Todo lo que no sabías sobre Mr. Handsome y la señora Gusano
«Si se demostrara que la cuenta de Mr. Handsome es el epicentro de un nido de bots, dicho descubrimiento supondría un escándalo sin precedentes»
A estas alturas del partido todos ustedes ya saben que había una cuenta en Internet, bastante conocida, con 80.000 seguidores, que se dedicaba exclusivamente a decir lo guapo que era Pedro Sánchez. Y que la cuenta en teoría la llevaba una mujer misteriosa que estaba enamoradísima del presidente.
Luego se descubre que esa cuenta la gestiona una señora con nombre y apellidos: ¡La señora Gusano! Y que esa señora cobra del Congreso de los Diputados. Es decir, cobra de nuestros impuestos. Que cobra 47.000 euros al año, nada menos. Pero si quieren saber más sobre la señora y la cuenta solo tienen que seguir la información que ha escrito Ketty Garat en este mismo medio.
Casi con total seguridad esta mujer no llevaba una sola cuenta. Y no le pagaban 47.000 euros al año por gestionar una sola cuenta. Mi sospecha (bastante fundada por otra parte) es que esta mujer creaba contenidos para una granja o nido de bots.
Los bots de Twitter, también conocidos como zombies, son cuentas de Twitter automatizadas. Cuentas controladas por software de bot. Es decir, con el software adecuado puedes manejar 10.000 cuentas por 300 euros. Puedes hacer que todas ellas envíen el mismo mensaje con ligeras diferencias.
Por ejemplo, si yo quisiera iniciar una campaña contra Pepito Pérez, le daría al algoritmo una frase básica para que crear a otras frases a partir de ella.
Si le doy la frase básica:
Pepito Pérez es idiota. Se cree que vamos a tragar con sus imposiciones.
El algoritmo solo tiene que localizar palabras en el mismo campo semántico de «es» y de «idiota» y jugar a hacer combinaciones.
El malvado algoritmo se pondría como loco a tuitear desde diferentes cuentas frases como éstas:
Pepito Pérez me resulta idiota. Piensa que vamos a aguantar sus abusos.
Pepito Pérez es tonto. Le parece que vamos a soportar sus exigencias.
Pepito Pérez es imbécil. Encuentra que vamos a acatar sus órdenes.
Pepito Pérez parece gilipollas. Se imagina que nos plegaremos a sus demandas.
Pepito Pérez está chalado. Fantasea con que nos someteremos a sus decretos.
El algoritmo solo tiene que ir cambiando palabras dentro de un mismo campo semántico.
Por eso descubrirá usted que a menudo en Twitter se repite una y otra vez el mismo mensaje con diferentes variaciones.
Basta con que elija usted por ejemplo una de las campañas contra un político cuando el político sale en Trending Topic. Y comprobará con sus mismos ojos, esos ojos que se va a comer la tierra, que una y otra vez se repite el mismo argumento pero con palabras diferentes. ¿De verdad cree usted que a un montón de ciudadanos random se les ha ocurrido la misma idea en el mismo momento, por una especie de conexión cósmica?
En un nido de bots, los bots están programados para realizar tareas que se parezcan a las de los usuarios cotidianos, a las personas reales de Twitter. Tareas como dar ‘me gusta’ a los tuits y seguir a otros usuarios. De forma que los bots pueden dar la apariencia de un ser humano real. Su propósito es tuitear y retuitear contenido para objetivos específicos a gran escala. Los bots de Twitter también pueden diseñarse con fines maliciosos de intimidación y manipulación de la plataforma, como difundir campañas de noticias falsas, enviar spam, violar la privacidad de otros y crear campañas de propaganda política.
Los bots de Twitter suelen formar parte de lo que se conoce como botnet. Una botnet es una granja de bots. Es una amplia red de cuentas automatizadas que trabajan juntas para parecer legítimas, dándose ‘me gusta’ entre sí y siguiéndose unas a otras como si fueran reales. Pero en realidad están todas operadas por la misma persona. A veces por dos o tres personas.
La Sra. Gusano cobraba 47.000 euros al año. Nadie cobra esa cantidad desorbitada por llevar una sola cuenta. Yo me malicio que la Señora Gusano cobraba esa cantidad para operar una granja de bots. Probablemente en colaboración con algún ingeniero informático.
Los bots de Twitter dependen de que usted y yo creamos que son cuentas reales. Pueden darles ‘me gusta’ a tuits y contenido de personas a las que quieren engañar. O pueden actuar intentan intimidar, acosar, y difundir información falsa. Los bots de Twitter también se han utilizado para difundir propaganda política e influir en las elecciones. Los países y los grupos de interés pueden utilizar robots de Twitter para difundir el descontento o el pánico.
¿Cuántos bots hay en la Twittersfera? Eso es difícil de decir. Un estudio de la Universidad Carnegie Mellon de 2020 mostró que casi la mitad de las cuentas de Twitter que pedían la reapertura de Estados Unidos pueden haber sido bots. El mismo estudio analizó más de 200 millones de tuits desde enero de 2020 que hacían referencia al nuevo coronavirus. Descubrió que de los principales retuiteadores un 82% eran bots.
Yo le propongo al equipo de investigación de este periódico que haga un pequeño estudio. Existen numerosas herramientas de investigación de Twitter. Herramientas que proporcionan análisis de cuentas, información de seguidores/amigos, etc. Con ese tipo de herramienta sería fácil determinar quiénes son las cuentas con las que Mr. Handsome más se ha relacionado. Qué cuentas le han dado más likes y comentarios. Después solo hace falta utilizar Bot Sentinel. Bot Sentinel es la herramienta más eficaz para encontrar noticias falsas, cuentas inactivas, publicaciones suspendidas y bots troll. Pero hay otras.
Una buena investigadora informática como Mariluz Congosto les puede hacer un análisis y puede llegar a la conclusión de que desde Mister Handsome se movía un nido de bots. Y si eso es así habremos confirmado lo que muchos ya sabíamos. Que desde el Partido Socialista, al igual que otros partidos, se utilizan nidos para influir en campañas. Ahora mismo, por ejemplo, existe un nido de bots tuiteando como si no hubiera un mañana para contarnos lo maravillosa que es la Ley de Amnistía y para insultarnos a quienes no estamos de acuerdo.
Cuando a mí me hacían las campañas, aparecí varias veces en TT. Finalmente un amigo periodista y dos amigos ingenieros informáticos empezaron a analizar la campaña y vimos claramente que se trataba de un nido de bots. Nidos de bots diseñados para llamarme plagiadora, terfa y tránsfoba. Cuentas que repetía en el mismo mensaje con diferentes variaciones una y otra vez. Yo no tenía el dinero ni los medios para demostrar que se trataba de un nido de bots institucional, por más que las cuentas que iniciaban todo el asunto (las cuentas que siempre aparecían como iniciadoras de todas las campañas) eran afines a Podemos y a Más Madrid. Una de ellas era amiga íntima de Irene Montero y la otra la movía la hermana de una concejala de Más Madrid. Denuncié en su momento en juzgado y la denuncia fue aceptada pero ya se sabe que en España los procedimientos judiciales pueden durar de cinco a diez años hasta que llegan a término.
Existe, eso lo ve cualquiera que tenga un rato para analizarlo, un nido de bots orbitando alrededor de la cuenta Mr. Handsome. Y si yo, que soy una mindundi y no tengo ni idea de informática, me he dado cuenta sencillamente aplicando la herramienta de detección de bots a diferentes cuentas que le daban like a Mr. Handsome antes del escándalo, estoy segura de que se puede hacer una investigación mucho más seria.
No es difícil. Se necesita un buen ingeniero informático y mucho tiempo, pero si se descubre y se confirma mi sospecha de que desde el Gobierno y con el dinero de mis impuestos estaban pagando un nido organizado para crear propaganda política creo que habríamos destapado un escándalo.
Recapitulo:
Mi teoría es que Mr. Handsome no es una cuenta aislada sino que forma parte de un nido de bots. Es decir: que la señora Gusano movía -con diferentes programas informáticos, y probablemente con la ayuda de otras personas- cientos, miles o decenas de miles, vaya usted a saber, de cuentas bot. Cuentas que actuaban y se relacionaban entre sí e iban creando campañas.
La gran noticia no es que Ferraz le ha pagado a una señora por hacer una cuenta, sino que le ha pagado un sueldo altísimo a una señora por crear campañas clandestinas. Yo no tengo el dinero ni los medios para probar con informes que efectivamente desde Ferraz se pagaba a una señora para mover un nido de bots, pero quizá este medio los tenga.
Y quizá alguien que me lea sea ingeniero informático y también disponga de los medios y herramientas adecuados. O quizá uno de mis lectores se anime a realizar un crowdfunding para pagar a un buen investigador informático.
Quizá entre las personas que están leyendo este artículo a alguien le apetezca descargarse una app de detección de bots y tomarse unas horitas para ver quién le daba likes y comentarios a Mr. Handsome. Quizá entre varias personas puedan verificar que las cuentas que le daban like o le respondían a los contenidos de la cuenta antes de que el escándalo de Montserrat Gusano se disparara eran bots.
Digo «antes de que se destapara el escándalo» porque en estos momentos la cuenta está recibiendo comentarios de personas reales que están indignados -o a veces divertidos- al descubrir que quien llevaba la cuenta era una señora pagada por Ferraz y no una ferviente enamorada de Sánchez. Aunque probablemente la señora pagada por Ferraz también estaba enamorada de Sánchez. La señora Gusano pasó de ser una enamorada random a una enamorada que cobraba por proclamar ante el mundo su amor.
Si se demostrara que la cuenta de Mr. Handsome es el epicentro de un nido de bots, dicho descubrimiento supondría un escándalo sin precedentes. Porque resulta que con nuestros impuestos estamos pagando las campañas del Gobierno. Pero no las campañas institucionales, no. Las campañas clandestinas.
Campañas ocultas. Campañas en las que nos hacen creer que un montón de de probos ciudadanos y fervientes socialistas están a favor de lo que hace el presidente, y que actualmente están a favor de la Ley de Amnistía. Campañas en las que intentan persuadir a ciudadanos reales de que la Ley de Amnistía es legítima o de que la Comisión de Venecia ha emitido un informe aprobándola. Campañas que difunden información falsa, campañas que desacreditan a jueces y a ciudadanos particulares, campañas que mueven odio y siembran la confusión.
Y sí, me dirán ustedes que todos los partidos políticos utilizan campañas de bots. Y eso lo sabemos de sobra, puesto que ya se han publicado un montón de artículos al respecto.
Durante la campaña para las elecciones del 10 de noviembre de 2019 al menos 41.000 bots estaban activos y on fire tuiteando enfebrecidos sobre acontecimientos políticos destacados: la exhumación de Franco o los disturbios en Cataluña, o el debate entre candidatos. Un análisis de su contenido reveló que apoyaban a todos los partidos con pocas diferencias: un poco más a Unidas Podemos, seguidos de Ciudadanos, Vox, PP y PSOE.
Unidas Podemos fue en su momento quien movió la granja de bots más grande. Y una de sus granjas fue la que organizó la campaña contra mí. Eso de por sí ya debería ser un escándalo. Pero que un Gobierno pague campañas de bots con dinero público sería un paso más allá. No es magia, son tus impuestos. No es simple manipulación, son tus impuestos.
Ya hace dos años Twitter suspendió a más de 20 bots que apoyaban al PSOE e insultaban a periodistas. El partido niega toda relación con esta red, que tuiteó cerca de 200.000 veces. Pero una no dejaba de preguntarse qué interés tendría un ciudadano random en crear una granja de bots para ayudar al PSOE y socavar a Casado si no le estaba pagando nadie.
La historia nos ha demostrado de sobra que las creencias se pueden manipular. Por eso el conocimiento, que es lo opuesto a la simple creencia, es peligroso. Y, como reza el aforismo, información es conocimiento, conocimiento es sabiduría y sabiduría es poder. Por eso es tan importante oponerse a la manipulación desde la información. Para recuperar ese poder que intentan arrebatarnos.