THE OBJECTIVE
EL BLOG DE LUCÍA ETXEBARRIA

Inés Hernand y la comparsa de Torrevieja: la ilusión del pensamiento colectivo

«Las ilusiones colectivas llevan a los individuos a tomar decisiones contrarias a sus valores privados»

Inés Hernand y la comparsa de Torrevieja: la ilusión del pensamiento colectivo

Inés Hernand, en los Goya 2024. | RRSS

Los hechos.

1. La humorista Inés Hernand conduce un directo desde las Gala de los Goya. Dicho directo obtiene 36.418 visitantes únicos. Copio de la web de RTVE: 

Los diferentes directos de la alfombra roja suman 58.111 espectadores totales en RTVE Play, entre el que destaca como más visto el especial de RTVE Play con Inés Hernand con 36.418 visitantes únicos. En dicho directo eructa, dice varias veces «por el culo» haciendo un gesto con el dedo corazón que resulta gravemente ofensivo. 

Su compañero empieza a jugar con dos micros escenificando a la famosa frase «se come las p***** a dos manos»

Hernand dice» coño» y «joder» en numerosas ocasiones y le dice al presidente: «presi, te queremos, eres un icono».
El Consejo General de informativos emite un comunicado criticando su actitud y así todo el mundo se entera de lo que ha pasado en dicha retransmisión que en realidad no había visto a nadie. Recordemos que su directo había obtenido 36.418 visitantes únicos. Inés Hernand dice que su función era entretener y que ha hecho lo que tenía que hacer.

2. Mientras ve el desfile de Carnaval de Torrevieja una turista se queda espeluznada al ver a niños y niñas mayores de edad paseando con un atuendo que emula a las dominatrix BDSM (peluca bob negra, pezoneras botas altas de cuero y de tacón, higueros, maquillaje Kabuki). La turista, escandalizada, cuelga el vídeo en su cuenta y el vídeo empieza a moverse por Canadá, Reino Unido y Francia hasta que llega a mí .Yo no me puedo creer que se trate de España aunque veo un escaparate de Vitaldent. Preguntando en Twitter me cuenta que se trata de Torrevieja. El vídeo se hace viral. 

El alcalde de Torrevieja, Eduardo Dolón, ha desmarcado al Ayuntamiento de esta fiesta que organiza la Asociación del Carnaval de Torrevieja, cree que todo «se ha sacado de contexto» y pide «tranquilidad porque está fuera de lugar lo que se está interpretando». Ya que «no es la realidad de lo sucedido«. Añade que «la realidad del carnaval es una fiesta en la que todo el mundo libremente puede expresarse«.

La comparsa Osadía, responsable del desfile, emite un comunicado en el que dice que todo se ha sacado de contexto. «Nada fuera de lo común, ya que algo parecido se puede visualizar en cualquier desfile de carnaval de España, donde no pasan desapercibidos tanto en adultos como en niños o niñas bodys, pedrería, sujetadores, culottes y ligueros. Es algo común que en carnaval está más que permitido y aceptado socialmente». 

Las preguntas que mis queridos lectores y lectoras se harán será la siguiente:

1. ¿De verdad Inés Hernand no entiende que la gente se ofenda y se escandalice cuando comprobamos que una retransmisión, en la que ha habido eructos, en la que se ha dicho j**** coño y en la que ha habido chistes soeces referidos al sexo, acabe con la expresión «por el culo»?

2. ¿De verdad los integrantes de la comparsa Osadía no se dan cuenta de por qué el resto de España se ha escandalizado viendo las imágenes?

No, no se dan cuenta. Y el fenómeno tiene nombre. Dos nombres, de hecho: sesgo intragrupal e ilusión de pensamiento colectivo.

El Sesgo intragrupal

El sesgo intragrupal (también conocido como favoritismo intragrupal) es la tendencia de las personas a dar un trato preferencial a otras que pertenecen al mismo grupo que ellos. Este sesgo aparece incluso cuando las personas se agrupan al azar, lo que hace que la pertenencia a un grupo carezca de sentido.

En este caso los seguidores de Inés Hernand y los integrantes de la comparsa Osadía, así como sus familiares y amigos, van a defender a muerte a estas personas, porque las entienden como del mismo grupo. Pero esto podría cambiar si dentro del mismo grupo se iniciara una campaña de cancelación.

Imaginemos que el presidente Pedro Sánchez en lugar de haber apoyado públicamente a Inés la hubiera criticado. Inés hubiera caído porque Pedro Sánchez es más importante en la jerarquía del grupo. De ahí que el community manager de Pedro Sánchez decidiera colgar un tuit de apoyo a Hernand. Enorme error en mi opinión. Porque lo hizo en el día en el que se estaba lamentando la muerte de dos guardias civiles debido a un fallo del Ministerio de Interior. Error, inmenso error comunicativo.

De la misma manera, si el alcalde de Torrevieja, que jerárquicamente está por encima de lo que comparsa, hubiera criticado a la comparsa y pedido explicaciones muy probablemente el pueblo hubiera reaccionado contra la comparsa.

La ilusión del pensamiento colectivo

El sociólogo Irving Janis, en 1972, acuñó el término ‘pensamiento de grupo’ (‘groupthink’) tras estudiar decisiones diferentes de distintos gobiernos de EEUU: no hacer caso de los avisos de alarma anteriores al ataque sobre Pearl Harbour, decidir la invasión de Corea del Norte sin tener en cuenta la posible reacción china o entrenar a una brigada de exiliados para invadir Cuba por la Bahía de Cochinos. Las tres decisiones condujeron a sus respectivos desastres. 

Estas decisiones catastróficas se adoptaron porque existía una presión directa sobre cualquier persona que se apartase de los estereotipos del grupo y una ficción compartida: la ilusión del pensamiento colectivo. Resumido en una frase de Walter Lippmann: «Donde todos piensan igual, nadie piensa mucho».

Es decir, por ejemplo, en el caso de Kennedy y en el grupo que decidió la invasión de Bahía de Cochinos: cuando el Mando Mayor expuso su opinión, el resto de los consejeros que estaban sentados a la mesa no tuvieron valor para contradecirle, porque pensaron que todos los demás estaban también de acuerdo con la invasión. Janis Irving descubriría más tarde que en aquella mesa eran más los que pensaban que la invasión iba a ser un desastre que los que no. Pero no se atrevieron a decirlo en alto para no contradecir ni al presidente ni al Mando Mayor.

Janis descubrió que en la invasión de Bahía de Cochinos el problema era que, aunque los asesores de Kennedy tenían buenas razones para pensar que la misión fracasaría, nunca expresaron estas preocupaciones. Aunque albergaban dudas en privado, «nunca presionaron, en parte por temor a ser etiquetados como ‘blandos’ o intrépidos ante los ojos de sus colegas». En palabras de Arthur Schlesinger, Jr., uno de los asesores presentes en las reuniones, los «altos funcionarios de Kennedy fueron unánimes a favor de seguir adelante. Si un asesor principal se hubiera opuesto a la aventura, creo que Kennedy la habría cancelado. Nadie habló en contra».

Este fenómeno del pensamiento de grupo favorece la tendencia a favorecer los discursos dominantes y reduce la posibilidad de que aparezcan puntos de vista alternativos.

Las consecuencias

En un mundo perfecto, la relación entre la opinión privada y la opinión pública sería básicamente como un espejo. En el mejor de los casos, la opinión pública nos muestra un espejo y refleja exactamente quiénes somos. Pero debido a ilusiones colectivas, ese no suele ser el caso. 

Las ilusiones colectivas llevan a los individuos a tomar decisiones contrarias a sus valores privados simplemente porque la mayoría de las personas de un grupo creen que la mayoría piensa algo que ellos no piensan. Como resultado, todo el grupo puede terminar haciendo algo que casi nadie quiere, lo cual es fatal para una sociedad libre. 

Por poner un ejemplo: en realidad la gran mayoría de los encuestados saben cuál es el sexo de esta persona, pero estamos obligados a decir que es mujer y nadie se atreve a alzar la voz para decir lo contrario por miedo a multas. 

Emma Colao (Reunir Canarias)| Foto:RRSS

Pero si la sociedad crea un espacio donde las personas se sienten cómodas expresando puntos de vista que creen que podrían desviarse del grupo, descubrirás con bastante rapidez si tu impresión del grupo es correcta o no. Incluso cuando terminamos fundamentalmente en desacuerdo, un desacuerdo sincero siempre es mejor que una ilusión colectiva.

El sábado 17, Mónica Manrique y yo volvemos a  la carga con un nuevo taller. en este caso trataremos el judo verbal o como defenderse de ataques verbales. Son treinta euros dos horas y lo hacemos en el centro de Madrid, por la mañana. Mas información en el 669 73 96 33.

Y, como siempre, recuerdo que en marzo saldrá a la venta mi próximo libro LA ESCRITURA QUE CURA, un manual de escritura terapéutica.

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