Distimia: cómo superarla y recuperar el sentido de la vida
Los días están llenos de momentos de luz y sombra, pero ¿qué ocurre cuando las sombras se instalan permanentemente?

Una mujer con distimia | Canva
Existen situaciones en las que una sensación de tristeza persistente nos envuelve, afectando nuestra manera de vivir y percibir el mundo.
Entender por qué ocurre esto es esencial, ya que puede ayudarte a comprender mejor este fenómeno, descubrir sus raíces y encontrar el camino hacia una vida más plena y con sentido.
¿Qué es la distimia?
La distimia, también conocida como trastorno depresivo persistente, es una forma de depresión crónica que, aunque menos intensa que la depresión mayor, puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de quienes la padecen.
Afecta tanto a adultos mayores como a niños y adolescentes, siendo más prevalente en mujeres que en hombres. Comprender este trastorno, sus síntomas, causas y tratamientos es clave para superarlo y recuperar el sentido de la vida.
Este trastorno afectivo crónico que se caracteriza por un estado de ánimo melancólico y apático prolongado, que puede durar más de dos años en adultos o un año en menores.
Aunque los síntomas no son tan severos como en la depresión mayor, su persistencia puede afectar profundamente la vida personal, social y laboral.
¿Qué diferencias existen entre distimia y depresión?
Si bien ambos trastornos comparten síntomas como tristeza y baja autoestima, la distimia presenta diferencias importantes:
- Persistencia de los síntomas: mientras que la depresión mayor aparece en episodios, la distimia es continua.
- Falta de síntomas extremos: la distimia no suele incluir pensamientos suicidas o falta total de interés en actividades placenteras, aunque sí puede coexistir con otros trastornos como ansiedad o fobias.
¿Qué síntomas presenta la distimia?
- Tristeza constante y melancolía.
- Cansancio y falta de energía.
- Alteraciones del sueño y la alimentación.
- Baja autoestima y dificultades para concentrarse.
- Pensamientos negativos y tendencia al aislamiento social.
Causas y factores de riesgo
Aunque no hay una causa única identificada, existen varios factores que pueden contribuir al desarrollo de la distimia:

- Genéticos: antecedentes familiares de trastornos depresivos.
- Bioquímicos: desequilibrios en neurotransmisores como la serotonina.
- Ambientales: situaciones de estrés crónico, traumas emocionales o vivencias difíciles como jubilación, pérdida de un ser querido o cambios drásticos en la vida.
¿Cómo diagnosticar la distimia?
El diagnóstico suele realizarse mediante:
- Evaluación psicológica: para identificar patrones de comportamiento y síntomas.
- Exámenes físicos y de laboratorio: para descartar condiciones médicas subyacentes como problemas de tiroides.
- Entrevistas clínicas: con un profesional de salud mental para confirmar el diagnóstico.
¿Qué tratamientos existen? Aceptación y lucha
La distimia se puede superar con un enfoque integral que combine:
- Psicoterapia: especialmente las terapias cognitivo-conductuales (TCC), que ayudan a cambiar patrones de pensamiento negativos.
- Medicación: los antidepresivos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), pueden ser recetados en algunos casos.
- Técnicas de relajación: yoga, meditación y ejercicio regular para reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo.
- Hábitos saludables: alimentación equilibrada, sueño reparador y actividades que fomenten el bienestar.
El apoyo de familiares y amigos es crucial. Mantener una comunicación abierta, mostrar comprensión y alentar a la persona a buscar ayuda profesional puede marcar la diferencia.
¿Cómo recuperar el sentido de la vida?
La clave para superar la distimia radica en aceptar el problema y tomar medidas proactivas para tratarlo. Pequeños pasos como practicar gratitud, encontrar actividades significativas y establecer metas alcanzables pueden ayudar a recuperar la chispa de la vida.
No estás solo. Buscar ayuda profesional es el primer paso hacia una vida plena y con propósito. Como bien dice el dicho: «no existen atajos para la felicidad, pero cada paso cuenta para alcanzarla».
¿Qué pasa si no se trata la distimia correctamente?
Si no se aborda, la distimia puede cronificarse y evolucionar hacia una depresión mayor. También puede afectar las relaciones personales, la capacidad para trabajar y la salud física en general.