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Seis acciones cotidianas que afectan tu salud y cómo revertir sus efectos negativos

El bienestar y la buena energía no son cuestiones de suerte, sino el resultado de cuidar nuestras rutinas diarias

Seis acciones cotidianas que afectan tu salud y cómo revertir sus efectos negativos

Una mujer feliz | Canva

Nuestra vida cotidiana está compuesta por pequeñas acciones que, aunque parecen insignificantes, tienen un impacto profundo en nuestra salud, estado de ánimo y bienestar general.

Muchas veces, estas acciones se convierten en hábitos, repitiéndose de forma automática sin que nos demos cuenta de cómo afectan nuestra calidad de vida.

Sin embargo, no todos los hábitos que adoptamos son beneficiosos. Algunos, aunque parezcan inofensivos o incluso necesarios, pueden estar saboteando nuestra energía, drenando nuestra motivación y generando un estado constante de malestar físico o emocional.

Lo curioso de estos comportamientos es que, en ocasiones, están tan arraigados en nuestra rutina que se sienten normales, cuando en realidad pueden estar actuando como obstáculos silenciosos que nos impiden sentirnos plenos y satisfechos.

Hábitos que debes de eliminar de tu vida

A menudo, estos malos hábitos no son el resultado de decisiones conscientes, sino de la falta de información, de presiones externas o simplemente de la comodidad que supone seguir en piloto automático.

Cambiarlos requiere primero identificarlos, entender cómo nos afectan y aprender alternativas más saludables que nos acerquen a una vida equilibrada y positiva.

Si alguna vez te has sentido cansado, desmotivado o con la sensación de que algo no encaja en tu día a día, tal vez sea momento de revisar ciertos patrones de conducta.

Es posible que pequeños ajustes en tu rutina sean la clave para desbloquear un mayor bienestar, elevar tu energía y mejorar tu actitud hacia la vida.

hábitos progresar vida
Hábitos que debes cambiar cuanto antes si quieres progresar en tu vida

1. Rutina de sueño incorrecta

Dormir bien no es un lujo, es una necesidad. La calidad de tu sueño afecta directamente tu actitud y nivel de energía. Sacrificar horas de descanso para cumplir con tareas o rutinas no solo te hará menos productivo, sino también más irritable.

2. Usar el teléfono móvil al levantarse

El cerebro recién despierto es como una esponja. Revisar el móvil apenas abres los ojos sobrecarga tu mente con notificaciones, pendientes y redes sociales. Esto dispara tus niveles de cortisol, la hormona del estrés, y genera una mala base para el resto del día.

3. No hacer ejercicio

Mover el cuerpo no solo fortalece los músculos, también mejora el ánimo. La actividad física regular incrementa la producción de dopamina, serotonina y endorfinas, los químicos responsables de la felicidad.

4. Retener la ira y el resentimiento

El resentimiento y la ira no afectan a la persona que te hirió, sino a ti. Estas emociones se acumulan como un veneno que desgasta tu salud mental y física.

5. Falta de luz solar

La luz solar no solo regula tu reloj biológico, sino que también ayuda a tu cuerpo a producir vitamina D, un nutriente esencial para mantener el ánimo y la energía elevados.

6. Comer alimentos altamente procesados

Los alimentos procesados están llenos de azúcares, grasas trans y aditivos que demandan mucha energía para ser digeridos, dejando menos combustible para tus actividades diarias.

¿Cómo empezar a tener buenos hábitos de verdad?

Comenzar a desarrollar buenos hábitos no es una tarea fácil, pero tampoco es imposible. Todo cambio significativo comienza con pequeños pasos y una mentalidad comprometida.

A menudo, la clave no está en hacer cambios drásticos de la noche a la mañana, sino en integrar de manera gradual acciones positivas que eventualmente se conviertan en parte natural de tu día a día.

  1. Define tus metas claras y específicas: saber qué quieres lograr es fundamental. En lugar de establecer metas vagas como «quiero ser más saludable», opta por objetivos concretos como «quiero caminar 30 minutos al día» o «quiero beber 2 litros de agua diarios». Tener claridad te ayudará a mantener el enfoque.
  2. Empieza pequeño: la clave para que un hábito se mantenga es comenzar con cambios simples y manejables. Por ejemplo, si quieres empezar a leer más, comienza con cinco o 10 minutos al día en lugar de intentar leer un libro completo de inmediato.
  3. Establece una rutina: la consistencia es esencial para formar hábitos duraderos. Intenta asociar el nuevo hábito con algo que ya haces. Por ejemplo, después de cepillarte los dientes, puedes dedicar cinco minutos a meditar o escribir un diario.
  4. Celebra las pequeñas victorias: reconoce y celebra tus avances, por pequeños que sean. Esta gratificación positiva te ayudará a reforzar el hábito y mantenerte motivado a largo plazo.
  5. Sé paciente contigo mismo: formar un hábito lleva tiempo, y es normal cometer errores en el proceso. En lugar de castigarte por un día en el que no cumpliste tu meta, vuelve a intentarlo al día siguiente. La perseverancia es más importante que la perfección.
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