The Objective
Hastío y estío

Un pobre gabacho contra el idioma español

«Como este caballero es imbécil, no debe acordarse dónde se habla francés en este momento de nuestra historia»

Un pobre gabacho contra el idioma español

El director de 'Emilia Pérez', Jaques Audiard. | Ismael Rosas (Europa Press)

Un director de cine gabacho de cuyo nombre no quiero acordarme ha dicho que «el español es un idioma de pobres y migrantes». Es el director de Emilia Pérez, una de las películas favoritas a ganar el Oscar. Jacques Audiard, voy a escribir su nombre, porque lo cortés no quita lo valiente, ha hecho unas declaraciones donde intentaba justificar de esa manera no utilizar el español en una película donde el protagonista es el jefe de un cartel de la droga que es mejicano. Como si utilizar ese idioma denigrara esa gran obra cinematográfica que ha compuesto y que un servidor fue a ver obligado. Si no me salí del cine fue porque la butaca era especialmente cómoda y el silencio siempre deseable en la vida no se veía interrumpido por el sonido que salía de la gran pantalla. 

Hay que tener amigos hasta en el infierno. Un servidor tiene un grupo de estos que son muy «culturetas» y les gusta ir al cine, teatro, conciertos, museos, etc. Cosa que veo muy bien, si no es para sentirse moral y culturalmente por encima del resto. Muchas de sus elecciones son snobs, modernidades y modas impuestas por unos pocos que saben cómo engañar a muchos para hacerlos sentir listos. Emilia Pérez es una película perfecta para estos. Un ejemplo perfecto para la cultura woke. Un jefe de un cártel de la droga cansado de tener que vivir oculto decide dejar atrás su realidad llevando a cabo su operación de cambio de sexo, cosa que llevaba deseando hacer desde hace tiempo. Se supone que no es un capricho para no ser reconocido, sino algo que tiene que ver con su esencia de ser humano. 

No me pregunten mucho más sobre la película. A los quince minutos de empezar me puse a pensar en mis cosas, y como soy pobre lo hice en español. Por suerte es un idioma que coincide con mi país de nacimiento. No tuve que hacer un esfuerzo para justificar hacer una película en inglés, siendo yo muy gabacho y por tanto francófono, como no podía ser de otra manera. Y es que este señor director tiene problemas serios para manifestarse en la lengua en que lo han hecho de manera original en la película sus personajes. Supongo que está reconociendo la inferioridad del francés sobre el inglés para lo que tiene que ver con lo audiovisual. El cine hecho en francés también debe ser para pobres.

«No es inteligente hacer de menos a la lengua que sublimaron Cervantes, Galdós, Pardo Bazán, Borges, Cortázar, García Márquez, Mariana Enríquez o Umbral»

Un servidor no sabe si ese director intentaba provocar o epatar con esas declaraciones. Las he visto, y el tono y las formas son las de una persona muy segura de lo que dice. Y eso sí que es preocupante. Un adalid y representante de lo woke, es decir, de todas las minorías supuestamente machacadas por el sistema capitalista y el hombre blanco heterosexual, no sería tan sensible con el idioma nativo de personas que han nacido en países no muy desarrollados. Como este caballero es imbécil, y esto no es ningún insulto, sino una definición muy justa y medida de lo que él se ha encargado en mostrarnos, no debe acordarse dónde se habla francés en este momento de nuestra historia. Hay alguna excepción como Canadá, pero la gran mayoría de países donde se habla gabacho es en el continente africano, y si esos países no son migrantes y pobres, que venga Dios y lo vea.

No es inteligente hacer de menos a la lengua que sublimaron Cervantes, Galdós, Pardo Bazán, Borges, Cortázar, García Márquez, Mariana Enríquez, Umbral, y muchos otros y otras que la han llevado a lo más alto y la han glorificado. Sólo de lo que en esencia ya es hermoso, puede brotar lo extraordinario. No sé si Jacques Audiard piensa que en esos países africanos saben quienes son Proust, Balzac, Víctor Hugo u Houllebecq, cuando bastante tienen con intentar vivir de una manera digna donde la muerte no sea algo que le espera a la vuelta de la esquina. No tienen tiempo para la lectura, ni para pensar por qué hablan en un idioma u otro. En eso demuestran ser igual de poco leídos que usted. 

La dictadura woke con su supuesta superioridad moral vuelve a quedar a la intemperie con respecto a lo que predica. Odian y desprecian a quien no piensa como ellos, destilan odio de clase, no les gusta la pobreza, ya que ensucia mucho lo que sus delicados ojos miran, racismo no sólo por el color de la piel, sino cultural, por la lengua y las costumbres. En el fondo se odian a sí mismos y no les gusta sentirse tan acomplejados. Son malas personas escondidas en una bondad más falsa que su supuesta sensibilidad artística y moral. Basura que se retroalimenta y que nunca se elimina. Un servidor sabe que este artículo nunca será leído por este director de películas tan infames como Emilia Pérez, pues está escrito en un idioma vagabundo. Tiene razón, su único techo es su cielo estrellado, y camina sobre un recorrido sin fin, un horizonte de una claridad cristalina. Caminante, no hay camino. Se hace camino al hablar en español. Éramos y somos afortunados. Habrá que darle las gracias al gabacho por si a alguien se le había olvidado.

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