Los ricos esperan hasta dos meses menos para operarse en los hospitales públicos de Cataluña
Un estudio muestra que los pacientes con un nivel socioeconómico alto esperan un 20% menos para ser intervenidos que aquellos más desfavorecidos
Uno de los principales valores de nuestro Sistema Nacional de Salud es que el acceso a la sanidad pública no depende del número de cifras de nuestra cuenta corriente. Sin embargo, un novedoso estudio realizado en Cataluña muestra que tener más recursos influye en el tiempo de espera para ser operado en los hospitales públicos. La media de espera para una operación en un centro público catalán es de 154 días, siendo la segunda región donde más tienen que esperar los pacientes para ser intervenidos. Canarias lidera la lista, con 157 días, según el último informe del Ministerio de Sanidad.
El trabajo, presentado en el Congreso de la Asociación de Economía de la Salud y publicado esta semana en la prestigiosa revista científica Health Economics, cuantifica las desigualdades socioeconómicas en los tiempos de espera de hospitalización para cirugías hospitalarias financiadas con fondos públicos en Cataluña durante el período 2015-2019 y compara los tiempos de espera de diez tipos de intervenciones (cadera, rodilla, cataratas, histerectomía, prostatectomía, CABG, cáncer de próstata, de mama, colorrectal y de pulmón). El resultado es que los pacientes con un nivel socioeconómico alto esperan un 20% menos para operarse en hospitales públicos de Cataluña que aquellos más desfavorecidos, que tienen que esperar dos meses más para, por ejemplo, una cirugía de cataratas.
Dos meses de diferencia para una operación de cataratas
El estudio compara la espera de los pacientes con una posición socioeconómica baja (ingresos brutos anuales menores de 18.000 euros) con las de muy baja (parados o receptores de pensiones no contributivas), media (entre 18.000 y 100.000 euros) y alta (más de 100.000 euros). Los resultados muestran que en una operación de prótesis de rodilla, cuya media es de 132 día en Cataluña, los pacientes con una renta muy baja esperan 154,5 días, mientras que los de renta alta lo hacen 121,5 días, es decir, una diferencia de espera de más de un mes (33 días). La desigualdad es aún más acuciante cuando la espera es para una intervención de rodilla, para la que los enfermos de clase social muy baja aguardan 40 días más: 173,8 frente a 133,6.
Los investigadores también han encontrado diferencias significativas en las cirugías de cataratas. Aquellos con estatus económico bajo esperan 123,9 días, dos meses más que los que tienen un estatus económico alto (94,60). Cuatro días es la diferencia en el caso de las histerectomías (extirpación de útero). Sin embargo, el estudio, realizado por la Universidad de York (Reino Unido) y en el que también han participado la Agencia de Calidad y Evaluación Sanitaria de la Generalitat de Catalunya, no ha encontrado diferencias significativas en el caso de las prostatectomías (extirpación de próstata). Tampoco encuentra un patrón consistente para CABG (cirugía de baipás coronario).
Diferencias en intervenciones oncológicas
El estudio también analiza diferencias en los tiempos de espera en cuatro intervenciones oncológicas (mama, próstata, colorrectal y pulmón). Y aunque los datos no revelan desigualdades significativas en las operaciones de cáncer de mama, para una intervención colorrectal un paciente de renta muy baja espera 26,07 días, frente a los 20,61 de un enfermo con un nivel socioeconómico alto. Algo parecido ocurre con las intervenciones de cáncer de pulmón, con una diferencia de 5,36 días. Sin embargo, la mayor diferencia se produce con el cáncer de próstata, con una semana de diferencia entre los dos extremos.
¿Por qué se dan estas diferencias?
Una de las hipótesis que plantean los autores para explicar estas diferencias es que «los pacientes con un nivel socioeconómico más alto pueden articular mejor sus necesidades y presentar argumentos para que se les dé mayor prioridad en la lista de espera». Además, señalan que pueden ser mejores para mantenerse al día con los procesos de los sistemas de salud y tener más flexibilidad en su horario, lo que a su vez podría afectar la probabilidad de faltar a las citas y asistir al ingreso hospitalario programado, reduciendo así la duración de su tiempo de espera.
El estudio también hace relación a los contactos y relaciones sociales. Así, señala, «los pacientes con un nivel socioeconómico más alto podrían adelantarse en la fila presionando al proveedor, por ejemplo, a través de llamadas telefónicas frecuentes, o a través de canales informales, por ejemplo, conociendo a alguien que trabaja en el hospital».
Por último, otra hipótesis que plantean los autores es que las personas de clase alta estén mejor informadas sobre sus derechos y, potencialmente, «emprendan acciones legales si las demoras se vuelven significativas». Según la ley de garantías de tiempos máximos de espera en la atención sanitaria especializada, el tiempo máximo de garantía es de 45 días para cirugía de cáncer, –excepto para cirugía de cáncer de próstata que es de 60 días– 90 días para CABG y 180 días para cirugía de cataratas, reemplazo de cadera y rodilla. Así, si se excede el tiempo máximo garantizado, los pacientes pueden decidir permanecer en la lista de espera o elegir otro hospital (probablemente privado) fuera de la red pública de proveedores pero con un contrato establecido con el financiador público.