Álex González, a sus 45 años: «Este es el alimento que no como para estar en forma»

Álex González se ha consolidado como uno de los actores españoles más admirados, no solo por su talento frente a la cámara, sino por un físico que parece desafiar el paso del tiempo. A sus 44 años, su presencia sigue siendo impactante, con una musculatura definida que refleja disciplina y constancia, más allá de la genética que muchos le atribuyen. Sin embargo, detrás de ese cuerpo trabajado hay años de esfuerzo, entrenamientos adaptados y una relación con la alimentación basada en equilibrio y sentido común.

El pequeño secreto que Álex González deja fuera del plato

En una entrevista para Men’s Health años atrás, el actor reconocía que su rutina no había sido siempre rígida. «A veces algo anárquica», admitía, describiendo un camino que combina compromiso y flexibilidad. No se trata de dietas extremas ni de privaciones estrictas, sino de un conocimiento consciente de cómo funcionan los macronutrientes. Proteínas, carbohidratos y grasas son los pilares que guían sus decisiones, y aunque puede permitirse algún exceso, sabe cómo corregirlo sin dramatismos. Su filosofía se basa en la comida real y en evitar los productos ultraprocesados, aunque no se encierra en dogmas: «Si algún día me veo una lorcilla, luego adapto mis comidas unos días, por ejemplo reduciendo el pan», comentaba con humor en la entrevista.

Alimentación estratégica con asesoramiento profesional

Detrás de su aspecto atlético hay también un equipo profesional que acompaña su proceso. Javier Fernández Ligero, farmacéutico y nutricionista, ha sido clave en la planificación de su dieta. Para Álex, los hidratos de carbono provienen de fuentes naturales como arroz, quinoa, patata o boniato. Las grasas se equilibran con aguacate, frutos secos y pescados azules de pequeño tamaño, elegidos por su bajo contenido en mercurio, mientras que las proteínas se obtienen principalmente de carnes blancas, pescado y verduras frescas, especialmente de hoja verde. Este enfoque combina rendimiento físico y bienestar general, evitando carencias y favoreciendo la energía necesaria para un estilo de vida activo.

El entrenamiento es otra pieza fundamental en su mantenimiento físico. No se limita a levantar pesas; su preparación combina fuerza, resistencia y movilidad, adaptando los ejercicios según sus objetivos y compromisos profesionales. Álex ha declarado que la perseverancia ha sido clave: aunque reconoce momentos de improvisación o desorden, nunca ha abandonado el trabajo constante que define a un verdadero atleta. La consistencia, más que la intensidad extrema puntual, es lo que ha permitido que su cuerpo se mantenga tonificado durante años.

Salud mental como prioridad

Pero Álex González no se centra únicamente en el físico. La salud mental ocupa un lugar prioritario en su rutina diaria. La meditación forma parte de sus hábitos desde hace tiempo, y aunque al principio le resultó frustrante, hoy es una práctica que le ayuda a manejar el estrés y a mantener el enfoque. Para él, meditar no significa forzar la mente a estar en blanco, sino encontrar el método que mejor funcione para cada persona, incluso a través de técnicas activas que combinan movimiento y conciencia. Además, no duda en reconocer la importancia de la psicología profesional cuando es necesario, un gesto que normaliza el cuidado de la salud mental en un entorno donde a menudo se subestima.

Su equilibrio entre cuerpo y mente refleja una filosofía de vida que trasciende la estética. La disciplina en la alimentación y el ejercicio, combinada con prácticas que favorecen la calma y el autoconocimiento, dibuja un modelo sostenible de bienestar. No se trata de perseguir la perfección, sino de cultivar hábitos que permitan mantenerse activo, saludable y emocionalmente estable.