Moscas volantes en la vista: qué son, por qué aparecen y cómo evitarlas
Aunque sean especialmente incómodas, su aparición no tiene por qué ser particularmente perjudicial
En las últimas décadas, ha habido un notable aumento en las patologías relacionadas con la vista. Este fenómeno se debe a varios factores, incluyendo el envejecimiento de la población, la creciente exposición a dispositivos electrónicos y la urbanización. Cada vez más personas sufren de problemas oculares que afectan su calidad de vida y su bienestar general. Tanto que, incluso, patologías como las moscas volantes pueden, figuradamente, hacernos sentir la mosca detrás de la oreja.
No es tan grave como otras patologías más comunes en las que se encuentran la miopía, la hipermetropía, el astigmatismo y la presbicia. Estas condiciones, aunque tratables con gafas o lentes de contacto, pueden llevar a complicaciones más serias si no se abordan adecuadamente. Algo que es notablemente diferencial a las moscas volantes.
Aparte de eso, también hay enfermedades como el glaucoma, la degeneración macular relacionada con la edad (DMRE) y las cataratas también están en aumento, especialmente entre la población mayor. A futuro, se espera que estas cifras sigan creciendo debido a nuestros hábitos de vida modernos. El uso prolongado de pantallas, la falta de exposición a la luz natural y la disminución de actividades al aire libre son factores que contribuyen significativamente al deterioro de la salud ocular, de la que ya te hemos hablado en THE OBJECTIVE.
¿Qué son las moscas volantes?
Las moscas volantes, también conocidas científicamente como miodesopsias, son pequeñas manchas o hilos que parecen flotar en el campo visual. Estas manchas pueden tener diversas formas, como puntos, líneas o redes, y son más notables cuando se observa una superficie clara y uniforme, como una pared blanca o el cielo azul. Tal y como explican desde MSD Manuals.
Estas miodesopsias son, en realidad, pequeños conglomerados de células o proteínas dentro del humor vítreo, la sustancia gelatinosa que llena el interior del ojo. A medida que el ojo envejece, el humor vítreo puede volverse más líquido y formar grumos que proyectan sombras en la retina, creando la ilusión de que hay objetos flotando en el campo visual. Aunque generalmente son inofensivas, las moscas volantes pueden ser molestas y, en algunos casos, una señal de problemas oculares más graves.
¿Por qué aparecen las moscas volantes?
La aparición de las moscas volantes está asociada principalmente con el envejecimiento. Con el paso de los años, el humor vítreo sufre cambios en su consistencia, pasando de ser una sustancia homogénea a tener áreas más líquidas y otras más densas. Este proceso de licuefacción y el desdoblamiento del vítreo son las causas principales de la formación de las moscas volantes, como explica este estudio japonés.
Otra causa común es el desprendimiento del vítreo posterior (DVP), que ocurre cuando el humor vítreo se separa de la retina. Este desprendimiento puede generar la percepción de flashes de luz o un aumento repentino en el número de moscas volantes. En casos más raros, las moscas volantes pueden ser indicativas de problemas más serios. Sería el caso de hemorragias dentro del ojo, desgarros retinianos o incluso desprendimientos de retina. Por ello, es crucial prestar atención a los cambios en la cantidad o naturaleza de estas manchas y buscar atención médica si se experimentan síntomas alarmantes.
¿Son evitables las moscas volantes?
Lamentablemente, la aparición de moscas volantes no es completamente evitable, ya que están ligadas al proceso natural de envejecimiento del ojo. Sin embargo, hay ciertas medidas que se pueden tomar para mantener la salud ocular y minimizar el riesgo de complicaciones. Mantener una dieta rica en antioxidantes y realizar ejercicios visuales es importante. También lo es proteger los ojos de la luz ultravioleta con gafas de sol adecuadas son hábitos que pueden contribuir a una mejor salud visual.
Además, es importante gestionar el tiempo de uso de dispositivos electrónicos, descansando la vista regularmente para reducir la fatiga ocular. Adoptar una postura correcta y ajustar la iluminación también puede ayudar a prevenir la exacerbación de problemas oculares.
El diagnóstico de las moscas volantes se realiza a través de un examen ocular completo por parte de un oftalmólogo. Este examen incluye la dilatación de las pupilas con gotas especiales para permitir una visión detallada del interior del ojo. El médico utiliza un oftalmoscopio y una lámpara de hendidura para examinar el humor vítreo y la retina, buscando la presencia de grumos, desgarros o cualquier signo de desprendimiento. En algunos casos, se pueden realizar pruebas adicionales, como una ecografía ocular, para obtener imágenes más precisas del estado del vítreo y la retina. Este enfoque integral permite determinar la causa de las moscas volantes y descartar problemas más serios.
No todo es cuestión de tiempo
Las moscas volantes también pueden aparecer a edades tempranas debido a diversas causas que no están relacionadas directamente con el envejecimiento. Una de las razones principales es la miopía, como explica este trabajo. También como comentan desde la Sociedad Española de Miopía. Se debe a que las personas miopes tienen un mayor riesgo de experimentar cambios en el humor vítreo. Además, traumatismos oculares, infecciones intraoculares, inflamaciones como la uveítis, y complicaciones derivadas de cirugías oculares pueden provocar la formación de estas manchas en el campo visual.
¿Cuándo debemos consultar a un médico?
Aunque las moscas volantes son generalmente inofensivas, hay situaciones en las que se debe buscar atención médica. Si se experimenta un aumento súbito en la cantidad de moscas volantes, se perciben flashes de luz o una sombra en el campo visual, es crucial consultar a un oftalmólogo de inmediato. Estos síntomas pueden ser indicativos de un desprendimiento de retina o una hemorragia vítrea, condiciones que requieren intervención médica urgente.
En conclusión, las moscas volantes son una manifestación común y generalmente benigna del envejecimiento ocular. Eso no quita que sea esencial estar atentos a los cambios en su frecuencia o apariencia. Mantener hábitos de vida saludables y acudir regularmente a chequeos oftalmológicos, incluso en personas que no usen gafas, son las mejores estrategias para preservar la salud visual y prevenir complicaciones graves.