Importar coches eléctricos saldrá más caro: la nueva normativa priorizará la industria local
El acuerdo aprobado por el Parlamento Europeo supone el respaldo jurídico necesario para la transición ecológica en el sector automovilístico
La Unión Europea dio este martes el paso definitivo hacia la descarbonización del transporte terrestre marcado a partir de 2035. Los vehículos de gasolina, diésel e híbridos tendrán la prohibición de venta en territorio europeo, ya sean coches o furgonetas nuevas de combustión.
El plan Fit for 55, aprobado en 2021, está en marcha. Dicho plan se ajusta al conjunto de propuestas encaminadas a revisar y actualizar la legislación de la Unión Europea, encendiendo la maquinaria de iniciativas con el fin de garantizar los ajustes necesarios para que se encuentren contemporáneos a los objetivos climáticos acordados por el Consejo y el Parlamento Europeo.
No obstante, por su parte, la Comisión Europea dio un paso más, buscando acelerar la transición verde también en vehículos pesados (camiones y autobuses).
Alcance de la prohibición
El acuerdo ha encontrado grandes resistencias. La norma salió adelante con 340 votos a favor, 279 en contra y 21 abstenciones. Entre los votos en contra, se han encontrado PP, Vox y el PNV. El actual gobierno de Pedro Sánchez se ha mostrado profundamente partidario de esta iniciativa.
Desde el Partido Popular Europeo (PPE) se ha señalado que las consecuencias de la prohibición serán muy graves, debido al aumento de precios en los nuevos coches, la pérdida de empleos y el declive de la industria automovilística europea.
Por su parte, la eurodiputada de Ciudadanos, Susana Solís, ha declarado que esta legislación es de gran importancia, pero ha pedido apoyo económico para regiones como Castilla y León, Galicia o Aragón, con el fin de que puedan transformarse: «Miles y miles de familias viven de una industria que históricamente ha sido un orgullo para Europa».
Además, May López, directora y portavoz de la plataforma Empresas por la Movilidad Sostenible, destaca a THE OBJECTIVE algunos aspectos claves del plan: «Al igual que el pasado martes se ratificó la norma de 0 objetivos a un tubo de escape, también se ratificó la medición de huella de carbono a los vehículos, es decir, donde se han fabricado los vehículos. Este cambio va a priorizar la producción local frente a la extranjera».
La prohibición solo afecta a la venta de coches nuevos que emitan CO2, pero no a su uso, ya que podrán seguir circulando hasta el año 2050. No obstante, con la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, todos los municipios españoles de más de 50.000 habitantes tendrán que contar con una Zona de Bajas Emisiones (ZBE).
«Si te compras un coche ahora y con él no vas a poder entrar ni salir en más de 140 municipios por las nuevas Zonas de Bajas Emisiones, ¿no te sentirías engañado?», señaló López.
No obstante, aunque la normativa habla de automóviles de combustión, si en un futuro la industria desarrollase carburantes cero emisiones, esos vehículos sí que podrían venderse.
12 años de transición
El objetivo de la norma, tan espaciada, es la reducción gradual del combustible, aplicando el sistema de incentivos previsto entre los años 2025 y 2029, con los que se buscan que las ventas de automóviles de emisión cero sean de un 25%, mientras que las furgonetas lleguen al 17%.
«Estos cambios llegan, también, para motivar el transporte público, las bicicletas o los patines, ya que el vehículo particular seguirá teniendo importancia, pero no tanta, porque no se va a hacer una sustitución de vehículos actuales por vehículos 0 emisiones», nos comentó May López.
Una vez llegados al 2035, se aplicarán excepciones, con el fin de no mostrar normativas tan estrictas para los ciudadanos y fabricantes. Aquellas empresas que tengan producciones reducidas -1.000 a 10.000 automóviles nuevos o de 1.000 a 22.000 furgonetas- podrán extender la exención hasta un año más, es decir, hasta el inicio de 2036.
En el caso de las empresas fabricantes que declaren una producción inferior a 1.000 vehículos nuevos al año, estarán exentas de la prohibición hasta 2050, cuando los vehículos ya no puedan circular. Este hecho ha sido profundamente cuestionado por la izquierda, pues aseguran que sirve para favorecer los coches de lujo.
Por otra parte, la población no se encuentra, a nivel total, en el período de aceptación de los coches eléctricos, ya sea por falsas expectativas, desconfianza, por sus precios o por creer que su mantenimiento será mucho más costoso, haciendo que no sea rentable.
Norauto ha señalado que «los vehículos eléctricos no sufren más averías que los de gasolina o diésel. Todo lo contrario. Los eléctricos puros o la parte eléctrica de los híbridos sufren menos averías si lo comparamos con un motor de combustión».
«La industria se tiene que adaptar, pero ya lo está haciendo porque la oferta en turismos eléctricos ya es mayor. Además, en 2021, por primera vez, se vendieron más vehículos eléctricos que diésel, tanto a nivel nacional como europeo, siendo un indicador claro sobre el pensamiento de cambio», nos explicó López.
Independientemente, el Parlamento ha considerado que la industria automovilística tiene un margen de maniobra apto para adaptarse, pues aún queda más de una década para que la prohibición se aplique.