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Adicción y obsesión por la comida: cómo saber si alguien lo padece y qué hacer al respecto

Con la Navidad, los problemas de obsesión y adicción a la comida se hacen más visibles, lo que permite atajarlos antes

Adicción y obsesión por la comida: cómo saber si alguien lo padece y qué hacer al respecto

Una mesa navideña | Unsplash

La obsesión por la comida es un problema grave que se acrecienta con las Navidades, cuando todo lo gastronómico se convierte en centro de reuniones y celebraciones. Así, disfrutar de la comida en compañía es una tradición milenaria, y desmelenarnos de vez en cuando al respecto puede ser hasta bueno para nuestra salud mental. Sin embargo, si esto se convierte en una obsesión, también nos causará un impacto negativo sobre la salud, tanto física como mental.

El que está obsesionado por la comida no puede luchar contra un aluvión de pensamientos intrusivos que le empujan a comer incluso cuando se está lleno; unos pensamientos que suelen estar relacionados con otros trastornos como la ansiedad, y si no se combaten a tiempo, solo sirven para agravar nuestra salud física y mental.

Distintos alimentos saludables
Distintos alimentos saludables. Freepik

¿Cómo reconocer la obsesión o adicción a la comida?

Algunos estudios consideran que las personas que presentan adicción u obsesión por la comida pueden sufrir una respuesta similar al consumo de drogas cuando ingieren alimentos con alto contenido de grasa o carbohidratos refinados como el azúcar.

Al respecto, una reciente revisión sistemática analizó 52 estudios sobre obesidad y adición a la comida, publicados entre 1999 y 2017, tanto clínicos como realizados en animales de experimentación, y sus resultados pusieron de manifiesto que los criterios que estaban presentes en ambos trastornos eran:

  • Preocupación por la comida.
  • Comer en exceso a pesar de los riesgos para la salud.
  • Perder el control sobre la ingesta.
  • Malestar cuando se hace régimen de adelgazamiento.
  • Deterioro de la vida social debido al sobrepeso.
  • Cronicidad del trastorno.
  • Tendencia a las recaídas.

Aunque esta teoría sigue siendo controvertida, cada vez hay más investigaciones que muestran que ciertas comidas pueden ser adictivas, desencadenando comportamientos obsesivos en los humanos. Al respecto, un estudio publicado en Clinical Chemistry describió cómo los alimentos con combinaciones específicas de ingredientes, como azúcar y carbohidratos refinados, grasas y sal, pueden desencadenar comportamientos adictivos

Cuando comemos alimentos que tienen una carga glucémica alta (altos en azúcar e hidratos refinados), se desencadena una respuesta en el cerebro de dopamina que nos hace sentir bien. Y cuando la respuesta disminuye, nos hace desear más de estos alimentos, a pesar de no tener ni siquiera hambre como tal. «Producen una felicidad temporal, un alto deterioro en el bienestar emocional y aumentan el riesgo de sufrir depresión, ansiedad y estrés», alerta al respecto la Dra. Amny Acosta Then, directora general del centro Salutte Clinic.

Alimentación intuitiva

Pero ¿cuáles son los alimentos más adictivos? Según un estudio de la Universidad de Michigan publicado en PLOS ONE son los que están altamente procesados ​​y que contienen grasas añadidas y/o carbohidratos refinados. Así, el problema no es tanto el consumo de esta comida, sino que nos hace querer más y más, lo que atenta directamente contra nuestra figura (son productos altamente calóricos y grasos) y contra nuestra salud (son pobres nutricionalmente hablando y están relacionados con el desarrollo de enfermedades).

Cómo combatir la adicción y la obsesión por la comida: qué hacer

Obviamente, lo primero que hemos de hacer es asumir que tenemos un problema. Y después, si no es pedir ayuda, leer lo que dicen los expertos, como Ana Gutiérrez Frutos, psicóloga de Allurion y especialista en comportamiento y control del peso, que explica cómo poner freno a esos antojos que se apoderan del pensamiento obsesivo con respecto a la comida:

  • Evita las restricciones. «Hay que partir de la base de que se puede comer de todo. Nada está prohibido. Es importante no privarse de los alimentos que más nos gustan, porque la prohibición aumenta automáticamente el deseo. Solo hay que tener en cuenta cuándo y cuánto podemos comer cada alimento, antes de vetar completamente su consumo», advierte.
  • Para controlar cuándo y cuánto podemos comer, el principal consejo es pensar: ¿cuándo merece la pena comer lo que se desea? «Así se habrá aceptado que se «puede» comer, pero se necesita planificar cuándo será el momento oportuno. Si se empieza a pensar de esta manera, el foco de atención se desplaza de la comida al propio plan. Al posponerlo, se reduce la ansiedad y se permite un consumo controlado».
  • También es importante dejar la culpabilidad de lado. Entender que hay muchos factores implicados en el aumento de peso como la falta de sueño, las emociones, el sedentarismo, etc. «Al comprender que la comida satisface tanto las necesidades fisiológicas como las emocionales, se podrá comer de todo en las cantidades adecuadas y sin sentirse culpable. El resultado será una mente más tranquila y con menosansiedad‘».
Ensalada, ideal para adelgazar
  • Las prácticas de Mindfulness se convierten en grandes aliadas para aprender a gestionar las emociones, reacciones, actitudes y pensamientos. Para ello, centrarse en el presente y reconocer los pensamientos y sensaciones sin juzgarlos es fundamental. Es decir, si estamos en una mesa repleta de dulces y nos pueden las ganas de atacar la caja de bombones, ser conscientes de este sentimiento sin por ello culparnos ni insultarnos (‘eres un gordo’, ‘para ya de comer’, etc.).
  • Por último, la experta aconseja planificar las comidas y los tentempiés, ya que es de gran ayuda para evitar el hambre físico. La saciedad ayuda a evitar comer de forma emocional.
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