Síndrome del corazón congelado: cuáles son las consecuencias en relaciones futuras
Al igual que una flor que se cierra para protegerse y luego se abre al sol, el corazón humano tiene la misma capacidad de sanar

Corazón congelado | Canva pro
En la actualidad, muchos jóvenes se preguntan por qué no logran enamorarse y encontrar pareja. Tras experiencias afectivas dolorosas, la mente y el cuerpo buscan protegerse, llevando a una desconexión emocional conocida como el síndrome del corazón congelado. Este fenómeno ha sido ampliamente discutido en medios de comunicación, como en una reciente entrevista para los informativos de Antena 3, donde una joven expresó: «Al final, cuando te hacen daño y lo pasas mal, no quieres volver a pasar por lo mismo; es un mecanismo de defensa».
Un mecanismo de defensa emocional
El síndrome del corazón congelado no implica la pérdida permanente de la capacidad de amar, sino una respuesta adaptativa del cerebro ante experiencias traumáticas. La psicóloga y sexóloga María Esclapez lo describe como una especie de burnout emocional, donde el cerebro opta por sentir menos para evitar más dolor. Esta desconexión emocional puede ser temporal, pero si se prolonga, puede afectar la capacidad de establecer vínculos profundos y saludables.
Las redes sociales han transformado la forma en que nos relacionamos. Plataformas como Instagram y TikTok promueven ideales de belleza y relaciones perfectas que, en muchos casos, son inalcanzables. Una joven entrevistada señaló: «La gente busca más lo fácil y no se quiere comprometer tan a largo plazo». Esta superficialidad en las interacciones puede contribuir al miedo al compromiso y a la evitación de relaciones profundas. Otra joven mencionó que, en cuanto surge un problema al conocer a alguien, muchos no luchan por la relación como se hacía antes. Este cambio en la forma de abordar las relaciones puede estar relacionado con la rapidez con la que se inician y terminan, facilitada por las aplicaciones de citas y la cultura de lo inmediato.

El miedo al compromiso y la desconfianza pueden llevar a algunas personas a buscar ideales inalcanzables en lugar de aceptar la imperfección humana. En lugar de construir relaciones basadas en la autenticidad y la vulnerabilidad, se refugian en la búsqueda de red flags y señales de advertencia, evitando así la posibilidad de una conexión genuina. A pesar de los miedos y las experiencias dolorosas, algunos creen que el amor merece la pena. Un entrevistado aconsejó: «Hay que intentarlo, el amor es muy bonito y merece la pena lucharlo. Hay mucha gente en el mundo y mucha gente dispuesta a quererte como tú le querías». Esta perspectiva destaca la importancia de la apertura emocional y la disposición a arriesgarse para experimentar el amor verdadero.

El impacto emocional y recuperación del corazón congelado
Vivir con el corazón emocionalmente desconectado puede parecer una forma de protección, pero si esta situación se prolonga, puede tener efectos negativos en la forma en que nos relacionamos con los demás. La psicóloga Carmen Martín Arribas advierte que este “apagón afectivo” puede llevar a relaciones marcadas por el aislamiento y la desconfianza, aunque subraya que esta etapa no es definitiva y puede superarse con trabajo emocional. Para superarlo, es fundamental reconocer la necesidad de sanar y buscar apoyo. La terapia, el autocuidado y la introspección son herramientas clave para reconectar con el afecto. Es importante recordar que el amor no se trata de encontrar a la persona perfecta, sino de construir una relación basada en la autenticidad, la comunicación y el respeto mutuo.