Cómo actuar en caso de ahogamiento en el agua
Esta es una de las principales causas de muerte tanto en niños como en adultos en todo el mundo
El ahogamiento en el agua es una de las principales causas de muerte tanto entre niños como en adultos en todo el mundo. En concreto, en España, el año pasado murieron 494 personas por ahogamiento, según el Informe Nacional de Ahogamientos (INA). Hay varias causas detrás de esto: una de ellas es que la persona sobreestime sus capacidades y, por ejemplo, quede atrapado en una corriente lejos de la costa sin poder volver.
También puede pasar un «golpe frío» o shock hiportérmico al entrar en el agua muy fría. A esto hay que sumar que puede ocurrir cualquier problema de salud en el agua, como un infarto cardiaco o cerebral o un desmayo. La mayoría de estos accidentes ocurren en sitios donde no son atendidos por socorristas, por lo que a lo mejor no hay nadie para ayudar en caso de una situación imprevista en el agua.
Este el motivo de que sólo sea recomendable bañarse en lugares con supervisión de profesionales. No obstante, los accidentes por ahogamiento siguen siendo muy comunes así que nunca está de más tener los conocimientos adecuados sobre primeros auxilios y procedimientos de rescate.
Cómo reconocer un ahogamiento
Los ahogamientos en las películas suelen ser ruidosos y llamativos pero, en la realidad, la persona que se ahoga puede ser bastante discreta. De hecho, es lo más común, por lo que la gente de alrededor no es consciente de lo que ocurre. En función del comportamiento de la persona es posible distinguir dos tipos de ahogamiento:
- Con reacción de defensa: la persona primero golpea la superficie del agua con los brazos para poder seguir a flote. En general, esto sólo ocurre durante entre 20 y 60 segundos, tras los cuales respiran agua y terminan hundidos. Por ello, sólo hay en torno a un minuto en el que es posible ver a la persona sobre el agua.
- Sin reacción de defensa: esta es cuando ocurre algún tipo de emergencia en el agua y la persona acaba hundida directamente. Puede haber sido por un problema que también le habría provocado la muerte en tierra aunque, si la sacan del agua rápido, puede ser tratada.
Según la experiencia de los socorristas experimentados, hay ciertos síntomas que permiten identificar que una persona podría estar ahogándose:
- Cabeza hundida con la boca al nivel del agua.
- Cabeza inclinada hacia atrás con la boca abierta.
- Tiene el cabello sobre los ojos y no se lo aparta.
- No está moviendo las piernas para nadar.
- Hiperventilación o sibilancias.
- Intenta nadar en cierta dirección pero no se puede avanzar.
- Intenta rodar sobre la espalda.
No hay que olvidar la autoprotección
Cuando una persona se está ahogando suele entrar en pánico, por lo que lo normal es que se agarren a todo y todos los que tengan a su alcance. Esto incluye a las personas que están intentando ayudar, lo que puede provocar que las hundan y terminen también en una situación de emergencia. Por ello, al presenciar un ahogamiento hay que tener en cuenta dos cosas antes de saltar al agua:
- Estar seguro de que es posible volver a la orilla rápido, es decir, que no hay fuertes corrientes u olas que impidan hacerlo.
- Es posible acercarse a la persona por detrás para poder sostenerla, pero a su vez ella no puede agarrarte a ti.
En general, lo mejor es no entrar al agua, sino lanzar algo que esa persona pueda coger. Para esto sirven objetos como un flotador, pero también una colchoneta inflable o una tabla de surf.
Qué hacer ante tu propio ahogamiento
Si eres tú mismo quien se ahoga, estos son los consejos básicos:
- En caso de tener un calambre muscular hay que mantener la calma y nadar hasta la orilla. En caso de que esto no funcione, lo mejor es intentar aliviar la sensación en el agua estirando el músculo.
- Si te atrapa una corriente muy fuerte hay que recordar no nadar nunca directamente en su contra. Esto supone mucha fuerza y es muy raro que termine llevando a la orilla. Lo mejor es dejarse llevar por la corriente y nadar hacia un lado, en paralelo a la orilla, para poder salir de ella primero. En caso de no tener suficiente energía, la opción es acostarse boca arriba, en la conocida como posición del muerto, y dejarse llevar. También hay que gritar y golpear el agua con los brazos para llamar la atención.
Primeros auxilios tras un rescate de ahogamiento
Después de salvar a la persona hay que seguir las mismas medidas de primeros auxilios que en los casos de otras emergencias.
Si la persona está consciente
Primero hay que buscar ayuda y, mientras llega, permanecer con la persona y controlar sus signos vitales con la mayor regularidad posible. Estos incluyen: respiración, temperatura corporal, circulación, pulso y presión arterial. Por último, para prevenir la hipotermia, hay que envolver a la persona con ropa o una manta. La persona no debe acostarse bajo el sol si este da muy fuerte, ya que podría dar lugar a un sobrecalentamiento.
Persona inconsciente, pero respira
En primer lugar, hay que poner a la persona tumbada de costado, en la posición de seguridad. Mientras llega la ayuda hay que controlar su respiración y frecuencia cardiaca para notar cualquier cambio en sus constantes vitales.
Si la persona ya no respira
En caso de que la persona no esté respirando, estos son loa pasos a seguir:
- Empezar la reanimación cardiopulmonar (RCP) alternando las compresiones torácicas y la ventilación.
- Continuar así hasta que lleguen los servicios de emergencia o hasta que la persona vuelva a respirar.
- No hay que intentar eliminar el agua de los pulmones, ya que es muy peligroso para la persona afectada.
- Si los servicios de emergencia no responden o están demasiado lejos, llevar a la víctima al hospital lo antes posible.