Stanford lo confirma: cocinar en eléctrica reduce gases peligrosos en el hogar
Este estudio revela las ventajas de las cocinas eléctricas frente a las convencionales de butano de toda la vida
Fuegos de cocina. | Canva
Un reciente estudio dirigido por la Stanford University ha arrojado conclusiones alarmantes para quienes aún cocinan con gas o propano. Y es que, las casas con cocinas de combustión interna aumentan significativamente. Ya que, la exposición a contaminantes vinculados a graves riesgos para la salud. En concreto, la investigación demuestra que cambiar a cocina eléctrica, que no implican combustión, reduce de forma drástica la cantidad de dióxido de nitrógeno (NO₂).
Pero según Stanford, el interior de nuestra casa puede ser igual o más peligroso cuando cocinamos con gas. Considerando que pasamos gran parte del día en espacios cerrados, la elección del tipo de cocina es una cuestión de salud.
Por qué reducen la contaminación
La explicación es sencilla, al usar gas o propano para cocinar, el proceso de combustión libera gases contaminantes, principalmente dióxido de nitrógeno (NO₂). Este NO₂ se dispersa por toda la casa y puede permanecer en el aire durante horas, incluso después de apagar los fogones.
El estudio de Stanford indica que, al sustituir una cocina de gas por una eléctrica, la exposición personal al NO₂ disminuye en más del 50%. Además, al no haber combustión, se evita la emisión de otros contaminantes peligrosos asociados al gas. Por eso, la cocina eléctrica transforma la misma en un espacio mucho más seguro para respirar, especialmente para niños, personas mayores o quienes ya tienen enfermedades respiratorias.
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Cómo reducir la contaminación
Aunque la solución ideal desde el punto de vista de la salud es pasarse a la cocina eléctrica, no siempre es posible. Por eso, si deseas seguir usando gas, hay algunas recomendaciones para reducir al máximo la exposición a contaminantes:
- Ventilar correctamente la cocina: abrir ventanas mientras cocinas y mantenerlas abiertas un tiempo después.
- Instalar y utilizar una campana extractora potente: una campana bien instalada puede reducir parte del NO₂, aunque no siempre elimina todas las emisiones.
- Reducir la frecuencia o intensidad del uso del gas: optar por cocciones más suaves y evitar calentar a temperaturas muy altas.
- Revisión de la instalación de gas: para evitar fugas innecesarias de gas o combustión incompleta, que pueden agravar la emisión de contaminantes.
El reciente estudio de Stanford saca a la luz un problema oculto en muchos hogares: cocinar con gas puede ser una fuente constante de contaminación del aire interior. La evidencia indica que cambiar a cocinas eléctricas, ya sean vitrocerámica, inducción o simples placas eléctricas, reduce de forma significativa la exposición a contaminantes nocivos como el dióxido de nitrógeno.