Estas son las estrategias para vencer la procrastinación
Cada vez que caes en este mal hábito te alejas de tus objetivos. «No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy»
Procrastinar significa posponer cosas importantes para hacer algo más agradable en su lugar. Esto puede hacer que termines alejándote de tus metas y objetivos.
Si quieres ser más productivo, es crucial estar atento a este hábito y trabajar para evitarlo. Muchas personas se identifican como procrastinadoras, pero la buena noticia es que se puede cambiar este comportamiento, ya que es algo que se aprende.
La procrastinación a menudo se activa por sentimientos negativos, como estrés, indecisión, sentirse abrumado o aburrido. Es un mecanismo simple basado en la tendencia natural de evitar cosas desagradables.
Para evitar procrastinar, es importante controlar estos sentimientos negativos.
Según Lorena de Diego, psicóloga especializada en problemas emocionales, estrés, ansiedad, falta de autoestima y depresión, estos serían las estrategias a seguir para hacer frente con la procrastinación.
Establece tus objetivos
Cuando tus metas son poco realistas o carecen de una definición clara, es más probable que termines procrastinando. Comprender la razón detrás de tus esfuerzos te ayudará a resistir la tentación.
La motivación es una fuerza poderosa que impulsa tus esfuerzos para alcanzar tus deseos. Contrariamente a la procrastinación, la motivación te alienta a posponer gratificaciones instantáneas en busca de recompensas más significativas a largo plazo.
Al establecer metas, es fundamental que sean lo más específicas posible. Y deben ser personales y motivadoras para ti. Si te propones alcanzar una meta que no te resulta relevante, es poco probable que encuentres la motivación necesaria para trabajar en ella.
Organiza tu día
Una de las principales razones por las cuales posponemos cosas es la dificultad de decidir cuál es la próxima acción a realizar. La incertidumbre sobre qué hacer genera emociones negativas, aumentando la probabilidad de procrastinar.
Es probable que hayas notado que la tentación de procrastinar es más fuerte cuando cambias de tarea. Esto se debe a que empezar una nueva actividad implica superar cierta resistencia, ya que requiere un esfuerzo adicional.
Si a esta resistencia le agregas la carga mental de planificar la siguiente tarea, las posibilidades de procrastinación se incrementan.
Para evitar esto, es útil planificar tus actividades diarias de antemano, de modo que siempre sepas cuál es la siguiente tarea. Lo ideal es hacer esta planificación el día anterior para comenzar el día con objetivos claros.
Divide tu trabajo
Si te encuentras frente a una tarea muy complicada y no sabes por dónde empezar, es probable que te invadan dudas o te sientas abrumado. Estos sentimientos negativos suelen ser el desencadenante de la procrastinación.
Cuando te sientes incapaz de enfrentar algo, la tentación de posponer esa tarea para hacer otras más agradables o que sabes que puedes comenzar y terminar fácilmente es fuerte.
Para evitarlo, una estrategia efectiva es dividir tu trabajo en tareas más pequeñas y manejables.
Cada parte de la tarea se convierte en un trabajo simple que, al completarse, te proporciona una sensación de logro y aumenta tu motivación.
Elimina las distracciones
Si deseas mejorar tu concentración en el trabajo, es crucial eliminar o minimizar las posibles fuentes de procrastinación.
Las distracciones varían según cada situación, pero algunas son bastante comunes en la actualidad como las redes sociales, internet, videos, música, correo y juegos. Lo mejor que puedes hacer es mantenerlas en modo silencioso y fuera de tu vista.
Puedes permanecer disponible para emergencias mientras evitas estas distracciones. Los teléfonos permiten silenciar selectivamente las notificaciones, por lo que puedes tener todo en silencio, excepto las llamadas.
La multitarea también es una fuente de distracción que, además de disminuir tu rendimiento, facilita la procrastinación. Al tener varias tareas abiertas, es fácil optar por la más agradable y postergar otras más importantes. Por lo que emplea el término «focus» por tarea. Prioriza y enfócate en aquella que más te corra prisa y luego ya pasa a la siguiente.
Recompensa tu esfuerzo
Contar con una recompensa planificada te motiva a trabajar de manera más efectiva y productiva. Una buena opción es elegir esas actividades agradables que has estado evitando.
La idea es dejar de usar estas actividades como una excusa para no realizar tu trabajo. Al dejar de considerarlas como justificación, puedes comenzar a verlas como una recompensa por un trabajo bien hecho.
El uso de este tipo de recompensas refuerza tu sensación de logro. No es lo mismo realizar algo agradable, que hacer algo agradable que te has ganado. Esta satisfacción hará que te resulte más fácil evitar la procrastinación en el futuro.
Personaliza tus estrategias
Si deseas disminuir los efectos de este mal hábito, es esencial que observes cómo te comportas. No todas las personas procrastinamos de la misma manera ni nos sentimos atraídos por las mismas actividades.
Es necesario identificar cuáles son las actividades que utilizas como vía de escape. Puede ser sorprendente descubrir que estás procrastinando más de lo que pensabas.
Reflexiona sobre las situaciones en las que sueles procrastinar y busca patrones. Descubrirás las tareas y los momentos en los que la tentación es más fuerte.