La OCU lo aclara: ¿qué es mejor la mantequilla o la margarina?

Siempre se ha dicho que el desayuno es una de las comidas más importantes del día, ya que proporciona la energía y los nutrientes necesarios para empezar la jornada. Sin embargo, a menudo las personas se encuentran indecisas sobre qué acompañar sus tostadas, uno de los alimentos más comunes en el desayuno.

Diferencias entre mantequilla y margarina

Básicamente, lo único que comparten es su nombre y su uso común. Y es que la principal diferencia entre estos dos alimentos reside en sus ingredientes. Mientras que la mantequilla se elabora principalmente a partir de leche, la margarina se produce utilizando aceites.

La mantequilla es un producto más simple, generalmente derivado de la leche de vaca aunque también puede proceder de otros animales, y puede variar en su contenido graso y la presencia de aditivos. Por otro lado, la margarina presenta una composición más variada, con una amplia gama de ingredientes y aditivos utilizados en su elaboración.

Entonces, ¿qué elegir mantequilla o margarina?

Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) no existen alimentos inherentemente buenos o malos, y su consumo no se trata simplemente de ganar peso. Tanto la mantequilla como la margarina son alimentos ricos en grasas y proporcionan nutrientes esenciales para el cuerpo.

En términos de contenido graso, la mantequilla y la margarina pueden tener un efecto similar en el aumento de peso si contienen el mismo porcentaje de grasa. En España, la margarina más común tiene un 60% de grasa, en comparación con el 80% que tienen la mayoría de las mantequillas, lo que las hace ligeramente menos calóricas.

La OCU recomienda que para aquellas personas que necesitan controlar el colesterol es mejor optar por margarinas vegetales, ya que las variedades mixtas y la mantequilla pueden proporcionar cerca del 10% de la cantidad máxima recomendada de colesterol en una porción de 10 gramos.

Aún así la OCU aconseja hacer un consumo equilibrado de ambos productos, ya que cada uno tiene sus propias características nutricionales y beneficios, y su inclusión moderada en la dieta puede contribuir a una alimentación variada y balanceada.

Más allá de sus diferencias: origen

Aunque el origen exacto de la mantequilla no está completamente claro, se cree que este alimento fue descubierto por accidente durante el proceso de batir la nata. Los mongoles fueron el primer pueblo documentado en elaborar mantequilla, utilizando el método de batir la nata dentro de pieles de animales hasta obtener el producto final.

Los celtas y vikingos jugaron un papel importante en la difusión de la mantequilla, extendiéndola en las áreas que colonizaron. Sin embargo, los griegos y romanos la excluyeron de su dieta, considerándola un producto bárbaro. Las repercusiones de este conflicto histórico aún se pueden observar en la actualidad.

Y según Alfonso Bordallo, profesor de neurociencias y nutrición clínica en ICNS Instituto de Posgrado, la margarina surgió como una alternativa más económica a la mantequilla y otras grasas, por solicitud de Napoleón III durante la guerra franco-prusiana para alimentar a la población de bajos recursos y a los militares.

El desarrollo de la margarina coincidió con los procesos de hidrogenación, lo que resultó en un consumo generalizado de grasas trans perjudiciales durante el siglo XX. En los últimos años, se han elaborado margarinas con aceites menos nocivos, aunque aún no suelen ser consideradas como opciones especialmente saludables.

Por lo tanto, la mantequilla se originó antes que la margarina debido a que su producción era más accesible y se remonta a tiempos antiguos. Por otro lado, la margarina es un producto relativamente moderno, desarrollado como alternativa a la mantequilla en el siglo XIX en respuesta a la demanda de un sustituto más económico y con mayor vida útil.