Los nuevos amiguetes capitalistas de Prisa... con permiso de Oughourlian
En Moncloa no se fían del inversor armenio y tratan de seducirle para que suelte el timón de ‘El País’ y la ‘Cadena Ser’
En el país donde nunca pasa nada ni la aberrante amnistía a la catalana ni la corrupción con mascarilla del ‘caso Koldo’, con sus Ábalos, Illas y Armengoles de turno, parecen suficientes para derribar la trapisonda del Gobierno que se dice de futuro y progresista. Ni una cosa ni la otra, pero lo cierto es que España y su democracia carpetovetónica lo aguantan todo. Al menos, esa es la enseñanza que Pedro Sánchez extrajo como hilo conductor de su célebre Manual de resistencia, ahora reconvertido en un simple breviario de subsistencia donde se compendian los requisitos necesarios para seguir durmiendo plácidamente en Palacio. Los ansiolíticos que procuran el dulce sueño forman parte de la medicación prescrita a cualquier autócrata que se precie y pasan sencillamente por ensalzar el más mínimo logro mientras se silencia toda denuncia que ponga en tela de juicio el régimen establecido.
Lo que no mata engorda y para mantener la condición de peso pesado en la báscula de la actual política endogámica y falaz lo más importante siempre, pero ahora más que nunca, es asegurar la afección de un aparato de propaganda que preserve la comunión entre los socios, allegados y demás clientes interesados en que Sánchez siga custodiando las llaves de Moncloa. Dejando a un lado los medios de comunicación estatales, con RTVE y la Agencia EFE controlados jurídicamente por la SEPI y aleccionados convenientemente desde Presidencia de Gobierno, el foco de atención y la mayor preocupación de la tropa socialista gira en torno al desempeño de las grandes plataformas de comunicación privada y, en especial, del Grupo Prisa tras el fallecimiento de Miguel Barroso, si acaso el principal manager al servicio de la causa sanchista tras la caída en desgracia del demoscópico Iván Redondo.
La figura estelar del hasta hace poco paladín y cerebro intelectual de Prisa no ha podido ser ni será reemplazada por la sencilla razón de que a su máximo accionista, Joseph Oughourlian, no le ha dado la gana. El inversor armenio ha frenado en seco la entrada de José Miguel Contreras en el consejo de administración del grupo y quiere ejercer con plenos poderes su doble papel de dueño y editor, tal y como mandan los cánones en el sector de los medios de comunicación. En comandita con Vivendi, Ourghourlian controla con su fondo de inversión Amber Capital una participación cercana al 40% con la que maneja a su antojo el máximo órgano de gobierno. La vacante de Barroso ha sido cubierta finalmente por Sylvia Bigio, una experta financiera de su máxima confianza que junto al antiguo embajador de Colombia en España, Fernando Carrillo, y a la directora financiera Pilar Gil, ambos en calidad de vicepresidentes, conforman el núcleo duro de apoyo al titular de Prisa.
Oferta preliminar rechazada por Amber
En los removidos cuarteles generales del PSOE las pretensiones que empieza a mostrar Oughourlian han caído como un jarro de agua fría. La sola idea de que el principal ariete mediático del sanchismo pueda salirse de la pura y dura ortodoxia está generando una inquietud enfermiza entre algunos de los muchos exégetas con que cuenta el presidente del Gobierno. En la gran corte del faraón socialista existe lo que técnicamente se denomina hipengiofobia, provocada ante el temor a que el depuesto exministro de Transportes o alguno de sus cuates tiren de la manta si se ven abocados a pasar por el trance de una imputación en los tribunales de justicia. En las actuales circunstancias, y teniendo en cuenta las amistades peligrosas con que se rodea el jefe, es esencial que los más altos responsables del noticiario estén colocados en posición permanente de revista a la hora de trasladar e imponer los dictados de la oficialidad.
«El empresario Adolfo Utor, jefe de Balearia, destaca entre los potenciales pretendientes de un futuro núcleo duro en el grupo de medios »
La preocupación reside ahora en determinar si Oughourlian es (o no) de fiar y en esa tesitura hombre precavido vale por dos. Para eso lo mejor es entablar una negociación abierta con el interesado y comprobar si su amor por la plusvalía financiera prevalece todavía sobre sus inusitadas ambiciones editoriales. Dicho en román paladino, lo que se pretende es conocer el precio que el inversor armenio pide a cambio de ceder el timón de los medios de comunicación que operan bajo el soporte jurídico del viejo imperio creado por Jesús de Polanco. La tentativa está sobre la mesa de Oughourlian y, como no podía ser de otra manera, se ha hecho efectiva a través de la firma Global Alconaba, introducida en el capital de Prisa hace dos años por mediación del propio Miguel Barroso con la inestimable colaboración de José María Álvarez-Pallete, quien tuvo a bien venderle un 7% del paquete que controlaba Telefónica.
La proposición ha ido adaptándose a las supuestas apetencias del inversor armenio y tras los primeros tira y aflojas se ha llegado a establecer un marco de referencia de 500 millones de euros por el equity de Prisa, lo que supone una valoración total de empresa de 1.350 millones teniendo en consideración la deuda acumulada de casi 850 millones. Desde los aledaños de Alconaba entienden que no cabe mayor generosidad por cuanto que dichas condiciones se traducen en una prima de más del 40% sobre los actuales niveles de capitalización que exhibe el grupo en bolsa, lo que equivale a un precio por acción de 0,5 euros frente a la actual cotización de 0,34 euros. Claro está que la oferta tiene también su letra pequeña por cuanto que, de momento, está limitada a la adquisición de la mitad de la participación que posee Amber, cercana al 30% de Prisa.
Los nuevos amigos de Balearia y EuroGaza
El plan de los amiguetes capitalistas del Gobierno no es otro que alcanzar de partida una posición incontestable como primeros accionistas en el futuro reparto del capital de Prisa. Como guinda del pastel los responsables de Alconaba, con Andrés Varela Entrecanales a la cabeza, ofrecerían a Oughourlian la posibilidad de seguir durante un máximo de dos años al frente del negocio educativo de Santillana, siempre y cuando renuncie expresa y definitivamente a involucrarse en la gestión, estrategia y posición editorial de las diferentes marcas y cabeceras del grupo. Los neófitos inversores venidos a más tendrían de esta forma tiempo suficiente para articular un grupo financiero amplio y estable, encargado de impedir cualquier involución que pueda alterar el ideario doctrinal de los medios que tan lealmente vienen sirviendo de altavoz a las proclamas de Moncloa.
Entre los candidatos con parné que podrían sumarse a una eventual reordenación societaria de Prisa destaca Adolfo Utor, presidente y accionista único de la naviera Balearia, considerado como el hombre más rico de Alicante y a quien algunos identifican como el empresario con claras reminiscencias socialistas que, a modo de anecdotario, compró el yate Fortuna patroneado en su día por el rey emérito. En segundo lugar aparece también el nombre de EuroGaza, la empresa dedicada a la fabricación de ambulancias y contenedores para emergencias sanitarias ubicada en el polígono cordobés de La Carlota. Otro ilustre con posibles y posibilidades de sumarse a la lista es Enrique Riquelme, el fundador de la energética Cox, que trata de dar ahora el salto a la primera división bursátil tras la compra de las unidades productivas de Abengoa.
De momento Oughroulian ha dicho que nones a todos los emisarios monclovitas, quienes deberán empezar antes de nada por rascarse el bolsillo si no quieren perder comba en la reciente emisión de obligaciones acordada a finales de enero y ratificada esta semana por el consejo de Prisa. Está por ver si Isidro Fainé echará un capote a modo de financiación desde CaixaBank como hizo con la compra de la participación original a Telefónica. Los observadores más suspicaces consideran que, al margen de las necesidades de capital, este enésimo balón de oxígeno representa también la punta del iceberg en el pulso que el flamante presidente-editor mantiene con sus pretendientes para seguir al pie de los dos grandes cañones gubernamentales que son El País y la Cadena Ser. Como advirtió el propio Oughourlian a Contreras tras el fallecimiento de Barroso: «Ahora soy yo el nuevo Polanco y tú no vas a ser el nuevo Cebrián».