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Los mecánicos de Fórmula 1 cambian cuatro ruedas en 1,8 segundos: ¿cómo lo hacen?

Cuando alguien intenta imaginar qué puede hacer en dos segundos, esta afirmación parece brujería, pero es muy real

Los mecánicos de Fórmula 1 cambian cuatro ruedas en 1,8 segundos: ¿cómo lo hacen?

Los mecánicos de McLaren baten el récord del mundo de cambio de neumáticos. | Europa Press

Los coches de calle cada vez pinchan menos. La calidad de las carreteras no es la que era hace unas décadas, los neumáticos son más resistentes, o hasta los hay que en casos de pinchazo garantizan ciertos kilómetros de rodadura. El caso es que el conductor medio cambia muchas menos ruedas que en el pasado. Una sola persona puede hacerlo en cinco minutos, diez o quince si se lo toma con calma, e incluso hay quien llama al servicio de asistencia en carretera para que se la sustituyan. Pero nunca, jamás las cambiará en el tiempo que lo hace un equipo de Fórmula 1… menos de dos segundos. 

Cuando alguien intenta imaginar qué puede hacer en dos segundos, esta afirmación puede parecer mentira, o brujería, pero es muy real. Lo de McLaren este fin de semana en el Gran Premio de Qatar no es más que optimizar procesos, mucho entrenamiento, y elevar a la calidad de arte la relativamente sencilla operación de cambiar las ruedas de un coche. Desde un punto de vista técnico es fácil, la magia reside en que lo hicieron en 1,8 segundos. 

Imagen de McLaren.

Velocidad sobrenatural

Sí, menos de dos segundos, y dos centésimas menos que los tenedores del récord previo, la escudería Red Bull. Los actuales campeones del mundo dejaron el listón muy alto, o muy bajo según se mire, cuando en 2019 lograron sustituir las cuatro ruedas de uno de sus monoplazas en 1,82 segundos. El equipo de Woking, uno de los más laureados de la historia y que pasa por una etapa grisácea de la que andan saliendo, fueron este fin de semana aún más rápidos. 

Lando Norris peleaba por alcanzar la zona de pódium cuando en la vuelta 27 fue reclamado desde boxes a realizar su segundo pitstop, su segunda parada en jerga de la F1. El Gran Premio de Qatar, decimoséptima prueba del calendario, discurría dominada por el desde el sábado Campeón del Mundo Max Verstappen, y el británico iba a su estela. 

https://twitter.com/F1/status/1711310577421926742

La carrera quedó algo desvirtuada por un verdadero problemón. Los pianos cataríes —los límites de pista en las curvas— eran demasiado altos, muy agresivos con los neumáticos, y Pirelli detectó que podían incurrir en peligro de incluso causar accidentes; el proveedor italiano no podía garantizar la durabilidad de los mismos. La Federación Internacional de Automovilismo (FIA) tomó una decisión salomónica: prohibir disputar más de dieciocho giros con el mismo juego de neumáticos durante la prueba. Debido a la longitud de la carrera, 300 kilómetros más una vuelta distribuidos en 57 giros, obligaban a los participantes a detenerse al menos en tres ocasiones. Cualquiera que hubiera desarrollado una estrategia específica, tendría que dejarla para otra ocasión y asumir un mandato poco favorable. 

¿Cómo lo hicieron? 

La parada en boxes es una de las operaciones más delicadas en carrera, y un ballet de una veintena de participantes. Si solo uno comete un error, el piloto se excede en su frenada, no alinea correctamente el coche, falla una pistola de aire comprimido, o una rueda se ajusta mal, puede mandar toda la carrera al cuerno. 

Dos mecánicos, por norma general los más corpulentos, levantan el coche con un elevador operado por fuerza manual, uno por delante y el otro por detrás. Si el piloto frena fuera del margen de error de unos centímetros, puede atropellar al del gato delantero. Otros dos mecánicos sujetan el coche por los lados, en el hueco que hay entre las ruedas delanteras y traseras; lo hacen para otorgar cierta estabilidad al monoplaza, y que se quede equilibrado. Luego hay tres ejecutantes por cada neumático; uno que retira la rueda gastada, el que pone la nueva, y entre ellos alguien que con una pistola neumática la desatornilla al llegar, invierte el sentido de su pistola de aire comprimido con un golpe seco, y atornilla la recién puesta. 

Es habitual que haya personal ‘de recambio’ por si fallasen los que suben y bajan el coche, con una herramienta clónica, y puede haber dos más con un morro de repuesto, por si hiciese falta. Siempre hay un responsable que lo controla todo y valida la operación, por norma general en la parte delantera exterior, muy pegado al carril de aceleración. Decide, viendo la actividad en esta zona, si el coche puede salir sin provocar un accidente con otro que pase. 

Mecanismos necesarios

Aparte de los gatos elevadores, que son sofisticadas palancas que recogen el coche por debajo, hay una pieza clave: las tuercas. Es una sola por cada rueda, y va acoplada a cada llanta, fijada a ella. Los equipos llevan medio centenar largo a cada carrera, salen de un bloque cuadrado de aluminio, y su vida útil es la misma que las de las gomas que sujetan: entre cien y ciento cincuenta kilómetros, y no muchos más. Son tan ligeras y minimalistas, que se sobreentiende que pierden su capacidad de sujeción y robustez pasado su ciclo vital. Una vez utilizadas se suelen regalar a visitas, empleados y amigos, o se mandan a reciclar, con los restos de aluminio procedentes del bloque en la que se moldeó. 

Las escuderías saben de la importancia de esta delicada maniobra, por eso los mecánicos —y a veces alguna mecánica— son siempre los mismos. Rara vez cambian, y forman un pequeño equipo dentro del equipo. Se mueven juntos, comen juntos, viajan juntos y se entrena juntos, tanto en lo físico como en sus procedimientos. En Ferrari tienen un gimnasio pegado a la pista de Fiorano, el trazado de pruebas de la marca a escasos doscientos metros de la factoría. Es moneda común que lo use Carlos Sainz cuando anda en Italia. Cuando el médico Aki Hintsa, el legendario preparador de muchos de los pilotos vivía —falleció en 2016—, era muy celebrado el stage de pretemporada en el que preparaba a los mecánicos de McLaren. Los llevaba a su Finlandia natal, los hacía tomar baños de agua caliente y acto seguido de fría, los encerraba en saunas y los sometía a un duro entrenamiento rayano en el militar. En alguna ocasión fueron acompañados por Lewis Hamilton. 

Cada equipo tiene sus pautas y costumbres, aunque son habituales dos o tres sesiones de entrenamientos específicos por semana. En cada una de ellas se cambian no menos de medio centenar de veces los neumáticos, a veces hasta cerca de cien. Repiten una y otra vez la operación para desarrollar la memoria muscular. Un mecánico conduce un coche, actual o de un año anterior, incluso equipado con un motor eléctrico como tiene Red Bull, para hacer una y otra vez lo mismo que ocurrirá en carrera. Es una carrera dentro de la carrera, en la que nada puede fallar. 

Más goma necesita más músculo

El registro de McLaren tiene aún más mérito por una cuestión regulatoria. En 2022 las llantas pasaron de 13 a 18 pulgadas, y los neumáticos crecieron a lo ancho y lo alto; son más grandes. Las medidas son de 305/720 los delanteros, y 405/72 los traseros. Para hacerse una idea, los neumáticos más populares y habituales en el mercado español andan entre el 185/65 y el 205/55, la mitad. Si se le meten las medidas propias de un F1 a un buscador de neumáticos, no salen gomas de turismos, sino de tractores, aunque montadas en llantas mucho más grandes. 

Cuando llegaron estas nuevas medidas, muchos observadores supusieron que las paradas en boxes serían más lentas. Más peso, masa y volumen conducirían a unos peores registros a la hora de desplazar los gigantescos pedazos de goma. Se equivocaron. Las escuderías conocen la importancia estratégica de sus paradas y entrenan a sus mecánicos como si fueran atletas olímpicos. De nada sirve ser décimas más rápido en pista si luego se pierden segundos en boxes, así que los récords siguen cayendo a base de mucho entrenamiento, mejorar los procesos, y rediseñar piezas como los extremos de los ejes, las tuercas, llantas, o hasta las pistolas de aire con una meta única en mente: ser más rápidos que los del box de al lado.

A día de hoy los Red Bull son insuperables en pista, pero en los boxes sí hay quien pueda con ellos… McLaren, y es una de las razones por las que los dos bólidos naranja subieron al podio en Qatar. De momento no las vencen, pero quién sabe, porque en la Fórmula 1 todo ocurre tan rápido que hasta estando quietos se ganan carreras.

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