MyTO
Montanoscopia

De guerras civiles, miserias y psicofármacos

«La actual hornada de políticos españoles se mueven (no tienen más registros) entre la incompetencia y el azuzamiento»

Pedro Sánchez. | Europa Press

1. He sentido escalofrío al releer el poemita de Jaime Gil de Biedma De vita beata, tantísimas veces citado (podría habérmelo dicho de memoria, sin releerlo):

En un viejo país ineficiente,

algo así como España entre dos guerras

civiles, en un pueblo junto al mar,

poseer una casa y poca hacienda

y memoria ninguna. No leer,

no sufrir, no escribir, no pagar cuentas,

y vivir como un noble arruinado

entre las ruinas de mi inteligencia.

El escalofrío viene de que, desde que se escribió el poema hace más de 50 años, nunca había venido más a cuento que ahora. Y por culpa principalísima de los que Gil de Biedma consideraba los suyos. Aunque a los actuales probablemente los hubiera despreciado. En cuanto a mí, lo que dice ese poema es lo que yo intento transmitir cuando hablo de mi sofá austrohúngaro. ¡Un viejo país ineficiente! De él no salimos. Fue un espejismo la Transición.

2. Hace no muchos años se puso de moda denostar otro célebre poema de Gil de Biedma, aquel que dice: «De todas las historias de la Historia / sin duda la más triste es la de España, / porque termina mal». Recuerdo en concreto a una columnista que pretendía insuflar un cierto optimismo histórico. Hoy esa columnista es obscenamente sanchista: o sea, que nos insufla (a su pesar) un pesimismo irredimible. Es de las que empujan para que esto termine fatal. (Entre tanto, siguen calladísimos los del antiexcepcionalismo español…)

«Estamos asistiendo a como empiezan las guerras civiles. Los historiadores deberían estar tomando notas»

3. Es curioso, en relación con los dos puntos anteriores, cómo Felipe González supo atrapar el espíritu regeneracionista en una sola frase. Cuando le preguntaron qué cambio era ese del lema del PSOE en 1982, «Por el cambio», respondió: «El cambio es que España funcione». Que dejara de ser aquel viejo país ineficiente. Hoy Sánchez está entregado a la ominosa tarea de potenciar la ineficiencia del país en todos los frentes. Nos hundimos en la decadencia y el tipo ahí tan pancho, aplaudidísimo por los suyos y sin castigo electoral. Es un presidente degradante que expande una degradación (en el parlamento, en el gobierno, en las instituciones, en los territorios, en la vida civil) de la que aún no se conoce el límite. 

4. Estamos asistiendo a como empiezan las guerras civiles. Los historiadores deberían estar tomando notas. Aunque esta no va a empezar: hay una sórdida danza de la muerte (o del crimen), una invocación, que se quedará ahí o como mucho en unos empujones o tortazos. Arcadi Espada dio el otro día en su podcast con Yaiza Santos una razón para este freno: la gente aprecia más que nunca su vida; no está para guerras. Yo doy dos razones más: la falta de miseria, en general; y (me lo indicó un amigo psicólogo) que buena parte de la población va amortiguada por los psicofármacos.

5. Del otro lado (del lado belicista) está la actual hornada de políticos españoles: tan mediocres como irresponsables. Y, ellos sí, poseídos por la miseria: la miseria moral. Se mueven (no tienen más registros) entre la incompetencia y el azuzamiento. Un recurso barato, demasiado frecuente ya: acusar al otro de fechorías gravísimas, para así poder colar (por medio de esa burda justificación) las suyas graves. No pondré ejemplos porque hoy estoy abstracto. Y porque a cualquiera se le pueden ocurrir.

6. En el aparentemente complicado siglo XX hubo una única lección política que aprender: que solo vale el Estado de Derecho y hay que implantar el Estado de derecho y luchar por el Estado de Derecho; que lo que no es Estado de Derecho es opresión y ruina. Pues no se ha aprendido.

3 comentarios
  1. errefejota

    Este poema tan sobado del tío de Esperanza Aguirre (jubílese señora, ya le vale) que el tío la foto atribuía a Gabriel Celaya hace poco, el del indiano retirado de sus batallitas sexuales, o el filipino millonario que es el caso, creo que era para hacer méritos ante el PCE, partido donde el millonario dipsómano intentaba entrar. Le dieron con la puerta en las narices por «maricón». De todos modos, en estas circunstancias prefiero citar su poema Nostalguie de la boue: ¡Largas últimas horas,
    en mundos amueblados
    con deslustrada loza sanitaria
    y cortinas manchadas de permanganato!
    Como un operario que pule una pieza,
    como un afilador,
    fornicar poco a poco mordiéndome los labios.
    Y sentirse morir por cada pelo
    de gusto, y hacer daño.

    ¿A qué les trae a la cabeza a alguien?
    – El tío la foto!!!!

  2. SUASORIAE

    PD. Quizá esa… ¿ataraxia? ¿anestesia? de la que habla Biedma, quizá esa “descansada vida” alejada del mundanal ruido de Fray Luis de León, sea lo que buscan hoy, con los psicofármacos y la mente focalizada en la auto-percepción, muchas personas atribuladas por… el ruido y la furia. No, no es ataraxia lo que buscan… quizá ¿nirvana? Se extiende eso de la Gran Renuncia. Tentador. E ineficiente. Edipo ya sabía que ningún hombre escapa a su destino.
    Está al alcance de pocos el valor honesto y sereno, sin aspavientos ni falsos consuelos del “sin miedo y sin esperanza” de Spinoza, o la ironía, que se pretendía distante y nunca podía distanciarse ni en el exilio, de Voltaire (casi me da pudor citarlo en este medio, porque la primera vez que leí esta frase fue en una obra de Savater…): “como no podría seguramente ni volver a los hombres más razonables, ni al parlamento menos pedante, ni a los teólogos menos ridículos, he decidido continuar siendo feliz lejos de ellos” (¡Francia! El parlamento… ¡pedante!, con las burricies que sufrimos por aquí…)

  3. SUASORIAE

    No, no se aprende en espalda ajena.
    A veces ni se aprende de la sabiduría de otro.
    Pero por cada uno que clama en el desierto puede que en el desierto acabemos muchos y nazca otra nueva ciudad con los mismos deseos de hacerlo mejor y quizá con el mismo destino (también está la famosa cita de S Beckett, tan curiosamente tomada por una frase de autoayuda…), el destino repetitivo de repetir y mejorar… solo en equivocarnos mejor (alcanzar un error más perfecto… fail better).
    Gracias por el poema de Gil de Biedma.

Inicia sesión para comentar