¿Leer en voz alta o en silencio? Así es la técnica de memorización más efectiva, según un estudio
La dieta, el estrés y el ejercicio físico son tres de los factores que más afectan a la capacidad del cerebro
Uno de los principales problemas a los que se enfrentan los estudiantes es el tener que estar durante horas estudiando asignaturas densas como historia, que necesitan muchas horas de estudio y memorizar conceptos y fechas. Cada alumno crea su propio método para poder estudiar y recordarlo todo pero, ahora, se ha demostrado que hay un método que permite que el cerebro almacene mucho mejor la información.
Esto aparece recogido en un estudio de la Universidad de Waterloo titulado This time it’s personal: the memory benefit of hearing oneself (‘Esta vez es personal: el beneficio para la memoria de escucharse a sí mismo’). Publicado en la Science Daily, la investigación comprobó que leer en voz alta aumenta las probabilidades de recordar las cosas. Esto es porque la doble acción de hablar y oírse al mismo tiempo tiene un impacto más beneficioso en la memoria.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron cuatro modos de estudio: leer en voz alta, oírse a sí mismo, escuchar a otros y leer en silencio. En la investigación participaron, además, un total de 95 alumnos de la Universidad de Waterloo. En la primera sesión del estudio, los investigadores grabaron a los participantes leyendo en voz alta cada una de las palabras seleccionadas.
En la segunda sesión, dos semanas después, los participantes estudiaron la mitad de las palabras de una de las cuatro formas diferentes. Tras ello, descubrieron que las personas que mejor recordaron fueron quienes habían leído ellos mismos en voz alta.
«Este estudio confirma que el aprendizaje y la memoria se benefician de la participación activa», explica el profesor y director del Departamento de Psicología de la Universidad y coautor del estudio, Colin M. MacLeod. Además, desarrolla un poco más las conclusiones del estudio: «La explicación de esto apunta a que cuando añadimos una medida activa o un elemento de producción a una palabra, ésta se vuelve más diferente en la memoria a largo plazo y, por tanto, es más fácil de memorizar».
Además, todo señala a que la memoria podría ser superior cuando las palabras se leyeron en voz alta que cuando se oyen porque las primeras son «activas». Es decir, estas suponen un procesamiento motor, y además están asociadas al ‘yo’ (hacen referencia a uno mismo).
Consejos para entrenar y mejorar la memoria
Hay muchas variables que pueden afectar al estado de la memoria, al igual que hay formas de mejorarla. Algunos trucos para ello son:
- Dormir bien
El sueño es una de las acciones más importantes para la salud del cerebro. La cantidad de horas que es necesario dormir varía dependiendo de factores como la edad o la dieta, pero, en general, los adultos necesitan entre siete y nueve horas diarias; los adolescentes necesitan en torno a una hora más de la media.
Además, es mejor tener un horario de sueño regular. Algunas formas de conciliar mejor el sueño son no usar televisores, tablets, teléfonos u ordenadores una hora antes de dormir y tomar menos cafeína. Un horario de sueño más estable permitirá no solo sentirse mejor sino también mejorar la capacidad para recordar y concentrarse.
- Controlar el estrés
El estrés crónico provoca la destrucción de las células del cerebro y afectará al hipocampo, una región del cerebro que está involucrada en la formación de nuevos recuerdos y la recuperación de los viejos. Aunque el estrés suele ser parte de la vida de muchísimas personas, tanto adultas como más jóvenes, es posible gestionarlo de forma eficaz cuando se reconoce. Algunos consejos son:
– Evitar dejar las cosas para el último minuto. Puede ser una buena forma para motivarse, pero afectará a la forma en la que la mente se organiza a sí mismo. Además, también afectará a la calidad del trabajo.
– Hacer descansos frecuentes. Una manera de administrar la carga de trabajo un poco más fácil es dividirla en partes más pequeñas y hacer descansos entre una y otra.
– Expresar las cosas, hablar con los demás, en vez de esconder los sentimientos o los problemas ayuda también a despejar la mente.
– No hacer varias tareas a la vez, porque dificultará la capacidad de concentración.
– Meditar. La meditación es una de las mejores prácticas para entrenar la concentración y para relajar tanto la mente como el cuerpo.
– Establecer expectativas realistas, incluso en el tiempo libre. Asumir demasiado puede saturar el cerebro y contribuir también a aumentar los niveles de estrés.
- Tener una dieta saludable
La dieta es otra de las variables que más afecta al cuerpo y, por tanto, al cerebro. Por ello, es recomendable comer frutas, verduras, granos integrales, grasas saludables (como el aceite de oliva, las nueces o el pescado) y proteínas magras. Aunque tampoco hay que obsesionarse con la dieta y estresarse si algún día no se sigue esto; lo importante es ser consciente de lo que se come.
- Entrenar el cerebro
La forma más común y conocida de fortalecer la mente es desafiándola. Al igual que la fuerza física, la fuerza mental requiere un desarrollo y desafío constantes: si no se usa, se pierde. Por lo tanto, un mayor uso y entrenamiento de la mente contribuirá a una mayor facilidad para recordar.