Qué nos dice el color de la orina y cuándo debemos considerar que es anormal
Algunos de estos cambios pueden ser temporales, pero conviene conocer por qué se producen
La orina es un espejo de nuestro estado de salud, aunque rara vez prestamos atención a su color. En condiciones normales, el color de la orina varía del amarillo pálido al ámbar oscuro, pero diversos factores pueden alterar este tono, y cuando el cambio es notable, podría ser signo de alerta.
La orina debe su color a un pigmento llamado urocromo, cuyo tono se ajusta según la cantidad de agua y otros factores en nuestro organismo. Normalmente, una orina transparente indica una buena hidratación, mientras que una más oscura puede sugerir una leve deshidratación. Si el color es muy claro, como el agua, significa que estamos bien hidratados, aunque no siempre es necesario que sea completamente transparente. De hecho, una orina demasiado clara puede indicar que estamos bebiendo más agua de la necesaria, lo cual no siempre es beneficioso.
En cambio, una orina de color amarillo oscuro o ámbar suele aparecer cuando hay menos agua en el cuerpo. En estos casos, los riñones retienen líquidos y concentran más los desechos, dándole ese color más intenso. Este tono oscuro es habitual al despertar por la mañana o después de hacer ejercicio, ya que hemos perdido líquidos a lo largo de la noche o por el esfuerzo físico. No obstante, si la orina permanece oscura todo el día y no mejora al beber agua, es aconsejable revisar nuestro consumo de líquidos o consultar al médico para descartar posibles afecciones.
Otro color que podemos ver en la orina es el tono rojizo, y aquí es donde las alarmas deben encenderse. Este color puede deberse a alimentos como la remolacha o el ruibarbo, pero si no hemos ingerido estos alimentos, el rojo en la orina podría indicar la presencia de sangre. Este es un síntoma de varias afecciones, como infecciones urinarias, piedras en el riñón o incluso enfermedades más graves. En caso de observar este color, no debemos ignorarlo y es aconsejable realizar una revisión médica para determinar su origen.
Colores inusuales: naranja, azul y verde en la orina
Aparte de los tonos habituales, en ocasiones podemos encontrarnos con colores de orina inusuales, como el naranja, azul o verde. La orina de color naranja suele estar relacionada con la ingesta de ciertos medicamentos, como los que contienen fenazopiridina, o con suplementos vitamínicos. También puede deberse a una leve deshidratación, aunque si el tono naranja persiste durante varios días, especialmente si va acompañado de síntomas como dolor o fatiga, puede indicar problemas en el hígado o los conductos biliares. Una buena guía para comprobar estas variaciones es la que ofrece Msd Manuals.
El color azul o verde en la orina es raro, pero puede aparecer como efecto secundario de medicamentos, en especial algunos antibióticos o analgésicos. Algunas infecciones bacterianas en el tracto urinario también pueden producir este efecto, debido a la producción de compuestos específicos que tiñen la orina.
Aunque parezca sorprendente, existen condiciones genéticas que también pueden provocar este cambio, como el síndrome de la cadera azul, una alteración metabólica que convierte el triptófano en una sustancia azulada. Estos colores inusuales, si persisten, requieren la atención de un especialista para descartar infecciones u otros problemas de salud.
Otro color preocupante es el marrón, que puede deberse a alimentos como habas o al consumo excesivo de ciertos medicamentos. Sin embargo, una orina marrón persistente puede indicar problemas en el hígado, como la hepatitis. La acumulación de bilirrubina en el organismo tiñe la orina de este color, ya que el hígado no está filtrando correctamente esta sustancia. Ante un color marrón oscuro en la orina, es crucial buscar ayuda médica, especialmente si va acompañado de síntomas como picor en la piel, fatiga o ictericia.
Cuándo debemos preocuparnos y acudir al médico
El cambio en el color de la orina puede ser una señal temporal o una advertencia seria sobre nuestra salud. Si notamos un cambio de color acompañado de otros síntomas, como dolor al orinar, fiebre, dolor en la espalda baja o fatiga intensa, es fundamental consultar con un médico. Estos signos suelen acompañar a infecciones urinarias, cálculos renales o enfermedades hepáticas, y el tratamiento temprano puede prevenir complicaciones mayores.
Además, es importante recordar que factores como las dietas, medicamentos y el estado de hidratación afectan al color de la orina de forma natural. Sin embargo, cuando el cambio persiste sin una causa evidente, es recomendable realizar un análisis de orina para obtener un diagnóstico claro. Por ejemplo, si el color es rosado o rojo sin explicación aparente, se debe hacer un examen para descartar la presencia de sangre. Los análisis de orina ayudan a identificar proteínas, células y otros compuestos que no deberían estar presentes, lo que permite al médico detectar problemas renales, infecciones y enfermedades metabólicas.