Los alumnos que leen libros en papel sacan mejores notas que los que lo hacen en digital
La diferencia de nivel en las pruebas PISA entre los jóvenes lectores y no lectores equivale a casi dos cursos
En las últimas dos décadas, la digitalización ha conquistado casi todas las facetas de nuestras vidas. Ya no se concibe, por ejemplo, un vehículo sin un ordenador integrado, buscar trabajo en los anuncios clasificados del periódico o, sin ir más lejos, comprar un periódico de papel. Estos cambios también se han sentido con fuerza en el mundo educativo, con la proliferación del uso de dispositivos digitales como medios para el aprendizaje.
Con todo, el debate sobre la conveniencia de las pantallas en el ámbito educativo cada vez es mayor, a la vista de los numerosos estudios e informes que apuntan a un menor rendimiento en el aprendizaje. Cada vez son más las familias, los centros escolares y las administraciones públicas que apuestan por vetar los dispositivos electrónicos en las aulas.
La lectura no escapa de las dudas acerca de las pantallas. Si la imprenta de Johannes Gutenberg fue una de uno de los inventos más importantes de la historia de la humanidad, al permitir la difusión y el consumo masivo de textos escritos, el siguiente gran avance técnico —internet y la digitalización— parece no sentarle tan bien a la actividad lectora. Esa es al menos la conclusión a la que llega uno de los informes ‘PISA in Focus’ elaborados por el Ministerio de Educación en los que se analizan los resultados del informe PISA.
Casi dos cursos de diferencia
Pues bien, a la vista de los últimos datos sobre la cuestión, el documento señala dos factores determinantes para el nivel alcanzado en PISA en la competencia de comprensión lectora: la frecuencia con la que se lee y el soporte en el que se hace. Así, el informe señala que los alumnos que leen más en formato impreso obtuvieron 49 puntos más en PISA que sus compañeros. Esta diferencia, además, se ha calculado ajustando el resultado por perfil socioeconómico, tipo de centro y sexo. La cifra por sí sola puede dejarnos fríos, pero si se siguen las referencias que da la OCDE, organismo que elabora el informe, observamos que equivale al nivel de comprensión lectora que adquiere un estudiante durante casi dos cursos escolares completos. En otras palabras, la diferencia entre leer y no leer, y, en menor medida, entre hacerlo en papel o en digital, es abrumadora.
Como apuntábamos, los alumnos que leen mucho y privilegian el formato impreso gozan de un nivel mucho mayor en comprensión lectora que aquellos que rara vez o nunca abren un libro. Pero no hace falta irse a los dos extremos de la cuestión para encontrar diferencias. Los estudiantes que el informe denomina «buenos lectores», es decir, los que leen mucho y en papel, aventajan en 35 puntos a sus compañeros que leen más en dispositivos digitales que en formato impreso, también el nivel equivalente a más de un curso escolar. Por último, la distancia con respecto al alumnado que lee libros con más frecuencia en dispositivos digitales es de 15 puntos, aproximadamente medio curso de ventaja.
A más libros en papel en casa, más nivel
El informe del Ministerio de Educación también establece una evidente relación entre las posibilidades de acceder a libros en casa y el gusto por la lectura, concretamente por el papel. Así, en un hogar con una importante presencia de libros, los jóvenes tienen muchas más posibilidades de desarrollar afición a la lectura, con el consiguiente aumento en el nivel académico.
Concretamente, el estudio concluye que el número de libros en casa va en orden descendente desde aquellos alumnos que leen más libros y que lo hacen con más frecuencia en papel (195 libros) hasta aquellos que leen rara vez o nunca (113). En niveles intermedios, se sitúan aquellos estudiantes que también leen muchos libros pero que se reparten entre el papel y el digital (179), y aquellos que leen más e-books que libros impresos (131). En resumen, cuantos más libros tenga una familia, mayor gusto por la lectura tendrán los hijos y mayor preferencia por el papel.
El papel se disfruta más
El informe también pone de manifiesto un mayor disfrute entre los jóvenes por la lectura en papel. Si bien los estudiantes que leen más en formato impreso y aquellos que se reparten entre ambos soportes afirmaron gozar de esta actividad con un nivel de intensidad prácticamente idéntico, los jóvenes que leen más en digital que en papel disfrutan significativamente menos de la lectura.
Los resultados de PISA 2018 muestran que, en promedio, el alumnado que lee libros con la misma frecuencia en formato impreso y en dispositivos digitales o más a menudo en formato papel afirmó que disfruta de la lectura más que los que leen libros con mayor frecuencia en dispositivos digitales por 0,5 puntos de índice (lo que equivale a una desviación estándar de 0,5 del índice), incluso después de tener en cuenta el perfil socioeconómico del alumnado y los centros educativos, así como el género.