Insuficiencia renal: qué es, cómo identificarla y cuáles son los síntomas de esta enfermedad
Los hábitos de vida, la edad e incluso nuestra dieta están muy vinculadas a su aparición
Las enfermedades renales son una de las principales preocupaciones de salud a nivel mundial, afectando a millones de personas cada año. Entre las patologías renales más comunes se encuentran la enfermedad renal crónica, las infecciones del tracto urinario, los cálculos renales y la insuficiencia renal aguda. Estas condiciones pueden variar en severidad, pero todas tienen en común su impacto negativo en la función de los riñones, órganos esenciales para la filtración y eliminación de desechos del cuerpo.
La enfermedad renal crónica es una afección progresiva que implica la pérdida gradual de la función renal a lo largo del tiempo. Las infecciones del tracto urinario, a menudo causadas por bacterias, pueden afectar la vejiga y los riñones, provocando dolor y malestar. Los cálculos renales son depósitos de minerales que se forman en los riñones y pueden causar un dolor intenso al moverse a través del tracto urinario. La insuficiencia renal aguda, por otro lado, se caracteriza por una pérdida rápida de la función renal, a menudo desencadenada por una enfermedad grave o una lesión.
Los hábitos de vida: una cuestión capital en la salud renal
Los hábitos de vida juegan un papel crucial en la prevención y el desarrollo de enfermedades renales. Una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras, granos enteros y baja en sodio y azúcares añadidos, puede ayudar a mantener la salud renal. El consumo excesivo de proteínas, especialmente de origen animal, puede sobrecargar los riñones y contribuir a la formación de cálculos renales. Además, la hidratación adecuada es fundamental; beber suficiente agua ayuda a los riñones a eliminar toxinas y reducir el riesgo de formación de cálculos.
La actividad física regular también es importante para la salud renal. El ejercicio ayuda a controlar el peso corporal, reduce la presión arterial y mejora la función cardiovascular. Es decir: factores que pueden afectar la salud de los riñones. Además, evitar el consumo de tabaco y limitar el alcohol puede reducir significativamente el riesgo de desarrollar enfermedades renales. El tabaquismo puede dañar los vasos sanguíneos y reducir el flujo sanguíneo a los riñones. Por su parte, el consumo excesivo de alcohol puede provocar deshidratación y aumentar la presión arterial, ambos factores de riesgo para las enfermedades renales.
¿Qué es la insuficiencia renal?
La insuficiencia renal es una condición en la cual los riñones pierden su capacidad para filtrar y eliminar eficazmente los desechos y el exceso de líquidos del cuerpo. Esta pérdida de función puede ocurrir de manera repentina, como en la insuficiencia renal aguda. También progresivamente, como en la enfermedad renal crónica que conduce a la insuficiencia renal. La insuficiencia renal puede ser potencialmente mortal si no se trata adecuadamente, ya que los desechos y los líquidos pueden acumularse en el cuerpo, causando graves complicaciones. Tal y como explican desde MSD Manuals. Además, cabe recordar que en la versión crónica afecta a uno de cada siete adultos en España, según datos de Revista Nefrología.
Existen dos tipos principales de insuficiencia renal: aguda y crónica. La insuficiencia renal aguda ocurre de forma rápida y es a menudo reversible si se trata a tiempo. Por otro lado, la insuficiencia renal crónica, como también aclaran en MSD Manuals, se desarrolla gradualmente y puede no presentar síntomas evidentes hasta que la función renal se haya reducido significativamente. En ambos casos, el diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado son cruciales para prevenir complicaciones graves.
Causas de la insuficiencia renal
La insuficiencia renal puede ser causada por una variedad de factores. En el caso de la insuficiencia renal aguda, las causas comunes incluyen deshidratación severa, infecciones graves, obstrucción del tracto urinario, y enfermedades que afectan la circulación sanguínea a los riñones, como la insuficiencia cardíaca. Además, ciertos medicamentos y toxinas pueden dañar los riñones y contribuir a la insuficiencia renal aguda. Algo de lo que también advierten en la Sociedad Española de Enfermería Nefrológica con la publicación La Enfermedad Renal Crónica (ERC) en España 2022.
En la insuficiencia renal crónica, las causas más comunes son la diabetes y la hipertensión. La diabetes puede dañar los pequeños vasos sanguíneos en los riñones, reduciendo su capacidad para filtrar los desechos del cuerpo. La hipertensión, o presión arterial alta, puede dañar los vasos sanguíneos de los riñones y afectar su función. Otras causas incluyen enfermedades autoinmunes, infecciones renales recurrentes, y condiciones hereditarias como la enfermedad renal poliquística.
Los adultos mayores son especialmente vulnerables, ya que la función renal tiende a disminuir naturalmente con la edad. Además, aquellos con condiciones preexistentes como diabetes e hipertensión tienen un riesgo significativamente mayor. La razón está en que son enfermedades crónicas que pueden dañar los riñones a lo largo del tiempo. Los hábitos de vida poco saludables, como una dieta alta en sodio y proteínas animales, el consumo excesivo de alcohol, el tabaquismo y la falta de actividad física, también aumentan el riesgo de desarrollar insuficiencia renal.
Además, las personas que no mantienen una hidratación adecuada y quienes consumen ciertos medicamentos o suplementos de manera indiscriminada pueden estar en mayor riesgo. Por lo tanto, los chequeos regulares y la adopción de un estilo de vida saludable son cruciales para prevenir y detectar tempranamente esta condición en poblaciones vulnerables.
Síntomas de la insuficiencia renal
Los síntomas de la insuficiencia renal pueden variar dependiendo de si la condición es aguda o crónica. En la insuficiencia renal aguda, los síntomas pueden incluir una disminución en la producción de orina. También la hinchazón en las piernas, tobillos y pies debido a la retención de líquidos, fatiga, confusión, náuseas y dificultad para respirar. Estos síntomas suelen aparecer rápidamente y requieren atención médica inmediata.
En la insuficiencia renal crónica, los síntomas pueden desarrollarse lentamente y no ser evidentes hasta que la función renal esté significativamente comprometida. Estos pueden incluir fatiga persistente, hipertensión, pérdida de apetito, hinchazón en las extremidades, cambios en la micción (como la necesidad de orinar con más frecuencia, especialmente por la noche), y piel seca y con picazón. A medida que la enfermedad progresa, pueden aparecer síntomas más graves como vómitos, dificultad para concentrarse y convulsiones.
Tratamiento y prevención
El tratamiento de la insuficiencia renal depende de la causa subyacente y de si la condición es aguda o crónica. En la insuficiencia renal aguda, el tratamiento puede incluir la administración de líquidos intravenosos, medicamentos para aumentar la producción de orina, y medidas para tratar la causa subyacente, como antibióticos para infecciones o cirugía para eliminar obstrucciones. En casos graves, puede ser necesario un tratamiento temporal con diálisis para eliminar los desechos y el exceso de líquidos del cuerpo.
Para la insuficiencia renal crónica, el enfoque principal es controlar las condiciones que contribuyen a la enfermedad, como la diabetes y la hipertensión. Esto puede implicar el uso de medicamentos, cambios en la dieta, y modificaciones en el estilo de vida. En etapas avanzadas de la enfermedad, puede ser necesario el uso de diálisis o un trasplante de riñón.
La prevención de la insuficiencia renal implica adoptar hábitos de vida saludables que protejan la función renal. Esto incluye mantener una dieta equilibrada, mantenerse hidratado, hacer ejercicio regularmente, evitar el tabaco y limitar el consumo de alcohol. Además, es importante controlar las condiciones que pueden afectar la salud renal. Sucede con la diabetes y la hipertensión, mediante chequeos médicos regulares y adherencia al tratamiento prescrito.