más ricas en taninos, asociados a digestiones pesadas. Es recomendable esperar unos días para su consumo desde su recolección, pues conforme pasa el tiempo su contenido en taninos va disminuyendo y el almidón se transforma en azúcares simples, más digestivos.
¿Cuándo debemos comer las castañas?
Cuando la piel de la castaña es tersa y sin manchas y al tacto es firme nos encontramos ante una castaña fresca, sana y en su punto ideal para consumir. Sin embargo, cuando una castaña está muy dura suele estar demasiado fresca y sin madurar. Y cuando está hueca y blanda, suele tratarse de una castaña vieja, seguramente del año o la temporada anterior.
Otros trucos prácticos a la hora de tomar castañas es masticarlas bien para que la saliva empiece la digestión en la boca, comerlas cocinadas en vez de crudas también ayuda y, desde luego, la forma de cocinarlas también influye. Por eso, para que no resulten pesadas, conviene cocerlas con anises, semillas de hinojo, cúrcuma o jengibre fresco, y no beber con ellas demasiada agua.
Cultivo del castaño
Si estás pensando en plantar un castaño es recomendable hacerlo en una zona sombría, con escasez de lluvias y poco ventosa. Además este árbol debe orientarse en sentido norte o nordeste. Para su correcto cuidado debemos tener en cuenta una serie de consejos y aplicar el sentido común. El castaño es una especie de crecimiento rápido y longevo, que supera perfectamente los 80 años de edad, aunque ya, en periodo longevo, su crecimiento se ralentiza, su tronco se agrieta y se vuelve más susceptible frente a ataques de plagas y enfermedades.
Un dato curioso que seguramente desconozcas es la cubierta del fruto con aspecto de erizo. La recolección de las castañas se inicia a partir de octubre, permaneciendo en el árbol hasta 30 días. Lo que nosotros nos comemos es la semilla y la cubierta pelosa es lo que la protege, denominado comúnmente como erizo.
Cuando la castaña cae del árbol al suelo, se dice que el erizo ha madurado y, por tanto, se abre, mostrando la semilla. Pero eso no quiere decir que la castaña ya esté en su punto óptimo de maduración y lista para comer. De hecho, hay que esperar un poco más después de separar el erizo de la semilla para encontrar el punto óptimo, aunque por su bajo contenido en agua, se conserva muy bien.
Galicia es la comunidad autónoma con mayor producción y exportación de castañas de España. Es una de las mayores reservas genéticas de castaña gallega. El Bierzo en León, también cuenta con una tierra y un suelo fértil idóneo para el cultivo de los bosques de castaños, de hecho las castañas de esta zona cuentan con marca de garantía propia, «Castañas del Bierzo», sello de calidad de origen. En Barcelona, el bosque de Montseny, en Asturias el bosque de Moal y la zona de la Serranía de Ronda en Málaga cuentan con una gran cantidad de castaños.