El verano del 'satisfyer' y del moreno 'Pam'
«A la secretaria de Estado de Igualdad le preocupa más el bronceado ‘premium’, que el descalabro de su partido político»
La secretaria de Estado de Igualdad Ángela Rodríguez 'Pam'. | Europa Press
No ser ordinario en verano es difícil, las bajas temperaturas aparte de ser buenas para la piel, también lo son para disimular las horteradas. Y no, con esto no estoy diciendo que un golpe de calor sea excusa suficiente para posar con un consolador como Aitana. La cantante de 23 años celebraba su cumpleaños en Asturias y posaba con una banda y la nueva versión del satisfyer.
Se podría quedar en una horterada simple e inofensiva, como llamar bañador al traje de baño, si no fuera porque con acciones como esta se pretende introducir a los más jóvenes a la ideología woke y de paso, decirle a las mujeres que ellas no necesitan a un hombre para nada. Vender el placer de la independencia total sin mencionar la letra pequeña, donde se lee: soledad.
A Aitana la siguen más de tres millones de personas en redes sociales, la gran mayoría son mujeres con menos de 25 años que este año van a querer cambiar el amor de verano por un succionador de clítoris, millones de jóvenes que van a creer que el feminismo es publicar tu vida sexual y no decidir sobre ella. Porque si después de ver publicaciones como esta, crees que estás decidiendo, es porque no sabes nada de marketing.
Lo del verano de satisfyer es nuevo, pero hay horteradas veraniegas que se repiten todos los años, como por ejemplo, la obsesión con estar moreno y no estoy criticando ese color alegre que nos deja un día de playa, me refiero a tener una estrategia para alcanzar un tono pollo asado o en el caso de Ángela Rodríguez Pam, de chuleta al carbón. Porque ya sabemos que a la Secretaria de Estado de Igualdad le preocupa más el bronceado premium, que el descalabro de su partido político y la verdad que en eso coincidimos. Y no lo digo porque comparta jornadas veraniegas con Pam, Dios me libre, sino porque ahora sabemos que cuando no está con diarrea legislativa, está dándose rayos en el barrio de Salamanca, todo muy comunista.
Después de conocer los caprichitos beauty de Pam, no nos sorprendería verla en las fiestas que veremos organizar a Íñigo Onieva en el emblemático Gran Café de Gijón, en Madrid, que ha confiado en el futuro marido de Tamara Falcó para salvar el negocio de la ruina y convertirlo en el sitio de moda de la capital. Eso sí, han acordado que las funciones de Íñigo no requerirán trabajar en horario de discoteca, volverá pronto a casa y estará cerca, porque el nidito de amor de la pareja está a menos de 300 metros del lugar por excelencia de las tertulias de Madrid. Después de casi 130 años de historia sonará reggaetón en café literario del Paseo de Recoletos. ¿Necesitamos más pruebas de que el mundo se va a la mierda?
