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Esta es la mejor grasa vegetal para tu salud, según la ciencia

No todas las grasas vegetales son iguales si de ventajas nutricionales hablamos

Esta es la mejor grasa vegetal para tu salud, según la ciencia

Una jarra con aceite | ©Freepik.

El mundo de las grasas vegetales y su relevancia nutricional no es una novedad. Sin embargo, sí hay una realidad que en 2022 y 2023 ha puesto en el candelero un universo que, precio mediante, ha acaparado portadas de toda índole. Si a los primeros compases de la guerra de Ucrania le sobrevino un aumento del precio del aceite de girasol, no menos moviola ha generado en 2023 el precio del aceite de oliva.

Ambas son las grasas vegetales más consumidas de nuestro país, pero no son las únicas. Aceite de coco, aceite de calabaza, aceite de palma, aceite de colza… Los ejemplos de lo que hemos acabado llamando aceite son muchos y muy variados. Aunque si fuéramos más precisos deberíamos referirnos a ellos como grasas vegetales.

Lo que sí es cierto es que, como ha demostrado un reciente estudio, si pensamos en propiedades nutricionales y en beneficios para la salud hay una grasa vegetal o aceite que gana por goleada. La buena suerte, como podemos interpretar, es que lo tenemos más cerca de lo que pensamos. La mala, al menos entre comillas, es que este año está más caro que nunca.

Analizando diferentes perfiles, donde se han tenido en cuenta el tipo de grasas de cada aceite, además del tipo de ácidos grasos que lo conformaban, el ganador absoluto de esta clasificación ha sido el aceite de oliva virgen. Matiz importante, pues el aceite de oliva virgen extra comparte los mismos parámetros nutricionales, pero organolépticamente es superior. En cualquier caso, si lo único que nos está importando en la ecuación es la salud, lo cierto es que son absolutamente iguales.

Una cuestión de equilibrio entre grasas vegetales

El aceite de oliva es una grasa vegetal hecha con aceitunas
De los aceites puntuados en el estudio, el aceite de oliva virgen fue el que obtuvo más valoración. ©Freepik.

Partiendo de la lógica de que cualquier aceite, por definición, es una grasa, la realidad nos lleva a analizar qué tipos de grasas las componen. De esta manera, la realidad de las grasas vegetales está en que sus ácidos grasos pueden ser saturados o insaturados. Distinguiéndose en estos últimos la presencia de los monoinsaturados o de los poliinsaturados.

En este caso, analizando el perfil saludable de los diferentes tipos de grasas vegetales, la realidad del estudio es que el aceite de oliva virgen es, por goleada, el de mayor categoría. Entre lo que el estudio cita recuerda que su perfil composicional incluye altos niveles de ácido oleico, así como de ácido linoleico y a-linolenico.

Junto a ello, también hay una presencia más que relevante de los tocoferoles. Este antioxidante, naturalmente presente en la aceituna, ralentiza la oxidación que los radicales libres generan en nuestro organismo.

En este caso, lo que además recuerda el estudio no es sólo la cantidad de un determinado tipo de ácidos grasos insaturados en concreto, sino su equilibrio entre los diferentes ácidos grasos saturados.

Las otras bondades del aceite de oliva virgen

Es conveniente tener claro que estos beneficios para la salud sólo se pueden aplicar al aceite de oliva virgen. Además de al aceite de oliva virgen extra. Aunque se han realizado más estudios, lo cierto es que ni en el aceite de oliva refinado —el que generalmente no se etiqueta como tal— o en el aceite de oliva de orujo se pueden probar las mismas bondades nutricionales.

Aparte de ahí, ciertos matices conviene tener en cuenta para comprobar por qué el aceite de oliva es una grasa vegetal de alta calidad. Entre los elementos que hemos de destacar también hay que centrar el tiro en la presencia de vitamina E, así como en esos antioxidantes antes comentados. Su presencia, además de vincularse a una menor oxidación, también va de la mano de ciertas bondades que remarcar.

Entre los ejemplos más habituales, el aceite de oliva, concebido como grasa vegetal, se vincula a un menor riesgo cardiovascular, así como a un mayor control del llamado colesterol malo. En ese sentido, todo lo que se relacione con nuestra salud vascular es positivo cuando se habla del aceite de oliva.

Mayor control de la hipertensión, menor presencia de coágulos sanguíneos o una mejora de la circulación son cuestiones que la ciencia ha vinculado al consumo del aceite de oliva virgen. Como también se asocia a un menor riesgo de sufrir diabetes, tal y como te contamos en THE OBJECTIVE.

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