The Objective
Lifestyle

El principio de Premack o cómo ser más productivo utilizando el 'gancho' del placer

Este principio se relaciona con la forma en que el cerebro responde a la anticipación de la recompensa

El principio de Premack o cómo ser más productivo utilizando el ‘gancho’ del placer

Cómo utilizar el Principio de Premack

A mediados del siglo XX, el psicólogo estadounidense David Premack observó algo que hoy parecería obvio, pero que en su momento desafió muchas ideas sobre el comportamiento: los seres humanos —y también los animales— tienden a repetir aquellas conductas que les resultan placenteras, mientras evitan aquellas que les parecen tediosas o incómodas.

En un estudio clásico con monos cebus, Premack descubrió que podía aumentar la probabilidad de que los animales realizaran una actividad menos atractiva —como presionar una palanca— si después se les permitía realizar una actividad que disfrutaban, como mover una palanca diferente asociada a una recompensa. Este hallazgo llevó a lo que luego se conocería como el Principio de Premack, o la “hipótesis de la probabilidad relativa”.

En términos sencillos, este principio establece que una actividad con alta probabilidad de ocurrir (porque es más placentera o motivadora) puede reforzar una actividad con baja probabilidad de ocurrir. En otras palabras: si haces primero lo que debes, podrás hacer después lo que deseas.

Si haces primero lo que debes, podrás hacer después lo que deseas

Este principio, aunque nació en un laboratorio, ha encontrado aplicaciones sorprendentemente útiles en la vida diaria. Desde entrenadores personales hasta padres de familia, pasando por coaches de productividad y psicólogos, muchos han utilizado de forma intuitiva esta estrategia para motivar comportamientos positivos.

Un ejemplo clásico es el de los padres que permiten a sus hijos jugar videojuegos solo después de hacer la tarea. Pero en el mundo adulto, la fórmula también funciona. Quien dice “primero termino este informe, y después veo mi serie favorita” está, sin saberlo, aplicando Premack.

Lo importante aquí no es solo la secuencia, sino también el vínculo que se crea entre la obligación y el deseo. Al conectar una tarea que usualmente evitamos con una recompensa que genuinamente nos motiva, estamos utilizando nuestras propias inclinaciones como combustible para el cambio.

Neurociencia y hábitos: ¿por qué funciona?

Desde una perspectiva neuropsicológica, este principio se relaciona con la forma en que el cerebro responde a la anticipación de la recompensa. Estudios sobre el sistema de dopamina, como los realizados por la investigadora Wolfram Schultz en la Universidad de Cambridge, han demostrado que el cerebro responde de manera activa no solo a la recompensa en sí, sino al anticiparla. Esta anticipación puede ser un poderoso motor de acción.

Cuando asociamos una tarea no placentera con una actividad que disfrutamos, generamos un circuito de motivación que reduce la resistencia emocional al esfuerzo. El resultado es que la tarea difícil deja de sentirse tan pesada, porque va acompañada de una expectativa positiva.

¿Cómo podemos aplicar este principio a nuestro día a día?

Cómo adelgazar caminando en una cinta de correr; a qué velocidad ir

En un mundo saturado de distracciones y gratificaciones instantáneas, muchas personas luchan por mantener el enfoque en objetivos a largo plazo. Aquí es donde el Principio de Premack puede marcar la diferencia. Por ejemplo, si quieres escribir un libro pero nunca tienes ganas ni tiempo para ponerte a ello, puedes condicionarte a que solo podrás escuchar tu música favorita mientras escribes. De esta forma, lo acabarás haciendo y con placer.

¿Quieres hacer ejercicio, pero lo pospones constantemente? Decide que solo podrás ver tu serie favorita o una película que quieras ver mientras estás en la cinta. Y si te cuesta estudiar o trabajar en casa, lo suyo sería crear una rutina en la que, tras cada bloque de concentración, vemga una recompensa planificada y concreta.

Este sistema también puede potenciar técnicas como la técnica Pomodoro, que divide el trabajo en intervalos breves y productivos. Si combinas esta estrategia con Premack —trabajar 25 minutos y luego tomar un café o ver redes sociales por cinco minutos—, el esfuerzo se vuelve más manejable y el progreso más sostenible.

Algunas personas pueden desconfiar de este tipo de estrategias, viéndolas como una forma de ‘autoengañarse” o de manipularse. Pero lo cierto es que el Principio de Premack no promueve la represión ni el castigo, sino todo lo contrario: reconoce tus gustos, tus ritmos y tus límites, y los convierte en herramientas a tu favor. A diferencia de la disciplina forzada o la motivación basada en culpa, esta teoría se basa en el principio del refuerzo positivo, lo cual resulta mucho más efectivo a largo plazo para cambiar hábitos y conseguir metas que uno mismo desea.

Publicidad