Por qué deberías aumentar tu consumo de huevos este verano (y cómo conservarlos)

Para adelgazar en verano hay que comer menos y mejor y moverse, no hay otra, pero será más sencillo perder peso si elegimos los alimentos correctos. Uno de ellos es el huevo.

Este alimento, además de ser beneficioso para el corazón —ya que ayuda al correcto funcionamiento del riego sanguíneo y de las arterias principales—, nos ayuda a adelgazar, ya que hace acelerar el metabolismo hasta en un 30% durante algunas horas después de ingerirlos. Así lo han reflejado numerosas investigaciones, las cuales han demostrado que estos alimentos aumentan más el efecto térmico del cuerpo, esto es, la cantidad de calorías que éste tarda en digerirlos y procesarlos. 

Asimismo, los huevos son uno de los mejores alimentos para adelgazar debido a que son ricos en proteínas, grasas saludables, aumentan la sensación de saciedad y son muy bajos de calorías. Además, una investigación realizada en mujeres con sobrepeso demostró que consumir este alimento aumentaba la sensación de saciedad y hacía que las féminas comieran menos durante las siguientes 36 horas.

El huevo, ideal para adelgazar y para la salud

Ya hemos visto que el huevo es perfecto para adelgazar, pero ¿cuántos debemos comer al día? Al respecto, se ha demostrado que comer más de uno al día está asociado con la reducción del riesgo de enfermedades coronarias.

Esto se debe al alto valor proteico del huevo. Un huevo contiene 113 kcal aproximadamente y presenta proteínas de alta calidad. Apenas contiene hidratos de carbono y de las grasas que presenta buena parte son monoinsaturadas. Asimismo, es un alimento muy rico en hierro, zinc, fósforo, calcio, ácido fólico, potasio y vitaminas de tipo A, D, E, B3 y B12.

Considerando las cantidades de nutrientes que contiene el huevo, así como el resto de sus componentes nutricionales, se puede afirmar que es muy beneficioso tanto para la salud como para aquellos que desean adelgazar.

Cómo conservarlos en verano: ocho valiosos consejos

Como hemos podido ver, el huevo es un súper alimento muy nutritivo, pero también muy delicado. Por eso, especialmente durante el verano con las altas temperaturas, es muy importante una correcta manipulación y conservación para poder disfrutar de sus excelentes propiedades en su totalidad. Desde Pazo de Vilane dan unos consejos para tal fin:

• No es necesario lavar los huevos. La cáscara es un excelente escudo protector natural. Es mejor revisar en busca de alguna grieta o rotura. En tal caso, hay que tirar el huevo roto.
• Respetar su cadena del frío y muy especialmente ahora, que nos enfrentamos a las altas temperaturas. Por eso, después de hacer la compra, es importante no dejarlos al sol o en lugares donde haga mucho calor.
• Los huevos deben guardarse siempre en el interior de la nevera (no en la puerta) y en su propia caja. Haciéndolo así los protegemos de los cambios bruscos de temperatura que se producen al abrir y cerrar el frigorífico.
• Para evitar que se nos caigan trocitos de la cáscara dentro del recipiente y contaminar el interior del huevo, debemos cascar el huevo en el borde de un recipiente distinto al que vayamos a utilizar para batirlo. Por el mismo motivo, a la hora de separar la yema de la clara, es mejor no hacerlo con la propia cáscara, sino ayudándonos de una cuchara o un cuenco.
• El huevo es un alimento que puede cocinarse de muchas formas, una de las más sencillas es cocerlo. Ahora en verano hay muchos platos como el salmorejo o la ensaladilla que incorporan este alimento; por eso a veces, para ahorrar tiempo, cocemos los huevos y los utilizamos a medida que los necesitamos. Sin embargo, hay que ser cuidadosos con los tiempos de conservación para evitar problemas. En este sentido, un huevo cocido (si se ha cocinado fresco) puede conservarse en el frigorífico durante una semana, siempre que se mantenga con la cáscara. De hacerlo sin ella, lo recomendable es comerlo en el mismo día y mantenerlo refrigerado hasta su consumo.
• Por seguridad alimentaria, no debemos esperar más de dos horas para guardar un huevo cocido en el frigorífico una vez se haya cocinado, ni dejar platos sin refrigerar cocinados con huevo (en cualquiera de sus elaboraciones).
• Antes de cocinar los huevos debemos lavarnos bien las manos. Además, debemos asegurarnos de que las superficies y utensilios que vamos a utilizar están también limpios, tanto antes como después de manipularlos.
• Las altas temperaturas solo son necesarias a la hora de cocinar los huevos (para hervirlos, freírlos o cuajarlos). Al ser un alimento muy delicado no debemos dejarlo nunca al sol o expuesto a focos de calor, como, por ejemplo, cerca de una ventana o durante largas horas en el interior de un coche.