Un proyecto europeo busca reducir la polución del agua de lluvia que va de ciudades a ríos
StopUP cuenta con fondos de la Unión Europea y en él participan universidades y empresas de ocho países
Un proyecto que recibe financiación de la Unión Europea está investigando maneras de reducir la contaminación del agua de lluvia que llega a los ríos, lagunas y otros ambientes acuáticos desde las ciudades.
El objetivo principal de este proyecto, en el que colaboran 11 empresas y universidades de Bélgica, Alemania, Italia, Países Bajos, Noruega, Suiza, Túnez y Reino Unido, es reducir la polución de la escorrentía urbana a través del desarrollo de tecnologías y herramientas que permitan mejorar los sistemas de desagüe para que este agua llegue en mejores condiciones a ríos y lagunas.
«La contaminación urbana todavía presenta una gran amenaza para la calidad del agua», explican desde el proyecto Stop Urban Poluttion (StopUP). Insisten en que los entornos acuáticos de Europa necesitan protección, a pesar de que la directiva para el tratamiento de aguas residuales de la Unión Europea y otras directivas «han tenido un gran impacto en la protección» de estas aguas.
En Europa, el 38% de los cuerpos acuáticos en la superficie están contaminados de varias formas, según la Agencia Europea de Medioambiente. Por eso, el proyecto se centra en crear nuevos métodos, pero también información y directrices sobre cómo limitar de manera más efectiva la polución urbana que afecta a los ríos y lagunas, entre otros.
Las principales amenazas en cuanto a contaminación
Los colaboradores de StopUP se están centrando en las que consideran las tres amenazas principales para las aguas dulces en lo que se refiere a las aguas pluviales que llegan desde núcleos urbanos.
La primera son los desbordamientos del alcantarillado combinado, que transporta tanto aguas de lluvias como residuales a las plantas de tratamiento residual. Durante episodios de fuertes lluvias o tormentas, explica el equipo del proyecto, la capacidad del sistema de desagüe se ve sobrepasada y «las aguas residuales son descargadas en los ríos cercanos, arroyos y otros cuerpos acuáticos sin ser tratadas». Esto causa que las aguas se contaminen con materiales tóxicos y residuos humanos e industriales.
Otro foco de contaminación son las aguas de escorrentía de la superficie, afirman. Estas aguas son las que «fluyen por la superficie cuando hay exceso de lluvia o tormentas y ya no se puede filtrar al suelo» y desde StopUP señalan que «los humanos tenemos la culpa de esta escorrentía, prado que añadimos más y más estructuras impermeables a la superficie, como pavimentos, carreteras y tejados, bloqueando el paso del agua para infiltrarse en el suelo».
Estas aguas recogen sedimentos y contaminantes mientras que fluyen por las carreteras y, al no filtrarse, pueden acabar, junto con esta contaminación, en entornos de aguas dulces.
Por último, los investigadores consideran que el cambio climático puede agravar las consecuencias de estos dos factores anteriores. «Periodos secos más largos, temperaturas más altas y lluvias intensas pondrán un alto nivel de presión en la flora, la fauna y la calidad del agua», señalan. En el caso de la contaminación del agua, el incremento de las lluvias en los próximos años, explican, provocará que un gran número de contaminantes acaben en ríos y lagunas.
Retención de aguas pluviales y más zonas verdes
El proyecto propone soluciones concretas en cada una de las ciudades donde se están probando distintas medidas para reducir la contaminación de las aguas pluviales que llegan a los ríos, pero también señala algunas acciones comunes que podrían ayudar en todas las zonas urbanas.
La primera es retener localmente el agua de lluvias y tormentas e infiltrarla en el suelo, de tal manera que la sobrecarga del sistema de drenaje pueda controlarse. Sin embargo, esto puede entrañar ciertos riesgos, avisan desde StopUP, puesto que se puede contaminar el subsuelo.
Como medida más segura, apuestan por limitar la creación de superficies pavimentadas y dar espacio a zonas verdes. Además, apuntan a que sería efectivo tratar estas aguas directamente en la fuente, en las distintas localizaciones en las que se generan, a la vez que se mejora el alcantarillado.
Waterun, un programa liderado desde España
Además de StopUP, en Europa hay distintos proyectos relacionados con la gestión de aguas residuales y pluviales que están tratando temas similares. Es el caso de Waterun, que está liderado desde España por la Asociación de Investigación Metalúrgica del Noroeste (Aimen).
«Puede parecer que el agua de lluvia está muy limpia, pero cuando pasa por las calles y tejados, se carga de polvo, residuos de heces animales, microplásticos y otros contaminantes tóxicos», explica la responsable de Medioambiente de Aimen, Luz Herrero, en declaraciones a la revista de la Comisión Europea Horizon.
El objetivo de este proyecto es desarrollar metodología innovadora para mejorar la gestión de las aguas pluviales que no se filtran al suelo en las zonas urbanas. La idea es que esta metodología «provea de soluciones preventivas y mejoras en las prácticas de gestión al adoptar una perspectiva holística para el control del agua contaminada» en estas áreas.
Así, Waterun está desarrollando sensores creados a partir de químicos procedentes del carbón y el petróleo para situarlos en cuencas urbanas y poder detectar de dónde proceden los distintos contaminantes.
El proyecto se está llevando a cabo a través de tres estudios, principalmente, en Aarhus (Dinamarca), Amman (Jordania) y en Santiago de Compostela.