Solo el 11% de las parejas españolas se ha conocido en el trabajo, según una encuesta
Un 2% lo hizo a través de la iglesia o una comunidad religiosa
El amor aparece en cualquier momento y lugar. Lógicamente, la posibilidad de conectar con una persona puede estar relacionada con las horas que disfrutamos con ella. Tiene sentido pensar que cuanto más tiempo pasen juntos dos seres humanos más especial será su vínculo. Sin embargo, solo el 11% de los españoles ha conocido a su pareja en el trabajo, según la empresa global de datos y opinión pública YouGov.
En este sentido, el porcentaje más alto es para aquellos que en alguna ocasión han tenido que ejercer de celestina, porque el 26% de las parejas españolas se han conocido a través de amigos. El 13% en alguna salida (como ir a tomar algo). En cambio, un 10% de los encuestados afirma haber conectado con su persona especial a través de una app de citas.
Un 6% a través de una afición compartida o en la universidad. Un 4% en la escuela o a través de la familia. Un 2% a través de la iglesia o una comunidad religiosa. Mientras que un 7% asegura no haber tenido nunca una pareja romántica.
Conocer a alguien en un lugar tranquilo
«En términos generales, el mejor lugar para conocer a alguien suele ser un sitio relativamente tranquilo (pero sin llegar a ser lugares privados), donde la conversación y las interacciones puedan fluir con naturalidad», asegura el sociólogo Jesús Castillo en conversación con THE OBJECTIVE. «Por ejemplo, un parque, un cine o un bar pueden ser sitios idóneos», afirma.
Para algunos resultará una opción interesante vivir en la primera (o primeras) cita experiencias intensas para así ‘romper el hielo’. «Podría ser un parque de atracciones, un escape room, o una sala de juegos recreativos», pero lo más acertado sería que dichos encuentros concluyeran «en entornos más relajados (tomando algo, cenando…)».
Sin embargo, para el sociólogo, la probabilidad de encontrar el amor «es una cuestión más personal que de ubicación«. Para él no cabe duda de que los entornos más relajados dan pie a intimar más con alguien, pero «siempre dependerá de cada cual».
«Lo que sí es cierto, es que hay mayor probabilidad de encontrar esa conexión donde nos sintamos más seguros«, aclara Castillo. «Por ejemplo, si nuestro hobby es montar en bicicleta, es más probable encontrar el amor en competiciones o quedadas, que en una feria gastronómica a la que hemos sido invitados de casualidad».
Indudablemente, el trabajo y el entorno laboral es una parte crucial en la vida de los españoles en diversos aspectos. «Pasamos 8 horas (o más) al día, mayoritariamente en el mismo entorno (salvo teletrabajo) y con la misma gente, por lo que es normal que las relaciones vayan más allá de lo profesional», dice el experto.
No obstante, no es del todo acertado afirmar que existen oficios muy específicos que pueden fomentar la existencia de relaciones amorosas entre trabajadores. Castillo considera que no hay trabajos concretos, sino más bien, factores clave como «el tamaño de la empresa, la distribución de las zonas de trabajo, el tamaño de los equipos, la cultura de la organización, el grado de cooperación entre los participantes y el porcentaje de presencialidad».
Las infidelidades en el trabajo
Todo ello resulta para el experto una cuestión de la que «se podría indagar» mucho más, pero considera «que uno de los factores críticos es el número de horas que se pasa con alguien«. Inevitablemente, esto último puede dirigir al lector a reflexionar sobre la vinculación entre el tiempo en el que un trabajador está en su puesto y las infidelidades en las que puede llegar a estar involucrado.
Evidentemente, la proximidad y las horas compartidas pueden aumentar la cercanía entre compañeros. Esto puede crear oportunidades para conexiones emocionales que podrían derivar en situaciones de flirteo o coqueteo. El hecho de que una persona sea infiel o no en su trabajo depende, según Castillo, «de la cultura, el estrés, la calidad de la relación con la pareja, la comunicación, las tentaciones y el entorno». Por tanto, el trabajo en sí mismo no fomenta las infidelidades, pero ciertos factores asociados con el entorno laboral pueden incrementar el riesgo de que surjan.