Ansiedad social en Navidad: cinco consejos profesionales para sobrevivir a las fiestas
El exceso de compromisos, ciertas compañías o el poco descanso pueden hacer mella en nuestra actitud esos días
Una mujer intranquila. | Freepik
La Navidad suele ser sinónimo de luces, encuentros familiares y planes sociales. Las calles se llenan de decoración, las agendas de compromisos y las redes sociales de imágenes idílicas. Para muchas personas, este periodo es una oportunidad para reconectar y compartir momentos entrañables. Sin embargo, no todo el mundo vive estas fechas con la misma ilusión. Para algunos, las fiestas navideñas son un desafío emocional lleno de expectativas y obligaciones que resultan abrumadoras. En este contexto, la ansiedad social en Navidad se convierte en una realidad que no siempre recibe la atención que merece.
Este tipo de ansiedad se caracteriza por el miedo intenso a interactuar en contextos sociales, temiendo ser juzgado o no estar a la altura de las circunstancias. Durante las fiestas, este sentimiento puede intensificarse debido a la cantidad y naturaleza de los compromisos sociales que surgen. No obstante, cabe recordar que la ansiedad social es un trastorno y como tal se debe entender.
Obligaciones familiares, cenas de empresa, reencuentros con amigos y otros eventos se acumulan en el calendario. Si a ello le añadimos las expectativas de ser feliz y la presión de mostrar una imagen perfecta, la ansiedad social puede hacerse presente incluso en personas que no la sufren de forma habitual.
Por qué aparece la ansiedad social en Navidad
La ansiedad social en Navidad no surge de la nada. Este fenómeno puede ser una extensión de la ansiedad social general, que afecta a personas con miedo persistente a ser juzgadas en situaciones sociales. Sin embargo, incluso quienes no tienen antecedentes de este tipo de ansiedad pueden experimentarla debido a los estímulos propios de la temporada navideña. Una realidad de la que advierten desde el hospital Cedars Sinai.
Factores como el miedo a perderse algo (FOMO, por sus siglas en inglés) o su opuesto, la alegría de perderse algo (JOMO), suelen intensificar estos sentimientos. Las redes sociales juegan un papel crucial: cada publicación de un amigo en una fiesta, cada imagen de reuniones familiares aparentemente perfectas, refuerza la comparación y la sensación de no encajar. Además, el FOMO puede llevar a aceptar planes por miedo a sentirse excluido, mientras que el JOMO puede despertar conflictos internos entre el deseo de aislarse y el temor al juicio social.
Otros elementos desencadenantes incluyen las reuniones con familiares con quienes la relación es tensa, el temor a interacciones incómodas en cenas de empresa o la presión por encontrar los regalos perfectos. Cada una de estas situaciones puede crear un ambiente propicio para que la ansiedad social aflore, generando incomodidad y malestar. Una realidad de la que hemos hablado en ocasiones en THE OBJECTIVE.
Finalmente, el exceso de compromisos también juega un papel importante. Aceptar demasiados planes, tratar de satisfacer a todos y cumplir con las expectativas sociales puede hacer que las personas se sientan saturadas, lo que, combinado con la ansiedad social, puede resultar abrumador.
Consejos para evitar y afrontar la ansiedad social en Navidad
Afrontar la ansiedad social en Navidad requiere un enfoque práctico que permita equilibrar las demandas externas con las necesidades internas. Identifica tus prioridades y decide cuáles eventos son significativos para ti. Si prefieres quedarte en casa en lugar de asistir a una fiesta, permítetelo sin culpa. Algo que explican desde la British Association for Counselling and Psychotherapy (Asociación Británica de Consejería y Psicoterapia).
Tampoco tienes que aceptar todas las invitaciones. Decir ‘no’ no significa que seas menos sociable o amable. De hecho, puede ser un acto de autocuidado necesario. Practica rechazar propuestas de manera asertiva, ofreciendo una explicación breve y honesta, si lo consideras necesario.
Conviene también planificar con antelación los días que anticipas como más complicados. Por ejemplo, si sabes que la cena de Nochebuena puede ser un reto, organiza tu jornada de manera que tengas tiempo para relajarte antes y después del evento. Contar con estrategias para manejar situaciones concretas puede ayudarte a sentirte más seguro.
Del mismo modo, compartir tus sentimientos con alguien de confianza puede marcar la diferencia. Expresar cómo te sientes puede aliviar la carga emocional y ayudarte a encontrar apoyo en tu círculo más cercano. Además, verbalizar tus inquietudes puede ayudarte a identificar qué es lo que realmente te genera ansiedad.
En medio del caos navideño, es fácil descuidar tus propias necesidades. Asegúrate de dedicar tiempo a actividades que te relajen, como leer, pasear o meditar. Mantener una rutina saludable también incluye descansar lo suficiente, alimentarte bien y evitar excesos que puedan afectar tu estado emocional.
