¿Cuántos minutos tengo que andar para favorecer la creación de nuevas neuronas?
Esta actividad, al alcance de todos, no solo mejora la salud física, sino que también es clave para el bienestar cerebral
Caminar no solo es una de las actividades más accesibles y beneficiosas para el cuerpo, sino también una herramienta clave para la salud mental y cerebral.
Investigaciones recientes han revelado que esta sencilla práctica estimula la neurogénesis, es decir, la creación de nuevas neuronas, un proceso fundamental para mantener la mente activa, mejorar la memoria y potenciar el aprendizaje.
Pero, ¿cuánto tiempo necesitas caminar para activar este poderoso beneficio? La ciencia nos da una respuesta clara: bastan unos minutos diarios para marcar la diferencia y contribuir al bienestar integral del cerebro.
Caminar: más que un ejercicio
Caminar, una actividad accesible y natural, destaca como una forma efectiva de quemar calorías, activar el sistema cardiovascular y reducir los niveles de colesterol perjudicial.
Pero sus beneficios van más allá del aspecto físico. Según el neurocientífico José Luis Trejo, del CSIC, «un paseo de 20 minutos puede activar ciertas zonas del cerebro y promover la formación de nuevas neuronas«. Este efecto, conocido como neurogénesis, subraya el impacto positivo del ejercicio en la salud mental y emocional.
Algunos de los principales beneficios de caminar incluyen:
1. Resistencia a la fatiga
Caminar regularmente fortalece los músculos, mejorando la resistencia física general. Además, incrementa la eficiencia del sistema respiratorio, ayudando a los pulmones a funcionar mejor y a distribuir oxígeno de manera más efectiva por el cuerpo.
2. Reduce el riesgo de enfermedades
La caminata diaria estimula el flujo sanguíneo, disminuye los niveles de colesterol malo y regula la presión arterial. También mejora la sensibilidad a la insulina, reduciendo el riesgo de diabetes tipo 2 y otras afecciones metabólicas.
3. Favorece la pérdida de peso
Caminar quema calorías de manera constante, promoviendo una pérdida de peso gradual y sostenible. Además, ayuda a mantener un equilibrio energético, esencial para evitar el aumento de peso.
4. Ayuda a combatir la depresión, el estrés y la ansiedad
El movimiento físico estimula la liberación de endorfinas y serotonina, neurotransmisores responsables de generar sensaciones de bienestar y felicidad. Esto hace que caminar sea una herramienta eficaz para mejorar el estado de ánimo y reducir tensiones.
5. Mejora la calidad del sueño
Caminar ayuda a regular los ritmos circadianos, lo que facilita conciliar el sueño y mantener un descanso profundo y reparador. También reduce la tensión acumulada, haciendo que el cuerpo esté más relajado al final del día.
6. Aumenta la claridad mental
Al estimular la circulación sanguínea hacia el cerebro, caminar mejora la oxigenación y el suministro de nutrientes esenciales, potenciando la agudeza mental y la capacidad para realizar tareas que requieran enfoque.
7. Estimula la activación cerebral
Caminar activa área del cerebro relacionado con la creatividad y la resolución de problemas. Además, estudios han demostrado que promueve la formación de nuevas neuronas, fortaleciendo las conexiones cerebrales y mejorando la salud neurológica.
8. Favorece la memoria y el aprendizaje
Gracias al impacto positivo en el hipocampo, caminar ayuda a consolidar recuerdos y a procesar nueva información de manera más eficiente, lo que resulta especialmente beneficioso para personas de todas las edades.
9. Promueve el bienestar integral
El hábito de caminar no solo mejora aspectos aislados de la salud, sino que contribuye a un equilibrio global, ayudando a mantener el cuerpo en forma, la mente alerta y el estado emocional estable.
La clave para obtener los mejores resultados
Trejo enfatiza que, aunque un paseo de 20 minutos es suficiente para obtener beneficios iniciales, la clave está en la constancia.
Caminar a diario consolida cambios positivos en la estructura cerebral, ayudando a mantener la mente activa y saludable. Sin embargo, los beneficios varían según la intensidad, el tiempo y las necesidades individuales.
En este sentido, la neurociencia camina hacia un modelo de ejercicio personalizado, donde se identifiquen parámetros como el tiempo y la velocidad ideal para cada persona.
Por ejemplo, caminar a un ritmo moderado puede ser suficiente para quienes buscan relajarse, mientras que un ritmo más acelerado podría ser necesario para quienes buscan maximizar los efectos cardiovasculares y cerebrales.