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Nutrición

Vanesa León, nutricionista: «Este error impide que el ayuno intermitente te funcione»

Muchos se dejan llevar por modas o por personas no del todo profesionales al establecer algo tan importante como una dieta

Vanesa León, nutricionista: «Este error impide que el ayuno intermitente te funcione»

Vanesa León, nutricionista de Biogran | Cedida

El ayuno intermitente se ha convertido en una de las tendencias más populares dentro del mundo de la nutrición. Redes sociales, influencers y celebridades lo promueven como una fórmula casi milagrosa para adelgazar, resetear el cuerpo o incluso mejorar el metabolismo. Sin embargo, detrás de su creciente popularidad, hay un problema que muchos están pasando por alto. Así lo advierte Vanesa León, nutricionista de Biogran, quien lanza una advertencia clara: «El ayuno intermitente no te está funcionando por cómo lo estás aplicando».

Durante el evento organizado por Biogran, al que ha asistido THE OBJECTIVE, hemos tenido la oportunidad de conversar con la experta para profundizar en los errores más comunes que impiden que esta práctica dé los resultados esperados. León, con años de experiencia en nutrición clínica y alimentación consciente, subraya que esta técnica, basada en restringir la ingesta de alimentos durante un número determinado de horas, tiene beneficios reales.

«Metabólicamente puede ayudar a regular el organismo, depurar el sistema digestivo e incluso facilitar una ligera pérdida de peso», afirma. Sin embargo, añade un matiz clave: la calidad de los alimentos sigue siendo fundamental. «No se trata de comer cualquier cosa durante la ventana de ingesta. Muchas personas, tras horas de ayuno, llegan con tanta ansiedad que terminan eligiendo productos muy calóricos y poco saludables, creyendo que por haber estado 16 horas sin comer ya tienen vía libre», explica. Esta mala interpretación, impulsada por contenidos simplificados en redes sociales, es lo que realmente está haciendo que el ayuno intermitente no funcione para muchas personas. Porque no se trata solo de cuándo se come, sino de qué se come y cómo se responde al hambre real del cuerpo, concluye la experta.

Errores en el ayuno intermitente

El problema no es el ayuno en sí, sino cómo se está adoptando de forma masiva y sin supervisión. «Cada vez más personas lo están haciendo por su cuenta, siguiendo consejos que ven en redes sociales, sin considerar si su cuerpo realmente lo necesita o si lo están haciendo correctamente» advierte León. En su forma más extendida, el modelo 16:8, es decir, 16 horas de ayuno y una ventana de 8 horas para comer, es el más accesible para la mayoría. Pero, según León, «lo que vemos en consulta es que muchas personas llegan a esas horas de comida con tanta ansiedad, tras haber pasado hambre, que acaban ingiriendo productos muy calóricos y poco saludables. Y, por desgracia, creen que lo están haciendo bien».

Esta mala interpretación del ayuno intermitente, impulsada en gran parte por los mensajes simplificados de las redes sociales, es precisamente lo que hace que no funcione. «No se trata solo de dejar de comer durante un tiempo, sino de lo que comes después. Y mucha gente está fallando justo ahí», resume la experta.

¿Saltarse el desayuno o cenar temprano?

Una de las dudas más habituales es si es más beneficioso saltarse el desayuno o la cena. León es clara: «La teoría dice que no hay que saltarse ninguna comida. Si tú te vas saltando ingestas, estás comprometiendo el aporte de nutrientes diario que tu cuerpo necesita». Eso sí, matiza que escuchar al cuerpo es clave: «No se debe comer sin hambre. Si te levantas sin apetito, no hay por qué forzarte. Pero eso debe ser una excepción, no una norma».

Plato de comida saludable
Plato de comida saludable

¿Cuánto debe descansar el aparato digestivo?

Para quienes quieren seguir el ayuno intermitente de forma adecuada, la nutricionista Vanesa León recomienda un descanso mínimo de 16 horas entre la última comida del día y la primera del día siguiente. «Una opción práctica sería comer a la una del mediodía y cenar antes de las nueve. A partir de ahí, solo se pueden ingerir líquidos sin calorías, como agua, infusiones o café solo», explica. Y añade un punto importante: «Esto no es Ramadán. Hay que mantenerse hidratado».

Lejos de la creencia popular que promueve hacer cinco comidas al día, León insiste en que no existe una pauta universal. «Todo depende del estilo de vida, del nivel de actividad física y del estado de salud de cada persona. Para un adulto sedentario, dos o tres ingestas bien equilibradas al día pueden ser suficientes», señala. En definitiva, más allá del número, lo importante es cubrir las necesidades nutricionales reales. «Hay personas que pueden lograrlo en dos comidas, otras necesitan cinco. El problema es cuando comemos constantemente, sin hambre real», recalca.

¿Estamos comiendo más de la cuenta?

Según la especialista, el éxito del ayuno intermitente también se apoya en cómo comíamos en el pasado. «Antiguamente no se hacían tantas comidas, y muchas veces por necesidad más que por elección. Hoy tenemos acceso constante a comida y la cultura del picoteo ha invadido nuestra rutina». Sin embargo, León recuerda que, aunque el cuerpo humano es adaptable, los tiempos han cambiado: «Antes se comía menos, pero también había muchas más carencias nutricionales y la esperanza de vida era menor. Ahora tenemos más información, y eso debe usarse para comer con conciencia, no con culpa ni modas pasajeras».

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