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La sequía fuerza a la ganadería ecológica a cambiar el forraje por alimento tradicional

Ya se aplicó una excepción en 2022 por las consecuencias de la guerra de Ucrania, pero los ganaderos andaluces la han vuelto a pedir por la falta de agua

La sequía fuerza a la ganadería ecológica a cambiar el forraje por alimento tradicional

Varias vacas lecheras pastorean en una granja de Galicia. | Álvaro Ballesteros (Europa Press)

Los ganaderos andaluces han tenido que volver a pedir una excepción para poder alimentar al ganado de explotaciones ecológicas con alimento tradicional en sustitución del forraje ecológico debido a la escasez de este alimento, una situación que amenaza con llegar a otros muchos puntos de España. 

La excepción ya se aprobó en 2022 debido a las consecuencias de la guerra de Ucrania, que incrementó los costes y dificultó la obtención de piensos ecológicos. Ahora, la sequía ha reducido los pastos y la cantidad de forraje disponible, por lo que la ganadería ecológica se ha vuelto a ver desprovista del alimento exigido para contar con esta calificación.

El problema, explican desde La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) a THE OBJECTIVE, no es que sea difícil conseguir forraje, o que sea más caro por la inflación, sino que la sequía ha acabado con este tipo de cultivos en muchas partes de España y está cerca de hacerlo en otras, por lo que no existe siquiera la posibilidad de conseguirlo. 

Según la normativa europea, en la ganadería ecológica, los animales deben estar alimentados con alimentos ecológicos producidos en la propia finca y, cuando no sea suficiente, procedentes de otra unidad ecológica de la misma región, además de que los animales deben tener acceso permanente a pastos o forrajes. También especifica, entre otras cosas, que se deben respetar las pautas de alimentación normales en cada especie en las prácticas de engorde y se prohíbe la alimentación forzada. 

Tras la guerra de Ucrania, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación autorizó en las explotaciones ecológicas de porcino y aves de corral el uso de un 5% de piensos convencionales durante un plazo máximo de un año ante la carencia de alimentos proteicos.

En Andalucía, se autorizó en septiembre el uso de alimentación convencional para explotaciones ecológicas también de bovino, ovino, equino, caprino y abejas. Sin embargo, la excepción finalizó en febrero de 2023, por lo que los ganaderos han vuelto a solicitarla debido a que la situación no ha mejorado, sino que la sequía incluso ha ido a peor, y la Junta de Andalucía ha dado su autorización de nuevo.

Esto supone que los ganaderos cambian el forraje ecológico por uno convencional, pero siguen sin alimentar a los animales con piensos tradicionales, puesto que estos contienen transgénicos que no están permitidos en este tipo de explotaciones, explica a este periódico José Manuel Benítez, responsable de Agricultura y Ganadería Ecológica de COAG.

Añade que la Junta de Andalucía controla quién está haciendo este cambio y que se haga realmente en las fincas afectadas por la sequía y que los productos procedentes de estos animales pasan un tiempo de conversión antes de volver a ser vendidos como ecológicos. «No hay que alarmar al consumidor, no se va a vender como alimento ecológico uno tratado de forma convencional», señala Benítez.

El norte de España, cercano a sufrir la misma situación

La sequía está afectando más al sur de España, pero el norte no está teniendo tampoco su mejor año y si las cosas siguen así, pueden acabar en la misma situación. «Aquí en el norte hemos resistido mejor, pero yo sospecho que sí va a pasar», dice a este periódico Gaspar Anabitarte, responsable del sector lácteo de COAG y ganadero de leche ecológica. 

En la zona de Cantabria, por ejemplo, obtienen gran parte de forraje de Castilla y León, donde se teme que no haya suficiente este año, además de que los precios se han disparado. «Lo cierto es que prácticamente no tienen cosecha de cereales, y de forrajes tampoco, en mayo ya se tenían que haber cerrado las ventas y no hay nada», dice Anabitarte.

Además, explica el ganadero, es que no es un producto que sea rentable traer de otros países debido a su gran volumen, mientras que el pienso ecológico sí se puede transportar más fácilmente, aunque sea a precios muy superiores a lo habitual. 

El problema es que en algunos casos, como es el de los rumiantes, no pueden alimentarse solo con pienso, sino que un porcentaje de su dieta tiene que ser pasto, «necesita un mínimo de forraje para la supervivencia», por lo que aunque se tenga que pedir la excepción y aumentar la cantidad de pienso, «hay que buscar la manera de que el ganado sobreviva». 

La situación es tan grave, afirma Benítez, que en Andalucía ya hay ganaderos que no pueden dar de comer a sus animales debido a la falta de forraje y el desorbitado precio de los piensos ecológicos o alimentos tradicionales. «Hay gente que está poniendo las vacas, las cabras, las ovejas en venta y como realmente no hay nadie que quiera comprar o hay muy poca gente que quiera comprar, en muchos casos los animales están yendo a matadero«, explica.

La alimentación es solo una de las exigencias 

Aunque se cambie la alimentación del ganado de manera excepcional, Anabitarte explica que el resto de condiciones que convierten a estas explotaciones en ecológicas se seguirían cumpliendo. 

Por ejemplo, uno de los aspectos que regula este tipo de explotaciones es la no utilización de abonos químicos, de ciertos medicamentos para los animales, de pesticidas, algo que no va a cambiar. Tampoco cambian, señala el ganadero, las normas de bienestar animal, como la extensión que debe tener la finca por cada animal, el acceso a bebederos en ciertas condiciones, etc. 

Además, una parte de la alimentación va a seguir siendo ecológica, apunta Anabitarte, puesto que tienen que seguir saliendo a pastar y, dado que en estas explotaciones la carga ganadera es más baja que en las tradicionales,» el poco pasto que quede se reparte entre menos animales. 

En cuanto al impacto en la calidad de los productos, afirma que no es significativo. Reconoce que «la naturaleza de la leche cambia cuanto menos concentrados tenga» y la carne también tiene más calidad, apunta, si ha sido alimentada con forrajes, pero señala que dado que el cambio de la alimentación no es en su totalidad y el resto de condiciones se mantienen, no es algo que de cara al consumidor tenga una importancia significativa.

Respecto a los precios de cara al consumidor, Benítez dice que es probable que no se aplique un nuevo incremento, puesto que «esa subida de precios de todos los insumos no se está repercutiendo en el precio que se está pagando a los productores». Por eso, los ganaderos piden a los canales de distribución que ajusten sus márgenes y paguen un precio justo por los productos en origen.

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