Lamborghini catapulta al SUV Urus SE con motor híbrido para sublimar su comportamiento
El Urus SE logra más de 60 kilómetros en uso eléctrico puro y casi 200 CV en el acelerador
Todo suma. Pero la principal motivación de los ingenieros de Lamborghini al hibridizar su exitoso SUV Urus S no ha sido la búsqueda de la potencia, reducir el consumo o dejar contentas a las autoridades. Ha sido para mejorar la experiencia del conductor, porque cuentan con el santo grial del manejo dinámico: el empuje vectorial.
El Urus supone más de la mitad de las ventas globales de Lamborghini. De las 10.112 unidades que matricularon en 2023, 6.227 fueron de este modelo, una de cada seis. Los creadores del Miura, y de todos los que llegaron detrás, jamás alcanzaron cotas de éxito comercial como el que les ha proporcionado su primer SUV; un cuatro puertas de más de dos toneladas, que ha resultado ser un éxito sin precedentes. Por ello no es sorpresa que sus ingenieros den vueltas a un concepto que siempre es mejorable.
Mimar al conductor
En palabras de Rouven Mohr, director técnico de la firma, en conversación con THE OBJECTIVE, añadir números, cifras, y argumentos de ventas a sus coches siempre viene bien. Pero en realidad el crear el Urus SE, el primer SUV híbrido enchufable de Santa Agata, la finalidad prioritaria no era otra que la de mejorar la experiencia de conducción.
El Urus es un coche poderoso, pero al aplicar caballería extra de forma distribuida más allá de lo que una mecánica puede aportar, lo cambia todo. Según el ingeniero germano responsable del proyecto, la mezcla de potencia de origen térmico, con la posibilidad de añadir la eléctrica combinada —en especial— al eje trasero y de manera separada por rueda, abre nuevas vías a los procesos de mejora en el pilotaje. Hay otras posibilidades, con nuevos atributos, y capacidades de las que nunca antes habían dispuesto.
La percepción del cambio es inmediata, con reacciones más fiables, más previsibles, más rápidas. La nueva arquitectura transmite más confianza al conductor cuando se lleva cerca de sus límites. Donde hasta ahora se jugaba con los ajustes, sobre todo en curvas muy cerradas, a base de distribución en la frenada y compromisos que derivaban en limitaciones, ahora la tracción es muy flexible.
La conducción habitual del Urus suele ser mixta y han encontrado un equilibrio entre la usabilidad diaria, incluso urbana, comodidad, un carácter muy adaptable a muchas situaciones, sin perder su marcado carácter deportivo, cuando no extremo. Comparado con el Urus Performante, el más radical de la gama, sus registros en circuito son casi los mismos, con diferencias inapreciables en términos de velocidad absoluta. Sin embargo, este híbrido enchufable, con 150 kilos extra, se siente más ágil y manejable, al que hay que someter a menos correcciones, y con un tacto más cercano a los deseos del conductor.
En Lamborghini querían reducir sus emisiones, lo que no querían era disminuir su motor. No han reemplazado potencia térmica por eléctrica, sino que la han sumado. La rebaja en términos medioambientales durante un uso diario puede irse hasta un 80% inferior, dependiendo del uso que se le dé. El Urus SE logra más de 60 kilómetros en uso eléctrico puro, con unas prestaciones que despeinan gracias a su conjunto de 800 caballos con las dos propulsiones sumadas.
A un motor V8 4.0 biturbo que desarrolla 620 CV se le añade uno eléctrico que proporciona 192 CV (141 kW) y 483 Nm de par motor. La batería de iones de litio de 25,7 kWh se sitúa debajo del suelo del maletero y sobre el diferencial trasero. Este último, acoplado a la transmisión automática de ocho velocidades, puede actuar solo o acompañado; el propulsor térmico puede quedar suspendido hasta que sea necesario. Con los casi 200 CV del eléctrico puede moverse por la ciudad sin necesidad de que se arranque el otro en desplazamientos de tipo medio.
Diseño y proporciones siguen siendo las reconocibles de modelos anteriores, pero los cambios han necesitado de ciertos cambios. Las baterías se calientan y requieren aire fresco, la eficiencia aerodinámica ha sido revisada con nuevas salidas bajo la carrocería y los frenos, más grandes, también han necesitado de nuevos flujos. El nuevo diseño de la sección delantera, combinado con una optimización de los bajos aerodinámicos, rima con un nuevo difusor trasero. Según la marca, esta combinación incrementa la carga aerodinámica en un 35% a altas velocidades, lo que aportará mayor estabilidad.
Más peso, y más potencia
El tonelaje del Urus se ha elevado, pero también es más potente, por eso su relación peso/potencia mejora la de sus predecesores. Ahora es de 3,13 kg/CV, mientras el Urus S era de 3,3. El SE acelera de 0 a 100 km/h en 3,4 segundos, y de 0 a 200 km/h en solo 11,4 segundos. Su velocidad máxima es de 312 km/h. Sus cifras son ligeramente superiores al Urus S, pero en pruebas de circuito hechas por Lamborghini, las diferencias son mínimas. Donde si se aprecia, según nos contó Rouven Mohr, es en el comportamiento general. «No hemos buscado récords, ni prestaciones. No era la idea. Era mejorar la experiencia, ya sea en asfalto, en comodidad cuando se utiliza a diario, o incluso en circuito o fuera del asfalto».
Preguntado acerca de la electrificación, Mohr explicó que en Lamborghini producen pocas unidades con respecto a las grandes marcas y las limitaciones legales no les afectan en la misma medida. A pesar de ello están electrificando toda su gama, sus modelos en este sentido gozan de una buena acogida, como es el caso del Revuelto, puesto a la venta en marzo de 2023. Calculan que la electrificación plena acabará llegando e imponiéndose poco a poco en su catálogo para finales de la década, y expresó que la clientela no muestra un especial interés por este tipo de motorización.
Según la tecnología, el peso y capacidad de las baterías vayan mejorando, irán poco a poco ganando espacio en los Lambo. La idea última es ofrecer una experiencia única a sus propietarios, y que la marca no pierda su fuerte y reconocible personalidad. Si con la electrificación, se remarca aún más y la experiencia es mejor, bienvenida sea; si además el medioambiente se beneficia, mejor que mejor. Lástima que sea para tan pocos…