¿Cómo saber si un alimento es ecológico de verdad? Una guía explica cómo identificarlos
Entre todas las etiquetas con reclamos como «agricultura sostenible», a veces se hace difícil distinguir estos productos
Cada vez son más los consumidores que buscan que sus compras sean más sostenibles, ya hablemos de ropa, cosméticos o alimentos. En este último caso, el sector de la alimentación ecológica, tras una contracción en las ventas en 2022, ha experimentado signos de recuperación en 2023, según los datos de la Asociación de Elaboradores y Comercializadores de Alimentos Ecológicos (Asobio).
«Este crecimiento se debe a una serie de factores, entre los que destacan la creciente preocupación de los consumidores por la salud, el medio ambiente y la sostenibilidad», explican desde la asociación.
También son muchas las empresas que están queriendo unirse a la tendencia y en los supermercados y tiendas de alimentación se pueden ver cada vez más productos bio, ecológicos, de proximidad… Sin embargo, entre tanta etiqueta a veces se hace difícil distinguir qué alimentos cumplen con las características y son ecológicos realmente.
Para hacer más fácil la tarea, desde Asobio han elaborado una guía con consejos para ver fácilmente si un producto es ecológico realmente o si sus etiquetas con reclamos como «sostenible» o «verde» son simplemente un elemento más de publicidad.
Pasos para determinar si un alimento es ecológico
- Buscar en la etiqueta la EuroHoja. Este logo, que tiene el fondo verde y muestra estrellas blancas dibujando la forma de una hoja, es la certificación europea que garantiza que el producto cumple con los estándares de la normativa de la Unión Europea. Sin ella, «no hay garantías de que el producto cumpla con los requisitos establecidos por la UE y que dicho cumplimiento haya sido controlado por una entidad oficialmente acreditada para hacerlo», explican desde Asobio.
- Los sellos locales. Algunos alimentos ecológicos llevan, además de la certificación europea, otra que otorga la comunidad autónoma en la que ha sido producido. «Esto añade un plus de seguridad de que el alimento que estás adquiriendo es auténticamente ecológico y se ha producido localmente», dice la asociación. Son distintos según la comunidad autónoma que lo otorga y no son obligatorios en todas ellas, pero sí es obligatorio que aparezca el código de la autoridad de control, es decir, quien verifica las características del producto.
- Comprobar las denominaciones. Debido al creciente interés por los productos respetuosos con el medioambiente, son muchos los que añaden a sus etiquetas palabras como «sostenible», «verde» o «respetuoso con el medioambiente», pero estas no quieren decir que tengan el certificado ecológico. Así, solo pueden usar los términos «ecológico», «biológico» y «orgánico», así como sus abreviaciones «eco» y «bio» aquellos productos que hayan sido certificados por la Unión Europea. «Existen empresas que aprovechan esta tendencia del mercado para generar prácticas de eco-blanqueo o greenwashing que pueden oscilar entre pequeñas exageraciones o simplificaciones de ciertos atributos ‘verdes’ de sus productos, servicios u objetivos empresariales», denuncian desde Asobio y señalan que «el riesgo de confusión (incluso engaño) es elevado para el consumidor».
- Informarse sobre el origen y las materias primas. «Es importante conocer el origen de los productos alimentarios que consumimos y seleccionar con conocimiento de causa. Investigar sobre la empresa, el sello y los insumos utilizados. Leer en detalle las etiquetas y las páginas webs de los productos y sus productores», dice la asociación.
- Informarse sobre la regulación. Por último, desde Asobio recomiendan «mantenerse actualizado sobre los estándares y regulaciones de producción ecológica», leer reseñas y compartir experiencias con otros consumidores para tener información adicional. Además, señalan la importancia de denunciar ante organizaciones de defensa de los derechos del consumidor en caso de que haya sospechas o indicios de eco-blanqueo.
¿Qué beneficios tienen los alimentos ecológicos?
Para que un producto alimentario sea ecológico, tiene que cumplir con numerosas normas en relación al nivel de biodiversidad, los recursos naturales que utiliza, el bienestar animal, la ausencia de pesticidas y los métodos de elaboración.
Son estos motivos los que llevan a los consumidores a optar por estos alimentos, a pesar de que a menudo su precio es algo más elevado, pero ¿qué beneficios tienen realmente?
En cuanto a si estos tienen beneficios para la salud que no proporcionen los alimentos convencionales, la tecnóloga de los alimentos Beatriz Robles explica que no hay consenso sobre el valor nutricional de estos alimentos frente al resto. Se han publicado numerosos estudios y revisiones, pero no se ha llegado a una conclusión clara sobre si estos aportan más nutrientes u otras ventajas, salvo que es cierto que pueden reducir la exposición a pesticidas y a bacterias resistentes a antibióticos debido a los límites que deben cumplir.
Por tanto, los beneficios son principalmente para el medioambiente y para los animales, en el caso de la ganadería, pues se deben cumplir ciertas normas que garanticen su bienestar. La gestión respetuosa de los recursos naturales como el agua, la mejora de la biodiversidad en el entorno en el que se producen y la reducción de la contaminación por la menor o nula utilización de pesticidas y otros productos químicos son algunas de las principales razones para consumir estos alimentos.