El medicamento con más efectos secundarios del mundo

El ibuprofeno se encuentra entre los medicamentos más recetados en España. Esto se debe a sus diversas propiedades que lo convierten en un fármaco muy versátil para aliviar ciertas enfermedades. Se trata de un analgésico efectivo que reduce la inflamación y tiene propiedades antipiréticas, lo que significa que puede disminuir la fiebre.

Sin embargo, es importante recordar una premisa fundamental en farmacología: ningún medicamento es completamente inofensivo, y la popularidad del ibuprofeno ha revelado que no es una excepción. De hecho, los medicamentos pertenecientes a la misma familia, los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), son conocidos por tener una serie de efectos secundarios.

Investigaciones alertan del uso del ibuprofeno

Con el tiempo, la comunidad científica ha ido descubriendo indicios de que el ibuprofeno, en realidad, no es tan inofensivo como se creía. En 2015, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) emitió una alerta en la que se recomendaba a los médicos examinar detenidamente el historial clínico de los pacientes que iban a someterse a un tratamiento prolongado y con dosis elevadas de ibuprofeno.

Esto impulsó la realización de más estudios sobre el medicamento, desmontando así el mito. Con cada investigación adicional, se han ido descubriendo cada vez más efectos secundarios asociados al uso del ibuprofeno.

Según ha publicado El Español, una de las investigaciones más relevantes se publicó en 2017 en The British Medical Journal y venía a confirmar una de las sospechas sobre este fármaco: la toma de ibuprofeno, al igual que el resto de los AINEs, aumenta el riesgo de infarto de miocardio aunque la persona no tenga patologías asociadas previas, ya que tiende a aumentar la presión arterial.

El estudio incluyó a más de 446,000 participantes y con él se llegó a una conclusión importante: el riesgo de sufrir un infarto aumenta a partir de la primera semana de consumo de ibuprofeno, especialmente cuando se ingiere en dosis elevadas. Esta investigación resalta la importancia de tener en cuenta la dosis y la duración del tratamiento al evaluar los posibles riesgos asociados con el uso de este medicamento.

Según la Aemps, para un adulto, se considera una administración alta los 2.400 mg diarios o superiores, aunque el estudio de BMJ cifraba el incremento del riesgo de infarto a partir de los 1.200 mg al día.

Efectos secundarios del ibuprofeno

El consumo excesivo de ibuprofeno puede tener un impacto negativo en el sistema digestivo y causar problemas estomacales. Esto se debe a que el ibuprofeno pertenece a la familia de los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), los cuales pueden irritar el revestimiento del estómago y causar efectos adversos como gastritis, úlceras y otros trastornos digestivos. La probabilidad de experimentar estos problemas aumenta con dosis altas y un uso prolongado del ibuprofeno.

Otros efectos secundarios pueden ser:

• estreñimiento
• gases o distensión abdominal,
• mareos
• nerviosismo
• zumbido en los oídos
• aumento de peso sin explicación
• falta de aliento o dificultad para respirar
• inflamación de las abdomen, pies, tobillos o pantorrillas
• diarrea
• fiebre, erupción, ampollas o descamación de la piel
• picazón
• urticaria
• inflamación del ojos, rostro, garganta, brazos o manos
• dificultad para respirar o tragar
• ronquera
• cansancio excesivo
• dolor en la parte superior derecha del estómago
• náusea
• pérdida de apetito
• ictericia en la piel y los ojos
• síntomas parecidos a los de la gripe
• piel pálida
• ritmo cardíaco rápido
• orina turbia, decolorada o con sangre;
• dolor de espalda
• micción difícil o dolorosa
• visión borrosa, cambios en la visión de los colores u otros problemas de visión
• dolor de cabeza, rigidez de nuca, fiebre

Recomendaciones de ingesta

Es recomendable utilizar el ibuprofeno únicamente cuando sea estrictamente necesario. Según la presidenta de la Sociedad Española de Farmacología Clínica (SEFC), se sugiere limitar su uso a dos o tres días, y en caso de requerir un tratamiento prolongado, se debe evaluar cuidadosamente el beneficio y el riesgo asociados.

Además de los efectos secundarios ya mencionados, es importante tener en cuenta que el ibuprofeno puede ser tóxico para los riñones, según advierte la Sociedad Española de Nefrología Médica. Esto se debe a que el medicamento inhibe la producción de prostaglandinas, que son responsables de mantener un adecuado flujo sanguíneo en los riñones. Si se reduce la acción de estas sustancias, se puede afectar el flujo sanguíneo hacia este órgano, lo que representa un riesgo para su funcionamiento adecuado.

Es decir, lo imortante es utilizar el ibuprofeno de manera consciente y limitada en el tiempo, teniendo en cuenta tanto los efectos secundarios gastrointestinales como el posible impacto en la función renal. Siempre es recomendable seguir las indicaciones y consejos médicos para garantizar un uso seguro de este medicamento.