Un gen vinculado a la demencia duplica el riesgo de padecer COVID-19 grave
Una de cada 36 personas de ascendencia europea tiene dos copias defectuosas de este gen
Tener un gen «defectuoso» relacionado con la demencia duplica el riesgo de desarrollar COVID-19[contexto id=»460724″] grave, según un estudio a gran escala realizado por investigadores de la Universidad de Exeter (Reino Unido) y la Universidad de Connecticut (Estados Unidos). En concreto, los científicos han encontrado un alto riesgo de infección grave por coronavirus entre aquellas personas de ascendencia europea que portaban dos copias defectuosas del gen APOE, denominado e4e4.
Una de cada 36 personas de ascendencia europea tiene dos copias defectuosas de este gen, y se sabe que esto aumenta el riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer hasta 14 veces, explican los científicos en un comunicado de la Universidad de Exeter, en el que señalan que también aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas. Ahora, el equipo de investigación ha descubierto que ser portador de estas mutaciones genéticas duplica los riesgos de COVID-19, incluso en personas que no han desarrollado las citadas enfermedades, según los resultados publicados en Journal of Gerontology: Medical Science.
Al igual que otros científicos, este equipo de investigación ya había constatado que las personas con demencia tienen más probabilidades de contraer COVID-19 grave y, entre las explicaciones, podría estar la exposición a la alta prevalencia del coronavirus en las residencias de mayores o centros de cuidados.
Sin embargo, este nuevo trabajo identifica que un componente genético también puede estar en juego. El equipo encontró en concreto que las personas con el genotipo APOE e4e4 tenían el doble de riesgo de desarrollar COVID-19 severa, comparado con aquellos con la forma común e3e3 del gen APOE.
Para llevar a cabo esta investigación, los científicos han utilizado los datos del estudio Biobanco de Reino Unido, que recoge información de salud y genética de 500.000 personas.
Chia-Ling Kuo, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Connecticut, resume que se trata de un «resultado emocionante porque ahora podríamos ser capaces de señalar cómo este gen defectuoso causa la vulnerabilidad a la COVID-19». «Esto podría conducir a nuevas ideas para los tratamientos», apunta Kuo, quien indica que también es importante porque demuestra, una vez más, que el aumento de los riesgos de enfermedad que parecen inevitables con el envejecimiento podría deberse en realidad a diferencias biológicas específicas.
Esto, argumenta, podría ayudarnos a entender por qué algunas personas permanecen activas hasta los 100 años o más, mientras que otras sufren discapacidades y mueren a los 60 años.