Qué alimentos no debes comer si tienes reflujo gastroesofágico: estos son los peores
Algunos de los enemigos son incluso productos que podríamos pensar naturalmente beneficiosos
La dieta desempeña un papel crucial en la salud. Puede aliviar o empeorar ciertas patologías, como el reflujo gastroesofágico. Incluso algunos alimentos que consideramos saludables pueden agravar esta condición. Entender qué alimentos evitar es esencial para mejorar la calidad de vida de quienes padecen esta enfermedad. Tanto como para comprender que hay alimentos que empeoran el reflujo gastroesofágico.
Muy popular, el reflujo es una condición en la que los ácidos del estómago retornan al esófago, y que puede ser debilitante, afectando a la calidad de vida. Los cambios en la dieta pueden tener un impacto significativo en la frecuencia y severidad de los síntomas. Evitar ciertos alimentos puede prevenir el daño al esófago y mejorar el bienestar general. Algo fundamental, especialmente en sociedades occidentales y desarrolladas donde los problemas digestivos tienden a cronificarse. En ellos, como mencionamos el reflujo gastroesofágico es uno de ellos y de los que mayor prevalencia presenta.
Adoptar una dieta adecuada no solo implica evitar alimentos dañinos, sino también incorporar aquellos que ayudan a mantener el equilibrio del sistema digestivo. Muchas personas no son conscientes de cómo ciertos alimentos aparentemente inofensivos pueden desencadenar síntomas de reflujo. La educación sobre qué alimentos evitar es fundamental para aquellos que sufren de esta afección.
Entendiendo el reflujo gastroesofágico
El reflujo gastroesofágico es una patología en la que los ácidos estomacales fluyen hacia el esófago. Este retorno provoca una sensación de ardor conocida como acidez. Los síntomas más comunes incluyen ardor en el pecho, regurgitación de alimentos y dificultad para tragar. En casos más graves, puede causar daño al esófago. No es, además, la única enfermedad frecuente de nuestro sistema digestivo. Otros problemas como la gastritis o como la acidez estomacal, de los que ya hablamos en THE OBJECTIVE, están a la orden del día.
Las causas del reflujo gastroesofágico varían. Una de las más comunes es la debilidad del esfínter esofágico inferior. Este músculo actúa como una válvula que debería evitar que los ácidos del estómago suban al esófago. Otros factores incluyen el sobrepeso, el embarazo, el tabaquismo y ciertas condiciones médicas como la hernia de hiato. No obstante, también conviene comprender que hay alimentos que favorecen el reflujo gastroesofágico.
El tratamiento del reflujo gastroesofágico puede incluir cambios en el estilo de vida, medicamentos y, en casos severos, cirugía. Los cambios en la dieta son una parte fundamental del tratamiento. Evitar ciertos alimentos puede reducir significativamente los síntomas. De hecho, hay estudios que avalan que esas modificaciones reducen su aparición.
El reflujo gastroesofágico puede afectar a personas de todas las edades, aunque es más común en adultos mayores y personas con sobrepeso. No hay una diferencia significativa en la prevalencia entre hombres y mujeres. Sin embargo, los cambios hormonales durante el embarazo pueden aumentar el riesgo en las mujeres. Además, se vincula la presencia del estrés o episodios traumáticos al reflujo, como explica esta investigación.
Los alimentos que debes evitar si tienes reflujo gastroesofágico
Existen varios grupos de alimentos que pueden empeorar los síntomas del reflujo gastroesofágico. Entre ellos se encuentran los alimentos grasos, los cítricos, las bebidas con cafeína y los alimentos picantes. Estos alimentos pueden aumentar la producción de ácido en el estómago o relajar el esfínter esofágico inferior, permitiendo que los ácidos suban al esófago. Lo cierto, como avalan determinados trabajos, es que juega un papel primordial en su desarrollo.
Los alimentos grasos, como las frituras, determinadas y productos lácteos enteros, pueden ralentizar la digestión. Esto hace que el estómago produzca más ácido para digerir estos alimentos, lo que aumenta la probabilidad de reflujo. Además, las grasas pueden relajar el esfínter esofágico inferior, facilitando el retorno del ácido al esófago.
También sucede con alimentos tradicionalmente buenos como los cítricos. Frutas como naranjas, limones y pomelos, así como productos derivados como zumos y salsas, pueden irritar el revestimiento del esófago. La alta acidez de estos alimentos puede agravar los síntomas del reflujo y causar más ardor y dolor. Evitarlos estos alimentos consumirlos en pequeñas cantidades puede ayudar a reducir los síntomas del reflujo gastroesofágico.
Como es evidente, determinados estimulantes también afectan. La cafeína, presente en el café, té y algunas bebidas energéticas, puede aumentar la producción de ácido en el estómago. También puede relajar el esfínter esofágico inferior, facilitando el reflujo. El alcohol, por su parte, tiene un efecto similar. Beber alcohol puede irritar el revestimiento del esófago y aumentar la producción de ácido.
Los alimentos picantes, como los que contienen pimientos, chiles o ajíes y especias fuertes, pueden irritar el esófago y aumentar la producción de ácido estomacal. Esto puede agravar los síntomas del reflujo y causar un mayor malestar. Reducir el consumo de estos alimentos puede ayudar a controlar los síntomas.
El chocolate y la menta también pueden relajar el esfínter esofágico inferior. Esto permite que los ácidos del estómago suban al esófago, causando ardor y dolor. Aunque estos alimentos quizá no sean tan comunes en muchas dietas, evitarlos puede ayudar a reducir los episodios de reflujo.
El peligro de las bebidas carbonatadas: mucho ojo con el agua con gas
Las bebidas carbonatadas, como los refrescos y el agua con gas, pueden causar hinchazón en el estómago. Esto aumenta la presión y puede forzar los ácidos del estómago hacia el esófago. Optar por agua sin gas o bebidas no carbonatadas puede ayudar a prevenir estos síntomas.
Adoptar una dieta adecuada para controlar el reflujo gastroesofágico implica evitar estos alimentos y elegir opciones que no irriten el esófago. Al hacerlo, es posible reducir los síntomas y mejorar la calidad de vida. Consultar con un profesional de la salud para personalizar la dieta según las necesidades individuales también es una buena práctica.