Primeros disturbios tras la denuncia de fraude electoral en Kenia
Los primeros disturbios en Kenia han comenzado pocas horas después de que el líder de la oposición, Raila Odinga, haya acusado a la coalición gobernante, liderada por Uhuru Kenyatta, de haber pirateado el sistema informático de recuento de votos de las elecciones celebradas este martes en el país africano. En Kibera y en otros suburbios de la capital, Nairobi, se ha desplegado un gran número de agentes ante el ambiente de tensión que se respira en sus calles.
Los primeros disturbios en Kenia han comenzado pocas horas después de que el líder de la oposición, Raila Odinga, haya acusado a la coalición gobernante, liderada por Uhuru Kenyatta, de haber pirateado el sistema informático de recuento de votos de las elecciones celebradas este martes en el país africano. En Kibera y en otros suburbios de la capital, Nairobi, se ha desplegado un gran número de agentes ante el ambiente de tensión que se respira en sus calles.
Kibera, el mayor barrio chabolista de Kenia y feudo de la oposición, fue una de las áreas de Nairobi más afectadas por la violencia postelectoral de 2007, cuando los vecinos se atacaron entre sí con machetes e incendiaron sus viviendas tras otra denuncia de fraude electoral de Odinga. La carretera de Mombasa, una de las principales vías de Nairobi, ha sido bloqueada por un grupo de personas que han empezado a lanzar piedras, ha informado Efe citando fuentes diplomáticas.
En otras partes del país, como en Kisumu, la Policía ha utilizado gas lacrimógeno para dispersar a un pequeño grupo de manifestantes que salieron a la calle tras la denuncia de Odinga. Con un 74 % de los votos escrutados, la Comisión Electoral otorga la victoria a Kenyatta con un 54 % de los votos y una ventaja de diez puntos sobre Odinga.
«Es un fraude de gravedad monumental, no hemos tenido elecciones», ha afirmado el líder de la coalición Súper Alianza Nacional (NASA, por sus siglas en inglés), quien no ha querido desvelar de dónde había obtenido esta información.
Este martes, millones de kenianos votaron pacíficamente en unas elecciones generales marcadas por el deseo de superar sus diferencias tribales, pero también por una elevada tensión ante la imprevisible reacción popular que podría generar el rechazo de los resultados por parte del candidato derrotado.
Casi 19,6 millones de kenianos estaban llamados a acudir a 40.883 centros de votación, donde se registraron extensas colas a lo largo de toda la jornada, en parte, por los fallos del nuevo sistema de identificación biométrica que demoró el proceso de cada voto y generó quejas generalizadas.
En las últimas elecciones en 2013, Kenyatta ganó con el 50,07 % de los votos y evitó la segunda ronda por un escasos 8.000 votos. Odinga, que logró el 43,3 % de los sufragios, presentó un recurso contra el resultado electoral alegando irregularidades, pero fue desestimado por el Tribunal Supremo.