Asma alérgica: qué es y cómo controlar esta enfermedad durante la primavera
Aunque los motivos por los que puede aparecer son diversos, sus manifestaciones suelen ser bastante similares
En un mundo donde las alergias parecen estar en aumento, el asma alérgica emerge como una de las condiciones más prevalentes y preocupantes. Esta enfermedad respiratoria crónica afecta a millones de personas en todo el mundo, causando síntomas que van desde leves molestias hasta graves dificultades para respirar. Pero ¿qué es exactamente el asma alérgica y por qué se ha convertido en un problema de salud relevante?
La realidad, como es evidente, es que se trata de una forma específica de asma. Factor a tener más que en cuenta, pues es una enfermedad al alza, tal y como avala una variada literatura médica. Sobre ella penden numerosas sospechas como la creciente exposición a alérgenos y contaminantes ambientales. Lo cierto, como ya te explicamos en THE OBJECTIVE, es que cada vez somos más alérgicos y estas son las razones.
Del mismo modo, el aumento de la urbanización y la industrialización ha llevado a un mayor contacto con sustancias irritantes en el aire, como el humo del tabaco, los gases de escape de los vehículos y los productos químicos industriales. Todo ello se ha visto repercutido en la pérdida de calidad del aire en las ciudades ha sido señalada como un factor contribuyente importante, ya que la contaminación atmosférica puede desencadenar y exacerbar los síntomas del asma.
No obstante, insistimos en que se deben diferenciar las apariciones de ambos tipos de asma que, aún con patrones comunes en su sintomatología, no lo son por su etiología. Eso no quita, también conviene remarcar, que ambas realidades se pueden retroalimentar. Motivos por los que la virulencia del asma alérgica podría ser más elevada. Especialmente si aparece en personas con hábitos sedentarios y bajos niveles de actividad física. Todo este perjuicio al respiratorio contribuiría a la aparición del asma y del asma alérgica. Sin embargo, conviene distinguirlas.
En qué se diferencia el asma alérgica del asma convencional
El término «asma» engloba diversas condiciones respiratorias, y el asma alérgica es una de ellas. La diferencia principal entre el asma alérgica y el asma en general radica en sus desencadenantes y la respuesta inmunológica subyacente. En el caso del asma alérgica, los desencadenantes son alérgenos específicos como el polen, los ácaros del polvo, los pelos de animales y los hongos.
Estos desencadenan una respuesta inmunológica exagerada en el cuerpo, provocando inflamación y estrechamiento de las vías respiratorias. Por otro lado, el asma no alérgica puede ser desencadenada por factores como el humo del tabaco, la contaminación del aire, los cambios climáticos, el ejercicio físico intenso o las infecciones respiratorias. En este caso, la respuesta inmunológica puede no estar relacionada con alergias específicas, sino con otros estímulos irritantes o desencadenantes.
Cuáles son las particularidades del asma alérgica
Una de las características más intrigantes del asma alérgica es su capacidad para manifestarse en cualquier época del año. Mientras que algunas alergias, como la fiebre del heno, son más comunes en primavera debido a la alta concentración de polen en el aire, otras pueden empeorar en otoño o invierno. Principalmente, debido a la presencia de ácaros del polvo o esporas de hongos en interiores.
La variedad de alérgenos que pueden desencadenar el asma alérgica es amplia y diversa. Entre los más comunes se encuentran el polen de césped, árboles y malezas. También de los ácaros del polvo presentes en colchones y almohadas, los pelos de animales domésticos y los hongos que proliferan en ambientes húmedos.
Estos alérgenos pueden estar presentes tanto en el interior como en el exterior, lo que hace que el riesgo de exposición sea constante. En cualquier caso, es evidente remarcar que va a depender del tipo de alergia que se padezca. Razón que también hace que su presencia en primavera sea más notable.
Cómo prevenir su aparición y su virulencia
A pesar de la omnipresencia de los alérgenos, existen medidas que pueden ayudar a reducir la incidencia del asma alérgica y protegerse de sus efectos perjudiciales. Mantener un ambiente interior limpio y libre de ácaros del polvo mediante la limpieza regular y el uso de fundas antiácaros en colchones y almohadas puede ser de gran ayuda.
Asimismo, evitar la exposición a alérgenos conocidos, como el polen o el pelo de mascotas, puede ayudar a prevenir ataques de asma. También factores que se han de tener en cuenta al controlar la enfermedad en menores.
Además, el uso de medicamentos recetados, como los inhaladores de corticosteroides o los antihistamínicos, puede proporcionar alivio a quienes sufren de asma alérgica. Sin embargo, hay que consultar a un médico para obtener un tratamiento adecuado y personalizado. En cualquier caso, el uso de este tipo de medicamentos siempre debe venir pautado por profesionales. Tal y como explican desde MSD Manuals al referirse al tratamiento del asma.