Las aseguradoras de coches detectan el uso de inteligencia artificial para falsear accidentes
Ya disponen de mecanismos como el big data, posicionamiento de vehículos, y redes sociales
Paragolpes rotos, grietas en los cristales, puertas hundidas o ruedas desalineadas. En las aseguradoras reciben estas imágenes, y los peritos las mandan directamente al cubo de la basura. Sus ojos expertos las desdeñan al llegar a una conclusión rápida y sencilla, pero demoledora: son falsas. Las imágenes existen, pero la realidad que reflejan no.
Los engaños a las compañías de seguros son tan antiguas como los propios seguros de los coches. La pillería y mala fe de extraer dinero de donde lo hay de formas torticeras se practica desde tiempos inmemoriales, pero ahora los tramposos tienen una herramienta nueva: la inteligencia artificial.
Una tecnología popular
Es el mismo software que viste de ninfa a Katy Perry o adorna de forma exuberante a Lady Gaga para la MET gala del Museo de Arte Metropolitano de Nueva York de este año; remoldean una realidad hasta dejarla irreconocible. Puede que sea a través de Image Creator de Microsoft, DALL-E de OpenAI, MidJourney, Adobe Firefly, Stable Diffusion o Dreamstudio de Stability AI. Todos ellos son accesibles online de manera gratuita o una cuota de apenas unos euros, y con un manejo bastante sencillo. Cualquiera, desde casa, puede transformar una imagen y hacer que aparezcan desperfectos en vehículos en un estado idóneo.
Las aseguradoras se gastan cada año ingentes cantidades en peritos y expertos evaluados, pero en muchos casos, confían en sus clientes si los daños no son complejos. Si hay que abrir un coche y examinarlo por dentro, o hay que accionar algún mecanismo interno susceptible de no funcionar, normalmente no se confía esto a los usuarios. Pero es frecuente que se haga con lunas rotas, abolladuras, rayaduras por roce o contactos menores, ya sea por sí solos o contra otros vehículos.
La compañía alemana de seguros Allianz ha dado con un dato revelador. Los casos en los que se utilizaron apps para distorsionar imágenes, vídeos y documentos de la vida real aumentaron un 300 % entre 2022 y 2023. La firma también dejó claro en un informe reciente que la manipulación de imágenes tiene todos los signos de convertirse en la última gran estafa que golpea a la industria de seguros.
El diario británico The Guardian exponía un ejemplo relacionado. Una aseguradora británica recibió la foto de una furgoneta que mostraba un parachoques delantero dañado. Iba acompañada de una factura proforma falsa en la que se afirmaba que el vehículo necesitaría unos 1.200 euros en reparaciones. Al investigar el asunto, el equipo de fraudes de la compañía descubrió que la imagen era falsa después de encontrar el original en las redes sociales. Si este departamento no hubiera tomado medidas, con toda probabilidad la firma hubiera abonado la cantidad por un accidente que nunca ocurrió.
Solucionarlo es relativamente sencillo, pero laborioso, ya que las aseguradoras podrían exigir más pruebas o acceso al vehículo supuestamente siniestrado. Sin embargo, eso no es conveniente ni para los clientes ni para las aseguradoras. Al final siempre acaba costando más, y es esa la razón por la que muchas compañías quedan contentas con que sus clientes les remitan las imágenes sin más.
Al parecer es una tendencia al alza y uno de los motivos por las que las primas suben de precio cada año, aunque hay más causas. Los vehículos son cada vez más complejos, hay problemas en las cadenas de suministro y existe una preocupante tendencia: la escasez de mecánicos.
Las empresas de seguros saben que una parte de las indemnizaciones que pagan cada año son timos, estafas, pero entran dentro de un margen razonable y asumible. La aplicación de trucos digitales es algo que les preocupa. A veces es el sentido común de los peritos, al estudiar imágenes, su entorno, los elementos arquitectónicos a su alrededor, o los datos EXIF que añaden las cámaras.
Información oculta
Cada vez que se hace una foto, al archivo de la imagen se añaden fecha, hora, y a veces hasta la localización exacta del lugar del accidente. Gracias a datos como este se han reconocido siniestros acaecidos donde no deberían, por ejemplo, circuitos de carreras; los seguros no cubren este tipo de situación, a menos que sean pólizas específicas.
En cálculo de las empresas radicadas en España, el índice de aprovechados ronda el 9 % de los partes presentados. El año pasado, Línea Directa publicó un dossier que dejaba varios datos numéricos como el citado. El 63 % de los que engañaba al seguro no se arrepentía de ello, y lo volvería a hacer, o que en 2022 el fraude se había incrementado en un 20 % con respecto al estudio correspondiente a dos años antes.
El informe dejó caer una descripción del tramposo tipo: hombre, de menos de 30 años, desempleado o un trabajo precario, aunque la edad tiende a elevarse en la misma medida en que crece el número de intentos de estafa. Hay alguna curiosidad; los accidentes truchos son casi siempre por el lado derecho del vehículo, con los lunes y martes de octubre y noviembre con momento álgido en el calendario.
Estafadores solos o acompañados
En cifras de las compañías, Cádiz, Málaga y Cantabria conforman en pódium de mayor números de intentos detectados de estafa, con Murcia como epicentro de donde trabajan las mafias más productivas. Sí, mafias, grupos organizados que generan accidentes falsos para cobrar indemnizaciones. Golpean coches de su propiedad, simulan accidentes con ciclistas, y saltan de compañía en compañía de una forma sumamente metódica y organizada para obtener beneficios.
Unespa, la asociación de aseguradoras, calcula que cada año salen de las arcas de sus afiliados unos 80 millones de euros en indemnizaciones a destinatarios que no deberían haber viajado en ese sentido. Para ello ya tienen dispuestos diversos mecanismos, como el big data, posicionamiento de vehículos, e información de fuentes abiertas como las redes sociales, para evitar estas situaciones.
Es típico el ejemplo del multilesionado que sigue corriendo maratones, los que afirman estar de baja y siguen trabajando, o aquellos que afirman necesitar reposo absoluto y enseñan en Instagram sus fotos de un viaje en moto a Marruecos. La última herramienta adquirida por los seguros para eludir este tipo de situaciones, sobre todo la relacionada con el retoque de imágenes es, como no, la inteligencia artificial. Si para pillar a un ladrón, no hay nada como otro ladrón, la IA de las aseguradoras será la encargada de perseguir y desenmascarar a las IAs de los estafadores. Lógico.