La alternativa eficaz a las estatinas para regular el colesterol malo y prevenir infartos
El estudio apareció publicado en el ‘New England Journal of Medicine’ y presentaron sus conclusiones en el Congreso Mundial de Cardiología
El ácido bempedoico es un fármaco usado para tratar el colesterol alto que ha conseguido reducir los eventos cardiovasculares graves en un 13%. Así lo muestra un nuevo estudio publicado en New England Journal of Medicine y cuyas conclusiones presentaron en el Congreso Mundial de Cardiología. Los resultados son muy relevantes porque este medicamento puede servir como alternativa para tratar el colesterol elevado a los pacientes que no toleran las estatinas.
Tener un nivel de colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL) en la sangre elevado es un problema. Puede llegara a obstruir las arterias y aumentar el riesgo de infarto de miocardio, ictus y otras cardiopatías. El tratamiento estándar de primera línea para bajar el colesterol y reducir el riesgo de cardiopatías son las estatinas. Sin embargo, hay algunos pacientes que no pueden tomarlas.
Sin embargo, el ácido bempedoico afecta a la misma vía biológica que las estatinas, pero sin activarse hasta que llega al hígado. Esto limita los efectos del fármaco en los músculos, el cerebro y otros tejidos u órganos, además de explicar por qué no tiene los mismos efectos secundarios que las estatinas. La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) ya ha aprobado este fármaco como tratamiento adicional para ayudar a reducir el colesterol en pacientes con determinadas afecciones que están relacionadas con el colesterol alto a pesar de recibir un tratamiento con estatinas tolerado al máximo.
El primer ensayo sobre este tratamiento para el colesterol
El ensayo recibe el nombre de CLEAR Outcomes y es el primero en evaluar si el ácido bempedoico podría reducir los resultados cardiovasculares. En él, los científicos observaron que el fármaco estaba asociado a reducciones significativas del criterio de valoración principal del ensayo, un compuesto de muerte cardiovascular, infarto de miocardio, ictus o revascularización coronaria (un procedimiento para abrir las arterias obstruidas).
Tras analizar los distintos tipos de episodios cardiacos descubrieron que el ácido bempedoico reducía en un 23% los infartos de miocardio. Además, las revascularizaciones coronarias disminuían en un 19%; ambas cifras son muy significativas. Estos beneficios aparecieron tanto en personas que habían sufrido anteriormente un episodio cardiaco como en las que no.
El director académico del Instituto Cardiovascular y Torácico de la Clínica Cleveland y director del estudio, Steven E. Nissen, destaca que están «muy satisfechos con los resultados». «Las personas que no toleraban las estatinas toleraron el ácido bempedoico y obtuvieron muy buenos resultados. Nos alegra haber podido demostrar este nivel de eficacia en los resultados que realmente importan a los pacientes», añade.
En la investigación participaron 14.000 pacientes
Para realizar la investigación los científicos analizaron a más de 14.000 pacientes intolerantes a las estatinas entre diciembre de 2016 y agosto de 2019. Además, estos formaban parte de más de 1.200 centros de 32 países diferentes. Para poder participar, los pacientes y sus médicos tenían que reconocer por escrito su conocimiento sobre los beneficios de las estatinas y confirmar que el paciente no toleraba el tratamiento con las mismas.
Todos los participantes presentaban niveles de LDL iguales o superiores a 100 mg/dL al empezar el estudio. Además, habían tenido un episodio cardiaco previo u otros factores de riesgo de cardiopatía. De media, los pacientes tenían 65 años, casi la mitad eran mujeres (48%) y en torno al 70% habían sufrido un episodio cardiaco previo. A los participantes les asignaron de forma aleatoria tomar 180 mg diarios de ácido bempedoico o un placebo; además, se les realizó un seguimiento durante más de tres años, por término medio.
El 11,7% de los participante que tomaron ácido bempedoico experimentaron la tasa combinada de muerte cardiovascular, infarto de miocardio, ictus o revascularización coronaria. En el caso de quienes tomaron placebo, el porcentaje fue del 13,3%. En cuanto a las tasas de mortalidad entre ambos grupos, no hubo diferencias significativas.
Otros resultados del estudio
El colesterol LDL experimentó también un descenso medio de entre el 20% y el 25% a lo largo del estudio en aquellas personas que recibieron ácido bempedoico. Según los investigadores, los participantes que tomaron el placebo también tuvieron una pequeña reducción del colesterol LDL: hasta un 10% de media. Probablemente, esto refleja un seguimiento más estrecho y la adición de otros agentes reductores del colesterol como parte de su tratamiento de fondo.
Los pacientes que tomaron ácido bempedoico, no obstante, experimentaron tasas más elevadas de varios efectos secundarios que aquellos que tomaron placebo. Algunas de estas reacciones fueron insuficiencia renal, gota y cálculos biliares, además de un aumento de las enzimas hepáticas, probablemente debido a la actividad del fármaco en el hígado. Pero estos efectos secundarios no supusieron una mayor tasa de interrupción del tratamiento.
Además, los investigadores señalaron que la reducción del 20%-25% del colesterol LDL conseguida por el ácido bempedoico tiene un impacto menor que las reducciones del 40%-50% que suelen conseguir las estatinas. Este descubrimiento está en línea con estudios anteriores que indican que el ácido bempedoico no es tan eficaz para reducir el colesterol como lo son las estatinas u otras terapias como, por ejemplo, los inhibidores de la PCSK9. Sin embargo, el estudio sí que demuestra que este grado de cambio puede seguir marcando una diferencia en el riesgo global de eventos cardiacos para los pacientes que no toleran las estatinas, señala Nissen.
«Las estatinas son la piedra angular de la reducción del riesgo en pacientes con colesterol LDL elevado», indica. «La mayoría de las personas pueden tomar estatinas, pero algunas no. Este es el primer estudio que aborda directamente el problema de los pacientes que no toleran las estatinas. Conseguimos lo que esperábamos: un resultado muy positivo en una población de personas que simplemente no las toleraban», concluye el investigador.