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¿Sabes por qué al intestino se le llama el segundo cerebro?

Una mala alimentación puede tener un impacto significativo en nuestra salud mental, incluso desarrollar depresión

¿Sabes por qué al intestino se le llama el segundo cerebro?

Un intestino saludable | Pixabay

Este apodo intrigante se debe a la estrecha relación entre el sistema digestivo y el sistema nervioso central, una conexión que juega un papel crucial en nuestra salud y bienestar.

El intestino alberga una vasta red de neuronas y produce el 90 % de la serotonina, una hormona fundamental para regular el sueño, el estado de ánimo y la tranquilidad.

Este proceso está influenciado por la microbiota intestinal, un conjunto de bacterias que, cuando están bien nutridas con fibra y antioxidantes, ayudan a producir serotonina.

Por el contrario, una dieta rica en azúcares y alimentos procesados puede causar la producción de neurotóxicos que afectan negativamente nuestra salud mental. Por eso, mantener un intestino sano es esencial para un cerebro feliz y equilibrado.

¿Cómo funciona este segundo cerebro en nuestro cuerpo?

El 90 % de la hormona que produce felicidad, llamada serotonina, es un neurotransmisor que ayuda a dormir, a mantener la calma, a tranquilizarse y a sentirse feliz.

Esta serotonina se produce en el intestino cuando tenemos buenas bacterias en nuestra microbiota, motivo por el cual se le llama el segundo cerebro al intestino.

¿Por qué es esto así? Porque existe un eje intestino-cerebro. El cerebro envía señales a través del hipotálamo y la hipófisis a las bacterias del intestino, indicándoles que deben actuar y producir serotonina.

¿Por qué se dice intestino contento, cerebro feliz?

Si alimentamos a estas bacterias con fibra y antioxidantes, como los presentes en frutas, verduras con pigmentos (polifenoles), alcaparras, aceitunas, té verde, aceite de oliva, frutos rojos y berenjenas, estas producirán serotonina.

Por otro lado, si no alimentamos adecuadamente a las bacterias y consumimos azúcar y alimentos procesados, estas bacterias producirán neurotóxicos, como el ácido quinurénico, que compite con la serotonina.

Varias ensaladas saludables
Varias ensaladas saludables. Freepik

Esto provoca que, debido a la inflamación del intestino, el cerebro desvíe la ruta de producción de serotonina hacia este ácido, generando ansiedad, depresión, Alzheimer, demencia y otras enfermedades. Por eso siempre se dice: intestino contento, cerebro feliz.

¿Una mala alimentación provoca depresión?

Una mala alimentación puede tener un impacto significativo en nuestra salud mental, incluso contribuyendo al desarrollo de la depresión.

Este vínculo se explica por la estrecha conexión entre el intestino y el cerebro, conocida comúnmente como el eje intestino-cerebro.

Diversos estudios y expertos en el campo han demostrado cómo una dieta inadecuada puede influir negativamente en nuestro estado de ánimo y bienestar mental.

Esto es lo que dicen los expertos

La Dra. Felice Jacka, presidenta de la Sociedad Internacional de Investigación en Psiquiatría Nutricional, destaca que «existe una relación sólida y consistente entre la calidad de la dieta y el riesgo de trastornos mentales comunes».

Su investigación sugiere que una dieta rica en alimentos procesados, azúcares y grasas saturadas puede aumentar el riesgo de desarrollar depresión y ansiedad .

Asimismo, un estudio publicado en la revista BMC Medicine encontró que las personas que siguen una dieta mediterránea, rica en frutas, verduras, legumbres, y aceite de oliva, tienen un riesgo significativamente menor de padecer depresión en comparación con aquellas que consumen alimentos procesados y azucarados .

El Dr. Michael Mosley, un reconocido periodista médico y autor, también subraya la importancia de la dieta en la salud mental.

En su libro The Clever Guts Diet, Mosley explica cómo el desequilibrio en la microbiota intestinal, provocado por una dieta pobre, puede llevar a la producción de neurotóxicos como el ácido quinurénico.

Este ácido compite con la serotonina, una hormona crucial para la regulación del estado de ánimo, y puede desencadenar síntomas de depresión y ansiedad .

La Dra. Emeran Mayer, autor del libro The Mind-Gut Connection, también enfatiza que el intestino actúa como un segundo cerebro.

Mayer señala que «una dieta inadecuada puede alterar la composición de las bacterias intestinales, lo que puede influir en la comunicación bidireccional entre el intestino y el cerebro, y contribuir a trastornos del estado de ánimo como la depresión»

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