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Sanidad

Los pacientes de EPOC denuncian el retraso de Sanidad en el cambio de sus inhaladores

El sector público sanitario en España es responsable del 4,5% de las emisiones de carbono, por encima de la media global

Los pacientes de EPOC denuncian el retraso de Sanidad en el cambio de sus inhaladores

Mónica García, ministra de Sanidad. | EP.

El pasado 30 de mayo de 2024, la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados aprobó una Proposición No de Ley (PNL) -con el voto favorable de todos los grupos y la abstención de Vox- presentada por el PSOE y en la que se instaba al Gobierno a impulsar un Plan para la Reducción de la Huella de Carbono en el sector público sanitario en España, responsable del 4,5% de las emisiones de carbono, según un análisis publicado por Health Care Without Harm. Entre las medidas contempladas, el plan debe incluir la recomendación de uso de inhaladores en polvo seco y niebla fina para el tratamiento de enfermedades respiratorias en lugar de los inhaladores presurizados, siempre y cuando sea clínicamente posible, ya que estos últimos son responsables de una importante parte de la huella de carbono, similar a la contaminación emitida por 400.000 coches al año en España.

Los pacientes de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) son unos de los más perjudicados por la mala salud del medio ambiente. Si bien el tabaquismo sigue siendo el principal factor de riesgo de los pacientes con EPOC, la contaminación ambiental es también uno de los factores que más contribuye a su empeoramiento. Según numerosos estudios, la contaminación contribuye a provocar EPOC en alguien sano.

Por este motivo, desde Apepoc, la Asociación de Pacientes con EPOC, han preguntado al Ministerio de Sanidad a través del Portal de Transparencia si han comenzado a redactar el plan prometido –anunciado también por el anterior ministro de Sanidad, José Miñones, en septiembre de 2023– y cuándo podrá consultarse el documento públicamente. La respuesta del Ministerio de Sanidad está llena de evasivas. Una situación que preocupa a los pacientes de esta enfermedad, que afecta en España a alrededor de 2,9 millones de personas, de las cuales 300.000 sufren un estadio grave que deriva en el fallecimiento de una persona cada 20 minutos. Es la tercera causa de muerte en el mundo y la cuarta en España. 

Según el documento consultado por THE OBJECTIVE, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) asegura que Sanidad «ha consultado con las Sociedades Españolas médicas correspondientes y ha mantenido reuniones con la industria farmacéutica»; además, reconoce «que sí hay grupos de pacientes que podrían pasar a formulaciones alternativas existentes actualmente», aunque «eso no es posible ahora mismo en todos los pacientes». «Para abarcar la totalidad de los pacientes es necesario disponer de propelentes que puedan sustituir a los HFAs y que hayan completado su estudio para ser aplicables al ámbito sanitario. Esos propelentes alternativos están aún en fase de investigación, si bien esperamos que puedan estar disponibles en un futuro».

De la respuesta se desprende que la redacción del plan prometido no se ha puesto en marcha ni se comprometen a su elaboración. «A pesar de estar acuerdo con el objetivo, no se ponen a la tarea. La impresión de Apepoc es que Sanidad intenta retrasar la descarbonización del SNS sin justificación, que no lo llega a materializar y no sabemos el motivo», indica la Asociación de Pacientes con EPOC, que denuncia que Sanidad solo insta a las compañías farmacéuticas titulares de medicamentos que contengan gases fluorados a indicar dicho contenido en los correspondientes prospectos y etiquetados.

400.000 toneladas de CO2 anuales

Como hemos indicado anteriormente, en España, el sector salud es responsable del 4,5% de las emisiones de carbono. En el mundo, la huella climática de la atención médica supone el 4,4% de las emisiones de dióxido de carbono entre todas las industrias, lo que significa que España está por encima de la media global.

Las emisiones que emanan de los centros de atención médica y de los vehículos de transporte sanitario representan el 17% de la huella de carbono del sector. Por otro lado, las emisiones indirectas correspondientes a fuentes de energía como la electricidad, el vapor, la refrigeración y la calefacción comprenden otro 12%. La mayor parte de las emisiones, el 71%, se deriva de la cadena de suministro de la atención médica, a través de la producción, el transporte y la disposición de bienes y servicios.

Los actuales inhaladores de cartucho presurizado (pMDI) son medicamentos que se utilizan para el tratamiento de enfermedades respiratorias, fundamentalmente asma y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Los propelentes hidrofluorocarbonados (HFC) que contienen estos inhaladores contribuyen al calentamiento global como gases de efecto invernadero. En nuestro país, alrededor del 52% de los inhaladores utilizados son de cartucho presurizado, con una media anual de 15 millones de unidades vendidas, lo que se traduce en la emisión de aproximadamente 400.000 toneladas equivalentes de CO2 anuales, indican desde el Ministerio de Sanidad en la web de la Aemps.

«En este momento ya se están investigando nuevos propelentes menos contaminantes que podrían producir hasta un 90% menos de huella de carbono. Hasta entonces, cabe la posibilidad de utilizar dispositivos inhaladores de polvo seco o de nebulización en nuevos pacientes mayores de seis años o con flujo inspiratorio > 30 l/min (Guía GEMA 5.2 ), siempre que estos inhaladores se consideren clínicamente adecuados por sus médicos», señala el departamento de Mónica García. Aunque advierten que el cambio de inhalador por motivos no clínicos en pacientes ya tratados y bien controlados con sus inhaladores pMDI «podría suponer un riesgo de deterioro de la enfermedad y/o promover una baja adhesión terapéutica (incluyendo una mala técnica de inhalación con el nuevo dispositivo) (Guía GEMA 5.2)».

«Por eso, es importante recordar que los inhaladores son medicamentos no sustituibles sin la autorización expresa del médico prescriptor. Por lo tanto, estos son los únicos que pueden decidir sobre el cambio de dispositivo de manera individualizada y consensuada con el paciente».

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