Fiat Topolino: el coche que comprarás a tus hijos pero querrías para ti
Se puede cargar en apenas tres horas sin necesidad de instalaciones, como un teléfono móvil, enchufándolo a una toma de corriente normal
Al exitoso Fiat 500 le ha salido un hermano pequeño, y parece un contrasentido si se observan las tendencias actuales. Muchas marcas crecen hacia arriba, llamadas por los superiores beneficios, pero pocas apuestan por hacerlo hacia abajo. En los segmentos altos es donde está el dinero, y las marcas europeas han descuidado las bajas durante el periodo de la pandemia. Casi todas ellas temen la llegada del coche chino, barato y eléctrico; no saben muy bien cómo atacar ese espacio y ganar dinero al mismo tiempo.
Sin embargo, el Grupo Stellantis, con marcas muy asentadas de forma tradicional en modelos de acceso, no se ha plantado de forma contundente en lo eléctrico, pero está sacando productos tan poco habituales como el recién presentado Fiat Topolino. En realidad, no se trata más que de un Citroen Ami, un cuadriciclo eléctrico muy barato, pensado para el público más joven. La diferencia con su hermano francés, o el Rocks-e de la alemana Opel, es que viene aderezado con el estilo y sabor que solo los italianos saben dar a sus productos.
El (nuevo) Topolino
Impulsada por Mussolini, la Fiat de entreguerras sacó un modelo a modo de respuesta a las mismas necesidades del Volkswagen Escarabajo germano. La firma de Turín ofreció en Fiat 500 A desde 1936 y hasta 1955 con solo tres iteraciones. Su aspecto recordaba a la figura de Mickey Mouse, el personaje de Disney que en Italia se llamó Topolino («ratoncito» en español), y de ahí su nombre popular.
El Topolino de 2023 no recuerda a aquel modelo sino al Fiat 500 de 1957, remozado para este siglo XXI con las versiones que hoy se pueden ver en los concesionarios, y que ha hecho ganar toneladas de dinero a la compañía. El ‘nuevo Topolino’, mide 2,4 metros y, de acuerdo con las tendencias imperantes, es eléctrico. Si su planta motriz acaba siendo la del Ami, desarrolla 8,2 CV, lo que le permite desplazarse hasta a 45 km/h. Su batería es capaz de albergar energía para cubrir hasta 75 kilómetros, y se puede cargar en apenas tres horas sin necesidad de instalaciones. Lo hace como un teléfono móvil, enchufándolo a una toma de corriente normal.
El acabado de Fiat añade detalles muy italianos como ese salpicadero a rayas, o un techo de lona enrollable con cierto aire retro, al igual que sus tapacubos y unos cromados paragolpes. Las puertas han desaparecido, y dejan paso a unas acordonaduras que se abren y cierran como cuando te dejan entrar —o no— en la zona VIP de una discoteca. Una vez retirados dan paso a los dos únicos asientos disponibles en su interior. Su construcción, en línea con sus hermanos, es minimalista y reducida a la mínima expresión, para reducir en lo posible el precio. Fiat no ha declarado con precisión para cuando estarán disponibles las primeras unidades, pero se habla de la primavera del año que viene.
Mercado juvenil
La cantinela es la misma, y oída en miles de hogares: «Una moto, no. Cuando tengas edad para un coche, te compramos uno». La gente joven, como el resto del mundo, necesita desplazarse. Por eso muchas familias, por la razón que sea, prefieren un vehículo carrozado ante las opciones del servicio público, los patinetes o motocicletas. Pero las opciones automovilísticas albergaban dos barreras: un precio alto y una edad mínima de acceso al carnet de conducir. Si con los cuadriciclos se liquidaron de un plumazo estas dos pegas, con lo eléctrico se ha añadido un atractivo más a la oferta.
Para este tipo de vehículo no es necesario poseer el carnet de conducir y se puede conducir a partir de los 15 años. En cuanto al precio, para el Fiat Topolino aún no tenemos fijada una cifra, aunque bien podría situarse en el entorno de los 9-10.000 euros. Esto es una mera especulación basada en que el precio del modelo básico, el Ami original, se sitúa en España en los 7.990 euros puesto en la calle. Su versión Buggy, la más exótica y mejor equipada, saldrá a la venta a cambio de 10.490 euros.
El éxito de este último acabado en edición muy limitada fue fulgurante. Cuando los primeros Ami Buggy salieron a la venta, y solo por Internet, colocaron todas las unidades en apenas 18 minutos. Como si fueran entradas de un concierto de Coldplay, agotaron todos los coches fabricados en tiempo récord. Es por ello que el 20 de junio, a las doce del mediodía, cincuenta afortunados del mercado español tendrán acceso a uno de los mil fabricados en la nueva serie.
La gente joven no es que no quiera coches; es que no tiene dinero para comprarse uno. Con el Topolino se puede pulsar una tecla interesante: la de rebajar el nivel del vehículo de acceso a una clientela que luego deseará otras opciones superiores cuando su nivel económico les permita otras posibilidades. Y un añadido. Las nuevas generaciones no sienten la pulsión por los coches que sí tuvieron las anteriores, pero miran con otros ojos a los eléctricos, y los vehículos que albergan alma, que tienen un atractivo especial. Los coches de altas prestaciones, y cifras exuberantes, están siendo desplazados por aquellos que tienen personalidad. Los fabricantes lo saben, y de ahí jugadas como las del Topolino, una solución para la movilidad que está reclamando el público de esta tercera década.