Sanidad retrasa legalizar el cannabis medicinal mientras autoriza su cultivo a 21 empresas
La mayoría de esta producción es exportada a otros países mientras los pacientes siguen esperando información qué va a ocurrir con el proceso de regularización
El Congreso aprobó a finales de junio de 2022 el dictamen en el que el Gobierno debe basarse para crear la regulación del cannabis medicinal. Más de seis meses después, el plazo establecido para esta tarea, que se cumplía a finales de diciembre, la Agencia Española de Medicamentos y Productos (Aemps), dependiente del Ministerio de Sanidad, no ha emitido el informe necesario para llevar a cabo la regularización. Sin embargo, sí que sigue emitiendo autorizaciones a empresas para el cultivo de cannabis, producción que no se puede usar en España más que para investigación.
En concreto, según la última actualización hecha por la Aemps, con fecha del 20 de diciembre de 2022, hay 21 empresas en España con autorización para cultivar plantas de cannabis. En concreto, 16 tienen autorización para cultivar las plantas con fines de investigación y otras cinco pueden hacerlo para la producción y fabricación de cannabis y sus productos con fines médicos y científicos.
Debido a que no existe una legalización del cannabis medicinal en España, como sí ocurre en varios países europeos, la mayoría de esta producción, así como los avances de la investigación, acaban siendo destinados a pacientes de otros países.
«En la nueva lista de la Aemps entran cada vez más compañías, pero si estas no pueden dispensar al Gobierno de España, al final todo lo que preparen e investiguen se va a acabar yendo a Europa y no lo vamos a recibir los pacientes españoles», dice en una conversación con THE OBJECTIVE Carola Pérez, presidenta del Observatorio Español del Cannabis Medicinal.
Incertidumbre acerca del futuro del cannabis medicinal
El plazo para fijar la hoja de ruta para la regularización del cannabis medicinal acababa el 27 de diciembre. Dos semanas más tarde, los pacientes con dolor crónico que esperan la autorización de este producto para aliviar sus síntomas siguen sin saber nada acerca de algo que debería estar ya avanzando hacia los siguientes pasos.
«Aquí nadie sabe nada y lo que nos preocupa es que después de esa hoja de ruta tampoco nadie nos sabe contar qué ocurre después», lamenta Carola Pérez. «Nosotros tuvimos una reunión con la agencia cuando estaban preparando el informe, la famosa hoja de ruta, y nos confirmaron que iban en tiempo y forma, y desde entonces no hemos tenido ninguna noticia más, casi que sabemos más por los medios de comunicación que por ellos», añade.
El miedo, explica, es que el proyecto acabe en el olvido debido al poco tiempo que hay para llevarlo a cabo antes de las elecciones y la posibilidad de un cambio de gobierno. «Vamos contrarreloj, porque si no estuviéramos en año electoral igual tendríamos más tiempo, pero da un poco de miedo que esto se deje caer».
A la incertidumbre sobre el proceso se suman las dudas sobre la forma que tomará la legalización del cannabis medicinal y las condiciones que se impondrán para su uso en caso de que finalmente se cumpla con su legalización.
«Tampoco sabemos muy bien qué es lo que nos van a dar, es lo que nos tienen que decir ahora, el qué y el cómo», explica la presidenta del Observatorio Español del Cannabis Medicinal, que comenta, eso sí, que ya les adelantaron que probablemente la legislación no cumpliría con todas sus expectativas.
Los pacientes piden un acceso seguro al cannabis
La posibilidad de que la legislación no cubra realmente las necesidades de los pacientes es uno de los miedos que está alimentando la falta de noticias al respecto por parte de las autoridades competentes.
Por ejemplo, explica Carola Pérez, temen que solo se dé la posibilidad de prescribir el cannabis a los médicos de la sanidad pública, una opción que se ha planteado, puesto que «los hospitales están saturados, hay unas listas de espera enormes», lo que podría suponer un retraso en el acceso a la medicación para muchas personas. «Nos preguntamos que por qué el mismo médico que está en la pública, si luego tiene una consulta en una clínica privada no puede prescribir, siendo el mismo médico con la misma formación», argumenta.
Otra petición que hacen es que los productos se puedan comprar en la farmacia comunitaria y no solo se dispensen en farmacias hospitalarias, como han propuesto en alguna ocasión las autoridades que elaboran la hoja de ruta. Así como que se pueda prescribir desde Atención Primaria y no solo los especialistas hospitalarios tengan esta posibilidad.
Desde la asociación de pacientes Dosemociones explican que lo que piden es «una regulación clara y amplia del acceso al cannabis medicinal, que nos dé la posibilidad de acceder al mismo a través del sistema sanitario como cualquier otro medicamento». Además, quieren que se regule «el derecho al autocultivo y al autocultivo compasivo», así como que se establezca un sistema de licencias para poder acceder a «los productos que la industria farmacéutica no puede proveer y que se están usando con muy buenos resultados en otros lugares donde ya está regulado el cannabis».
«La situación actual únicamente nos aporta inseguridad jurídica, sanitaria, mucho estrés y más dolor», aseguran desde la asociación, que pide «calidad de vida para el paciente y sus familiares».